Lo acusaban de negarse a la prueba de alcoholemia pero es posible que no se enterase por su sordera

Un informe forense demuestra el problema de audición y ese delito queda descartado; en cambio, el conductor acepta una condena por los síntomas evidentes de que había bebido

Agentes de la Guardia Civil de Tráfico, en un control.

Agentes de la Guardia Civil de Tráfico, en un control. / I. OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Ourense

Estaba acusado de conducir bajo los efectos del alcohol y de negarse a realizar la prueba de alcoholemia. Pero un informe forense demuestra que este conductor ourensano, de edad avanzada, sufre un problema de audición, de manera que no es descartable que no oyese o no entendiese las advertencias de los guardias civiles de Tráfico sobre las consecuencias legales que supone no querer realizar el test de alcohol (constituye un delito contra la seguridad vial).

Ese hecho a su favor, así plasmado en la sentencia con la que se conforma, no evita, en cambio, que sea condenado por circular bajo los efectos del alcohol. Acepta una multa de 360 euros así como la privación del derecho a conducir vehículos a motor durante un año y un día. Los síntomas que presentaba el acusado y que observaron los agentes, durante un control preventivo en el que le dieron el alto, evidenciaban que había bebido.

La magistrada recordó a este hombre que no puede conducir, tal y como establece la sentencia. Lo emplazó a recurrir a su familia para desplazarse. Esposa e hija, que lo acompañaban en el juicio, indicaron que, desde que ocurrieron estos hechos, hace un año, no ha vuelto a utilizar el vehículo.

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