Los placeros avisan a Jácome que pone «en riesgo» el futuro de 250 familias

-Lamentan que habrá una «larga batalla judicial», no pueden volver ya a un edificio sin acabar

-Dadas las carencias de la instalación creen que le sería difícil " superar ni una inspección sanitaria ni de habitabilidad»

Interior del edificio provisional de la plaza en la alameda que deben desalojar  |

Interior del edificio provisional de la plaza en la alameda que deben desalojar | / Iñaki Osorio

M.J.A.

Ourense

La asociación de comerciantes de la Plaza de Abastos de Ourense dio ayer un ultimátum al alcalde y, tras el anuncio acordado en Junta de Gobierno Local por el que Gonzalo Pérez Jácome acordó aprobar el cronograma que obliga a los placeros y placeras abandonar en menos de 11 meses la alameda, para regresar al edificio civil sin acabar ni dotaciones, avisan de que habrá una larga batalla judicial en la que la plaza seguirá perdiendo, como siempre», si no hay dialogo, pues el regidor esta poniendo el riesgo el futuro de 250 familias.

En su primera respuesta oficial tras hacerse oficial la imposición del regidor de darle un máximo de 11 meses para tener todo a punto y poder desalojar la alameda, explican que «el edificio al que se nos quiere trasladar sigue sin electrificación, sin salida de humos, sin enchufes, sin desagües, sin zona de carga y descarga, sin accesibilidad, sin montacargas y, en definitiva, con numerosas carencias que hacen inviable el desarrollo de nuestra actividad laboral.

Advierten de que en estas condiciones y con todas las dotaciones por hacer es imposible que las instalaciones del edificio del mercado pasen ni una inspección de sanidad o una de habitabilidad

Los largos años de lucha, indican, «tampoco han servido para rehabilitar el rianxo, que ha sido eliminado del plan como si nunca hubiera existido» .

Buscan el viejo lavadero

Agradecen «los miles de apoyos que estamos recibiendo a sociedad civil, del sector privado y también del sector público»·. Mientras dicen haber visto este viernes al alcalde, Gonzalo Pérez Jácome «en la alameda, escondiéndose tras el mobiliario urbano, para salir luego corriendo de su escondite». y sacar fotos del edificio provisional» y le recuerdan que «esta es su casa y también puede entrar» .

Lamentan que en este largo tiempo de proyectos y negociaciones no se avanzara, «pero si hubiera tiempo para destruir los lavaderos públicos originales situados en la planta baja, a los que miles de ourensanas acudieron durante décadas a lavar la ropa con el agua de As Burgas. Una pérdida irrecuperable de nuestro patrimonio, y una herida en nuestra memoria colectiva».

En este comunicado en el que recapitulan todo lo vivido desde que se comenzó hace lustros a hablar del proyecto, desmienten la habitual frase del alcalde de e que no quiere irse del edifico provisional .

«Queremos volve a la plaza»

Los placeros insisten en que « si queremos volver a la plaza. No estamos en la Alameda por gusto. Queremos volver a nuestra casa. Somos de aquí y queremos con poder disfrutar de la Alameda. Solo pedimos que se termine la obra para regresar cuanto antes. También, queremos recalcar que pagamos puntualmente nuestras cuotas al Concello.

Subrayan que fueron ellos los que negociaron las inversiones para la plaza, como la ayuda que va a dar la Xunta del que se acaba de descolgar el Concello sin poner dinero, pese a que es el propietario del edificio .

De sueño a pesadilla

Señalan que la rehabilitación de la plaza, fue en u momento «un sueño, y ahora es una pesadilla» e inciden que ya no les salió gritase traslado al edificio provisional pues «muchos placeros pidieron créditos» para habilitar sus puestos provisionales. Esperan que el edificio civil de la plaza no acabe siendo «·algo al gusto de Jácome, un supermercado, una discoteca un hotel».

Siguen pensando que lo mejor sería un acuerdo negociado entre placeros y Concello y que tienen «la mano tendida» para que esa posibilidad se materialice.

De no ser así «en el mejor de los casos para nosotros, llegaremos asfixiados económicamente al final de la batalla judicial y consiguiendo indemnizaciones. Ourense será la que pague el desacuerdo. En el otro caso, si el Concello ganase, 250 familias se verían en muy serios problemas y probablemente abocadas al cierre.

En último lugar explican que «queremos invitar a nuestra ciudad a reflexionar sobre qué camino escoger. Nosotros lo tenemos claro. La situación puede mejorar desde hoy puede empeorar a partir de mañana. Nuestra mano está tendida hacia el acuerdo, indican en relación a su voluntad negociadora con el Concello de Ourense.

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