La lucha vecinal contra el ruido en el casco viejo acumula 1.200 denuncias en 6 años

La labor realizada desde 2019 por la asociación de vecinos O Cimborrio, en una zona con 40 pubs y bares especiales, demostró que 21 locales no encienden el limitador de sonido, en algún caso desde 2016, «pero el Concello no está actuando»

Vigilancia policial en zona de ocio nocturno en el casco histórico. |   Iñaki Osorio

Vigilancia policial en zona de ocio nocturno en el casco histórico. | Iñaki Osorio

M.J.A.

Ourense
Una madrugada de fin de semana En Praza Corregidor. |  FdV

Local de Cabezas de Manzaneda con dos expedientes en tres días / Roi Cruz

Familias que han tenido que malvender sus viviendas en el casco viejo, para buscar otro lugar para vivir que les garantice el descanso; vecinos que abandonan (literalmente) su casa, en esa zona de ocio cada fin de semana o puente festivo, para huir así del ruido nocturno; particulares que ven cómo tras reformar sus propiedades para vivienda turística no tienen demanda, porque ha corrido el boca a boca en redes de que están en el casco histórico de Ourense.

Una madrugada de fin de semana En Praza Corregidor. |  FdV

Una madrugada de fin de semana En Praza Corregidor. | FdV

En total, se estima que hay unos 200 negocios de hostelería en todo el casco histórico, declarado zona ya saturada de ruidos, de los que en torno a 40 son pubs y bares especiales que carecen en su mayoría de sonómetros activos, y de las inspecciones realizados se detectó que 21 carecían de este medidor activado o bien estaba averiado. A todo esto se suma el nuevo hábito del «after hours» que ha provocado ya dos quejas consecutiva en la misma semana, contra un mismo local de Cabeza de Manzaneda, donde seguía la fiesta a las 10.00 de la mañana.

Local de Cabeza de Manzaneda denunciado. |  Roi Cruz

Una madrugada de fin de semana En Praza Corregidor. / FDV

Son solo algunos de los problemas que subraya la Asociación de Vecinos O Cimborrio, que preside Carlos Vence y que representa a la «zona cero» del ocio y del ruido. Bajo el incesante trabajo de esta asociación se han cursado en solo 6 años, concretamente desde 2019, 1.200 denuncias ante el Concello por vía administrativa bien por registro o por vía telemática. Muchas son reiteradas relativas al ruido, pero también por decenas de incumplimientos que persisten. De toda índole: puertas abiertas con la música en alto, consumiciones en la vía pública y peticiones de inspección técnica en muchas ocasiones a los mismos locales «que reinciden y lo hacen con tal impunidad. No tienen miedo porque ahora no se actúa», indica.

El presidente de O Cimborrio, que preside también Fegacústica (Federación Gallega contra la Contaminación Acústica), que integran asociaciones vecinales de las zonas gallegas más afectadas por los daños físicos y psíquicos que provoca en los vecinos el ruido nocturno excesivo y continuado de determinadas discotecas, pubs o bares especiales en zonas de ocio de toda Galicia, .señala que solo en la primera fase desde 2019, y con la concejal de PP Sonia Ogando como responsable «se llegaron a hacer mediciones, no sabemos si en todos hubo algunos precintados de pubs que funcionaban sin la licencia adecuada, pero varios de ellos han vuelto a abrir ahora, y en este momento sentimos una total des protección por parte del Gobierno local».

«Hay impunidad»

Señala que tras las denuncias vecinales, envían al técnico de ruidos del Concello «un puesto que existe en la propia RPT y cuya obligación es acudir a leer esos sonómetros de eso locales y se comprobó ya desde entonces en todo que al menos 21 no tenían limitador de sonido , o no estaba activado incluso desde hacía años » indican

La «impunidad» afirma de estos propietarios era tal «que pese a que el técnico de ruido llegaba con cita previa a sus locales, ni se preocupaban de tener arreglado el sonómetro» . Poco importa abrir expediente sancionador «no se sanciona». Como curiosidad, ante la dejadez del actual Gobierno local recuerda uno de los informes del técnico municipal «en el que al ver que no funcionaban los limitadores, alguno desde 2016, se refirió en su escrito a la «enfermedad» que parecía afectar a la mayoría de los sonómetros de los locales del casco histórico.

La problemática continúa y la ilegalidad no es solo en la materia del ruido sino de licencias. Las denuncias vecinales llegaron incluso al juzgado. Si bien la que presentaro. dDe hecho la que presentaron por la centralización de todo los números y charangas musicales del Entroido en a zona histórica sigue en el TSXG . Recuerdan que no van en contra del derecho al ocio, solo a que se cumpla, y se haga cumplir desde el Concello lo que exige la ley, en límite de decibelios horario, y fiesta sí, pero dentro del local y a puerta cerrada.

Es zona saturada acústicamente y, si se actúa, implicaría graves sanciones

O Cimborrio recuerda que el incumplimiento reiterado del horario de apertura y cierre, así como la organización de fiestas a puerta cerrada fuera del horario autorizado, puede acarrear sanciones administrativas graves, que oscilan entre los 600 y 6.000 euros. En casos muy graves pueden superar los 6.001 euros. Además, al encontrarse el local en una calle declarada como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), las sanciones podrían ser aún más severas. Si se aplica el agravante de reincidencia, podría proponerse incluso el cierre cautelar del establecimiento. Ante esta situación, O Cimborrio solicitará acceso al expediente generado por el acta policial de la intervención en el local de Cabeza de Manzaneda a que celebró fiestas, en algún caso hasta las 10 de la mañana, y con dos atestados policiales s en una sola semana.

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