Vocación por la abogacía con 64 años de diferencia
A punto de cumplir 90 años y en activo desde 1958, Nemesio Barxa Álvarez es uno de los abogados en ejercicio más longevos de España, junto a Alfonso Pazos Bande (92). Son los colegiados 30 y 31 de Ourense. Alba Sáez, de 25 años, es la 2.735. Se incorporó en octubre. Varias generaciones los separan, los une la defensa del derecho

Alba Sáez y Nemesio Barxa, en el salón de actos del Colexio da Avogacía de Ourense. / IÑAKI OSORIO

Nemesio Barxa Álvarez (Caldesiños, Viana do Bolo, 1935) es una institución de la abogacía en Galicia, un referente histórico de la profesión y un ejemplo vivo de la lucha antifranquista y de la convicción nacionalista. El colegiado número 30 de Ourense, en activo en la profesión desde mediados del siglo XX, cumplirá 90 años de vida la próxima semana. Es uno de los letrados más longevos de España, junto a Alfonso Pazos Bande, que tiene 92 años y es el colegiado 31 en la provincia.
Alba Sáez García (Burgos, 1999) alcanzará en junio los 26 años de edad. Ella, la colegiada 2.735, se incorporó el pasado octubre. Nemesio y Alba coincidieron en la mesa electoral del Colexio da Avogacía de Ourense, en los comicios que eligieron a la nueva decana, Marta Gómez, y a su equipo para la junta de gobierno.
«Casos como el de Nemesio son un ejemplo. Muchos compañeros te avisan de que esta profesión es muy dura, de que hay veces que te llevas alegrías pero, muchas otras, las cosas no salen como tú quieres. Es una carrera de desgaste», asume la joven abogada.
«O sentido fundamental para estar e seguir nesta carreira é ter moita vocación, porque, como di Alba, é unha actividade que dá alegrías pero tamén desgustos. É unha profesión na que moitas veces perdes en asuntos dos amigos, e tes que chorar con eles pola túa propia desilusión e, ademais, polo que pensen de ti».
El experimentado jurista, que ha formado parte de numerosas asociaciones del ámbito del derecho y que llegó a ser candidato al Tribunal Constitucional, cita otros valores que ve necesarios: «Seriedade, honestidade e unha relación de afecto e respecto cos clientes». Alba cree que, para este trabajo, «tienes que ser sincero y consecuente con el cliente». Y defiende la importancia del compañerismo.

Alba Sáez y Nemesio Barxa, en el Colexio da Avogacía de Ourense. / IÑAKI OSORIO
Sáez trabaja en un despacho con Arturo Mosquera Diéguez y Wilson Jones Romero —letrados de larga trayectoria— y otras dos abogadas jóvenes: Lucía Álvarez Lorenzo y Tania Vázquez Amorín, la presidenta y la secretaria, respectivamente, de la Agrupación da Avogacía Nova de Ourense. Desde su reciente incorporación, no ha sufrido comentarios de clientes u otros letrados sobre su edad. «De momento no me ha pasado, pero conozco gente a la que sí», indica.
Nesta profesión hai que ter altura de miras para gardar boas relacións, porque enfronte tes a un compañeiro que defende unha postura contraria á túa
Cuando Barxa empezó en el oficio, en 1958, «coñeciámonos todos e sabiamos os costumes dos demais, e de quen se podía un fiar ou non. Nos comezos traballabas nun despacho e aprendías dun mestre. Así que, ao empezar a exercer, coñecías a todos os avogados porque xa conviviras con eles a través do teu xefe. Iso facilitaba que todos nos levásemos ben e nos axudásemos», explica.
Al evocar sus inicios, ve un salto «abismal» con la actualidad, no solo en el número de abogados en activo, muy superior en el presente, sino en el trato interpersonal entre los letrados. «Nesta profesión hai que ter altura de miras para gardar boas relacións, porque enfronte tes a un compañeiro que defende unha postura contraria á túa», incide.

Nemesio Barxa, durante la conversación. / IÑAKI OSORIO
Para ejercer como abogados es necesario, hoy en día, obtener el grado en Derecho y el máster de acceso a la abogacía, y superar un examen estatal. «Te preparan para aprobar pero no te enseñan cosas prácticas del día a día. Todo lo que he aprendido y espero seguir aprendiendo es gracias a los compañeros del despacho», dice Alba.
Durante moitos anos transitei pola Lei de Axuizamento Civil coa mesma facilidade que polo corredor da miña casa
Nemesio, consagrado civilista, recuerda que, en sus primeros años en activo, muchos pleitos se decidían por excepciones procesales. «Aí dixen: teño que saber máis dereito procesal ca ninguén. E podo asegurar que durante moitos anos transitei pola Lei de Axuizamento Civil coa mesma facilidade que polo corredor da miña casa».
«É obrigatorio estar ao día»
Durante muchos años, enlaza, la única necesidad de actualizarse en el área civil se saldaba con jurisprudencia y doctrina. En los últimos años, en los que se ha incrementado la frecuencia de los cambios legales, «é obrigatorio estar ao día, porque, en moitas ocasións, as modificacións son moi sutiles». Barxa reconoce que los abogados actuales «teñen máis necesidade e obriga de estudar e de estar ao día que os máis veteranos durante a época máis antiga», compara.
En el colegio se trabaja mucho, pero creo que a los nuevos colegiados se nos debería ayudar con una reducción de cuotas, porque al empezar asumes muchos gastos
«Os avogados podemos ter ideoloxías moi diferentes, pero cunha cousa en común: a defensa dos dereitos humanos e a liberdade», reivindica el histórico jurista. Fue testigo y protagonista, en los estertores del franquismo, del ansia de democracia y libertad que se respiraba en los colegios profesionales.
«Case todos coincidiamos nos mesmos obxectivos, en acabar coa ditadura e nos desexos de democracia e do dereito á folga». En su amplia trayectoria ha sido integrante de varios colegios de abogacía y formó parte de dos juntas de gobierno en Ourense. Crítico a veces con las entidades, en su día impulsó un sindicato gallego de la abogacía que se integró en Abogados Demócratas Europeos, una federación continental.
«E ti por que traballaches ata tantos anos?», plantea el propio Barxa en la conversación. «Porque o precisaba. A nosa profesión non é para facerse rico»
«En el colegio se trabaja mucho, pero creo que a los nuevos colegiados se nos debería ayudar con una reducción de cuotas, porque al empezar asumes muchos gastos», apunta Alba Sáez. Sobre las reivindicaciones actuales que laten en la profesión, como el problema de las jubilaciones, la letrada considera una «vergüenza» que a los profesionales del derecho con décadas de trabajo «les quede una pensión de 500 o 600 euros».

Alba Sáez. / IÑAKI OSORIO
Forjado en el espíritu combativo, Barxa se suma al espíritu reivindicativo del presente, que en Ourense ha abanderado el equipo que lidera la nueva decana, Marta Gómez. «É unha canallada que os avogados do turno de oficio cobren a miseria que se lles paga. É indignante», afirma.
Alba Sáez asume que, en los tiempos actuales, que exigen versatilidad, no puede limitarse a una única especialidad de trabajo. «Me gusta mucho el derecho penal y el laboral también, después de haberlo visto en el despacho», asegura.
«E ti por que traballaches ata tantos anos?», plantea el propio Barxa en la conversación. «Porque o precisaba. A nosa profesión non é para facerse rico». Con despachos en Ourense y Vigo, Barxa no pone fecha al final. «De momento vou ir rematando o que teño», concluye.
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