Un detenido de la presunta banda de asaltantes, condenado por acosar a su expareja incluso desde la cárcel

Horas antes de su puesta a disposición judicial en Bande junto a otros cuatro sospechosos de robo, lesiones y organización criminal, Mourad A. fue juzgado en Ourense bajo custodia de la Guardia Civil

El investigado por los robos, en el juicio en el que aceptó una condena por acoso. |  FdV

El investigado por los robos, en el juicio en el que aceptó una condena por acoso. | FdV

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Ourense

La casualidad hizo que Mourad A., un hombre de 43 años y nacionalidad marroquí, se enfrente en el mismo día a dos causas con la justicia. Horas antes de su puesta a disposición de la magistrada de Bande por su presunta implicación en la operación de la Guardia Civil contra una supuesta banda de asaltantes a domicilioel instituto armado detuvo a un total de cinco personas—, este acusado se sentó en el banquillo este jueves, en el Penal 2 de Ourense, por un delito de acoso machista a su expareja.

Custodiado por dos agentes del instituto armado, que solo le retiraron las esposas durante los escasos minutos de duración de la vista, Mourad aceptó una condena de conformidad que le impone 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad así como dos años de alejamiento y de prohibición de comunicación con la víctima. En el acuerdo alcanzado entre la Fiscalía, la defensa y la acusación particular, un pacto al que el encausado dio el visto bueno, la perjudicada renunció a la responsabilidad civil. Mourad quería pedirle perdón, según manifestó al inicio de la vista.

Durante más de dos años mantuvo una relación con la víctima. Rompieron en octubre de 2022, pero él no lo aceptó. Desde entonces y al menos hasta final de ese año, «buscó de modo intencionado mantener contacto» con la perjudicada, así como «tenerla controlada, insistiendo en retomar la relación», señala el escrito de la Fiscalía, una acusación que Mourad A. acepta.

Envió a la víctima numerosos mensajes de Whatsapp, correos electrónicos y cartas, y también la llamó en muchas ocasiones, incluso cuando estuvo en prisión, desde donde le efectuó 18 llamadas.

Los guardias ponen las esposas al acusado tras la finalización de la vista en la que admitió el acoso y aceptó trabajos comunitarios.

Los guardias ponen las esposas al acusado tras la finalización de la vista en la que admitió el acoso y aceptó trabajos comunitarios. / FDV

El temor de la víctima

Además, el encausado aparcaba el coche cerca del trabajo de la mujer y permanecía en las horas de entrada y salida del puesto. Además, preguntaba por ella a personas que la conocían, la siguió con el coche, mostró fotos de ella y un amigo a terceras personas y manifestó varias veces que no iba a permitir que «nadie» se acercase y que haría la vida imposible a quienes se relacionaran con la perjudicada quien, atemorizada, cambió sus hábitos de vida, dejó de ir a determinados lugares, procuraba ir siempre acompañada de otra persona y denunció en enero de 2023.

La sentencia de conformidad rebaja a trabajos comunitarios la petición inicial de un año y tres meses de prisión, más la expulsión del país de Mourad durante 7 años. La condena será menos gravosa. La orden de alejamiento se reduce de 3 a 2 años con respecto a la solicitud inicial de la Fiscalía.

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