«La intervención de los bomberos fue de 10»

Hubo un momento en la madrugada del viernes al sábado en el que el incendio en el edificio 72 de la Avenida de Santiago amenazaba con extenderse al inmueble contiguo, el 70. Tras el desalojo de los vecinos, por el riesgo que también existía de una intoxicación de humo a través del patio de luces medianero, los bomberos trabajaron en los dos edificios aledaños —los números 70 y 74– para tender líneas de agua y atacar las llamas, además de emplear la cesta del vehículo autobrazo para sofocar en altura desde la parte superior del foco. En la tercera planta del inmueble 70, los bomberos abrieron huecos en la escayola y en el tejado para intervenir desde ahí, dirigiendo las mangueras hacia el edificio de al lado para frenar el fuego.

«La intervención de los bomberos fue de 10, se mataron a trabajar», agradece una persona del edificio 70 que prefiere el anonimato. Cuando timbraron para el desalojo pensaba que era alguna persona de fiesta que hacía una broma, hasta que percibió el humo y vio a residentes del edificio de al lado en la calle. La rápida evacuación de todos los afectados fue clave, considera. Tras dos días con el número 70 precintado por precaución, los moradores pudieron regresar al lugar, aunque queda tarea por hacer. La estructura no está dañada pero la tercera planta no es habitable, a efectos de prevención, hasta que se solucionen los desperfectos en el tejado y el falso techo ocasionados en la extinción.

En el cuarto en el que dormía la pareja residente del tercero hay ahora un agujero a cielo abierto, un boquete que es más grande todavía en una sala anexa. La mujer es la dueña del primer piso y del bajo, mientras que del segundo y el tercero es titular el padre de la señora. Este morador, de edad avanzada, invidente y con problemas de movilidad, fue evacuado durante el desalojo preventivo la noche del incendio. «Cogimos lo imprescindible», recuerda el yerno.

Daños por el agua

Ayer, superada la emergencia, estuvo con el perito del seguro en el piso. También visitó el edificio el contratista que hará la reforma. «Los bomberos tuvieron que abrir dos agujeros para subir al tejado por el falso techo y atacar el fuego desde aquí. También hubo algo de daños por el agua y fue necesario cortar la luz, para evitar un cortocircuito. Llevará un tiempo pero tiene arreglo», indica el particular, que destaca el gran trabajo de los especialistas de extinción y salvamento. «Son auténticos profesionales», subraya este residente.

El agua empleada durante las tareas de extinción, en altas cantidades, afectó además a la tarima, penetró en la segunda planta y llegó a la primera a través de la campana de la cocina. El matrimonio y el mayor cuentan con otra casa como alternativa. La otra persona que vive en otra vivienda del edificio 70 también dispone de plan B.