Alucinaciones en el hospital: el ‘delirium’, la confusión aguda que sufre entre el 20 y 40% de mayores ingresados
El riesgo aumenta con la edad y la incidencia es más alta en Ourense, la tercera área sanitaria de Europa con más pacientes de más de 65 años | Es un factor de riesgo para la demencia

El cómic sobre el delirium, presentado ayer, coincidiendo con el día mundial del síndrome. | Roi Cruz

«Hay familiares que nos cuentan: ‘El abuelo estaba bien y parece que de repente se ha vuelto loco, dice que ve personas y que lo quieren matar’», describe el psiquiatra Ignacio Gómez-Reino. El ingreso en el hospital de un paciente mayor puede desencadenar un cuadro de confusión aguda, agitación e incluso alucinaciones. El riesgo crece con la edad de la persona. En algunos casos, los delirios sensoriales causan estrés postraumático por la perturbación que la dura vivencia graba en la mente.
Gómez-Reino recuerda el caso de un paciente, muy angustiado, que aseguró que había visto salir de noche, del armario de su habitación, a varios guardias civiles. Otros relatan que ven insectos o agua cayendo por las paredes. El delirium es una posible complicación hospitalaria para los enfermos de edad avanzada. Se caracteriza por confusión, agitación, agresividad, postración, desorientación o delirios. En Ourense, tercera área sanitaria de Europa con más pacientes mayores de 65 años —un 30%—, supone una complicación frecuente en cuya prevención, tratamiento y seguimiento se implican expertos de un grupo multidisciplinar de Medicina Interna, Psiquiatría y UCI.
El internista Pablo López Mato, con una trayectoria de doce años en el CHUO, es el coguionista y el responsable del argumento de ‘Delirium, una confusión inesperada’, un cómic planteado como un trabajo de fin de grado por Paula Gónzalez Moral —recibió la máxima calificación—, que acaba de superar el MIR y está pendiente de destino. Antes de la parte artística, ella se encargó de recoger los aspectos clave y la escala de valoración del delirium a partir de una encuesta a trabajadores sanitarios.
La publicación, que ha impreso la Diputación de Ourense, tiene un «afán divulgativo, informativo y educativo», resume Mato. Fascinado por el mundo del cómic y de los superhéroes desde que vio la película de 2002 de Spiderman, en su currículum cuenta con un máster en medicina gráfica, una disciplina que emplea la novela gráfica, la infografía y la ilustración como herramientas de comunicación y docencia en el ámbito sanitario. El fin es que los familiares y los pacientes dispongan de un recurso informativo sobre el delirium, para conocer el síndrome y saber que es un cuadro posible entre los pacientes mayores del hospital. Sirve para «concienciar», considera López Mato, y también para que los afectados y sus allegados se sientan «comprendidos» al ver plasmada una historia como la suya.

El internista Pablo López Mato es autor del argumento del cómic. / ROI CRUZ
La importancia del acompañamiento en el hospital y de objetos de casa que sirven de «anclaje»
Es un trastorno que afecta a entre el 20 y 30% de los ingresados mayores de 65 años. La frecuencia sube a medida que avanza la edad. Entre los enfermos longevos de UCI, enlaza el psiquiatra Gómez-Reino, el porcentaje llega al 40%.
Hay pautas en el ámbito hospitalario que podrían prevenir la aparición del delirium en casi la mitad de los casos. Es muy importante el acompañamiento de la familia y que el enfermo mantenga en el hospital el uso de gafas, audífonos y el reloj. Tener fotografías, ropa o zapatillas de su casa sirven de «anclaje» y ayudan a evitar la confusión del paciente anciano.
La persona se encuentra bien y, de repente, de una forma brusca, tiene una alteración del nivel de consciencia: está más adormilada, agitada, se desorienta, no sabe dónde está, piensa que está en su casa, habla de cosas del pasado
Hay más medidas positivas, «como dejar una luz tenue por las noches y evitar las interrupciones para facilitar el descanso», indica la psiquiatra Uxía Sanmartín. Un cambio de habitación durante el ingreso puede favorecer el síndrome. Evitar las contenciones en la medida de lo posible y adoptar una movilización precoz del paciente —levantarlos y que empiecen a caminar si ya no necesitan estar encamados todo el día— son otras acciones para reducir el riesgo, así como aportar tranquilidad y calma desde el papel del cuidador, vigilar la buena hidratación y estimular el hábito intestinal y la micción. Entre las medidas que se aplican en la UCI para evitar el delirium se encuentra también la movilización del paciente grave, bajo la máxima de que «el cerebro se cura mejor de pie», cita Gómez-Reino.

Profesionales sanitarios de varias áreas trabajan sobre el delirium en el hospital de Ourense. / ROI CRUZ
El síndrome confusional es un proceso agudo, que se registra en las primeras 24-48 horas tras el ingreso, aunque puede aparecer días después. El estado de la persona fluctúa a lo largo de la jornada y la situación es peor por las noches, sobre todo si la habitación está completamente a oscuras, de modo que una luz tenue ayuda porque mejora la orientación. «La persona se encuentra bien y, de repente, de una forma brusca, tiene una alteración del nivel de consciencia: está más adormilada, agitada, se desorienta, no sabe dónde está, piensa que está en su casa, habla de cosas del pasado», relata Mato.
La afectación es muy aparatosa y tanto el paciente como el familiar lo pasan mal
«Hay gente que piensa que está teniendo un ictus, una trombosis, un derrame cerebral, o una demencia», añade el internista. «La clínica que presentan los pacientes con delirium parece de Psiquiatría: tienen alucinaciones visuales, sensaciones de que los quieren matar, delirios. La afectación es muy aparatosa y tanto el paciente como el familiar lo pasan mal», reconoce Ignacio Gómez Reino. El 20% de las 1.000-1.200 interconsultas con Psiquiatría en el hospital de Ourense son por casos de delirium de hospitalizados mayores.
«Se quedan más tranquilos al saber qué les está pasando»
«Lo más eficaz es la prevención», resalta este psiquiatra. La existencia de este síndrome como una posible complicación en el ingreso de enfermos de edad avanzada es todavía «desconocido». Herramientas de divulgación como el cómic de Pablo y Paula, una infografía en el vestíbulo de Medicina Interna o folletos que ha elaborado Psiquiatría tienen como objetivo facilitar información a pacientes y familia. «Se quedan más tranquilos al saber qué les está pasando», indica la psiquiatra Sanmartín.
Hay casos persistentes
Junto a la edad avanzada y la existencia de patologías de base —como enfermedades crónicas neurológicas, del corazón o el riñón—, el deterioro cognitivo previo es uno de los factores de riesgo que pueden desencadenar delirium en el ingreso.
Además de complicar y alargar el proceso de recuperación de la patología que motivó la hospitalización del paciente, también eleva el riesgo de que, tras el síndrome, la persona llegue a desarrollar una demencia, o se acorte el tiempo de su aparición. «Hay un porcentaje en torno al 20% de delirium que se cronifica tras el alta», dice Gómez-Reino. En esos casos de delirium persistente ya en casa, la clínica es muy similar a una demencia. «Es muy importante hacer un tratamiento intensivo en los tres primeros meses», para evitar que el problema se cronifique.
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