El lavatorio de pies llena la catedral en una jornada clave de Semana Santa

La Catedral de Ourense volvió a ser ayer por la tarde uno de los principales centros de recogimiento y devoción de la Semana Santa. Con motivo de la misa del Jueves Santo, in cena domini, el templo se llenó de fieles que no quisieron perderse uno de los ritos más simbólicos de la liturgia católica: el lavatorio de pies.

Aunque la ceremonia estaba programada para las cinco de la tarde, ya desde media hora antes comenzaban a entrar personas con el propósito de asegurarse un asiento y vivir la celebración en las primeras filas para no perder detalle.

Este acto litúrgico, que rememora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, incluye el gesto cargado de simbolismo en el que el obispo, emulando a Cristo, lava los pies a doce personas. En esta ocasión, como es tradición, el encargado de presidir la ceremonia fue el obispo de Ourense, monseñor Leonardo Lemos. Tras finalizar su homilía, se despojó de la casulla y se dirigió a los doce laicos que lo aguardaban para participar en el rito. Seis mujeres y seis hombres subieron las escaleras que separan los bancos del altar, entre ellos un niño y una niña, todos seleccionados por su vinculación activa con diversas parroquias de la ciudad.

Este gesto, cargado de simbolismo, puso de relieve el papel de servicio que la Iglesia busca transmitir en esta jornada en la que el obispo lavó y secó los pies de cada uno de los participantes, un total de doce feligreses que se colocaron en dos bancos enfrentados en el centro, mientras en el templo reinaba un profundo silencio; invitando la atmósfera del momento, unida a la sobriedad del rito, a acentuar el sentido espiritual de la ceremonia y propiciar un clima de reflexión.

Tras el lavatorio, la misa continuó con el desarrollo habitual hasta concluir con la procesión del Santísimo por el interior de la Catedral. El recorrido finalizó en el monumento preparado para la adoración, donde permaneció expuesto hasta la noche, ya que el templo permaneció abierto hasta las 22.00 horas para que los fieles y turistas que no presenciaron la misa pudiesen adorar y visitar el monumento que resalta la Eucaristía.

Este Viernes Santo, la catedral abrirá nuevamente sus puertas desde las ocho de la mañana para acoger a todos aquellos que deseen continuar con el recogimiento y la oración durante estas jornadas centrales de la Semana Santa.

El tiempo marca la agenda litúrgica del fin de semana

Tras la misa solemne de ayer y después de la Misa Crismal del miércoles, la liturgia continúa hoy, Viernes Santo, con uno de los momentos claves del calendario litúrgico con la celebración de la Pasión del Señor a las 17.00 horas en la seo catedralicia.Antes, por la mañana, la Catedral acoge el oficio de lecturas y laudes, y ya por la tarde recibirá a los fieles, además de para la celebración de la Pasión del Señor, para la tradicional procesión del Santo Entierro, que cada año congrega a cientos de ourensanos y que está prevista a las 21.00 horas. Con todo, la previsión de MeteoGalicia, que apunta un 95% de posibilidades de lluvia a lo largo del día, preocupa desde hace días a los responsables de las tres cofradías de Ourense. En caso de que la predicción se cumpla, la procesión se trasladaría al interior de la propia Catedral, mientras que la Cofradía de Fátima realizaría un Viacrucis en el interior de su templo, en el barrio de O Couto.La lluvia también amenaza la procesión del sábado, «Os Caladiños», programada para las siete de la mañana desde la iglesia de la Santísima Trinidad. Si el tiempo lo permite, recorrerá las calles del Casco Histórico hasta la Catedral para después volver al templo. Ya por la noche, la Catedral acogerá la solemne vigilia pascual a partir de las 21.00 horas.