Una septuagenaria atacada por unos perros: «Casi pierdo el ojo y sigo a tratamiento psicológico»
Juzgan a los dueños, una pareja que afirma que los animales se escaparon en un despiste y dicen que el marido de la víctima trataba mal a los canes | El fiscal no acusa por este suceso de Muíños de 2023: no ve imprudencia grave

Feliciana, la víctima del ataque de los perros, a las puertas del juzgado de Ourense, tras la vista. / IÑAKI OSORIO
«Tengo una cicatriz en la ceja, y en el ojo me quedaron bastantes molestias. Estuve a punto de perderlo, me dicen que bastante bien está para lo que fue. Psicológicamente, sigo a tratamiento. Al pueblo voy y vengo y, cuando estoy allí, procuro salir lo mínimo posible, tengo miedo», dice Feliciana, una mujer de 72 años que, el 26 de enero de 2023, fue atacada por unos perros en la aldea de Barxés, en Muíños. Según ella, la rodearon, tiraron y mordieron cuatro, cuando iba recoger verdura en una finca. Según los dueños, dos canes se escaparon del patio de casa y atacaron a la vecina. La aseguradora de uno de los animales, un American Stafford, raza potencialmente peligrosa, indemnizará a la perjudicada con 12.300 euros, tras un acuerdo entre las partes en la acción civil, pacto que no se alcanzó sobre la responsabilidad penal. Los propietarios fueron juzgados este miércoles en el Penal Número 2 de Ourense.
Su versión es que los perros se escaparon en un despiste, pero sostienen que no eran animales problemáticos. Nunca tuvieron incidentes con otros residentes, afirman. En la casa, la pareja convive con tres hijos, de 11 a 18 años, y los adolescentes nunca sufrieron ningún percance con los canes. Reaccionaban peor con la víctima y con su marido porque, según los encausados, el varón los trataba mal, llegando a agredirlos con palos a través de la puerta del cierre, de barrotes y alambrada, e incluso introduciendo una escopeta entre los barrotes o colocando, en una ocasión, un petardo en el extremo de una caña, que explotó junto a la oreja de una perra, relató la pareja.
El fiscal no acusa porque considera que no existió una imprudencia grave constitutiva de delito. En la fase instrucción, el ministerio público ya había solicitado el sobreseimiento. «El simple hecho de que los perros se hayan escapado de la parcela y se encontraran sin bozal, por sí solo no es suficiente para imputar un delito de imprudencia». «Tampoco constan denuncias presentadas con anterioridad por ataques a ningún vecino», añadía el fiscal en su escrito.

Los dueños de los perros, en el juicio celebrado en el Penal 2 de Ourense este miércoles. / IÑAKI OSORIO
La acusación particular modificó su escrito en el juicio para solicitar 2 años de prisión para cada acusado. La defensa pide la absolución y argumenta que en la vista no se expuso ninguna prueba de imprudencia. La perjudicada estaba propuesta como testigo solo por este letrado, pero no llegó a declarar porque el defensor renunció al testimonio de la septuagenaria.
Fuera de la sala aseguró a este diario que la atacaron cuatro perros, tres de mayor tamaño. «Los dueños los traían sueltos, debían estar atados o con bozal. Ya se lo había dicho más veces, que hasta que tuviéramos un susto no harían nada. No me hicieron caso», lamenta.
Ella asegura que fue víctima de algún ataque previo más leve, en el que le rompieron el pantalón, y que más vecinos tuvieron problemas. Pero la defensa y los encausados aluden a que no constan denuncias ni quejas de más personas, y de hecho en el juicio ninguna otra persona declaró como testigo ratificando esa tesis.
«En mi casa entran y salen muchas personas y nunca ha habido incidentes. Sin embargo, cuando pasan estas personas, los perros incluso muerden los barrotes». El dueño cree que el ataque no hubiera ocurrido con otras personas de la aldea. Además, el hombre dice que todos los canes tenían chip, estaban vacunados y contaban con la documentación en regla.
Lamentan el daño que sufrió la víctima pero también el «revuelo mediático» del caso
«Siento mucho el daño que pasó Anita [apelativo de la víctima] y, por otra parte, también todo el revuelo mediático, que resultó muy agresivo para nosotros», manifestó la acusada en el derecho a la última palabra. Antes, en su interrogatorio, relató cómo ocurrieron los hechos, según su versión.
«Estaba en el patio, iba a echar la basura, cerré pero no debí pasar la llave y salieron las perras. Todo ocurrió rápido. Fui detrás y vi que Feliciana se estaba asustando y agobiando, se empezaba a caer, usando un palo para intentar librarse de ellas. Es cierto que la estaban mordiendo en un pie. Fue un momento de tensión. Vi que sangraba, pero se levantó y caminaba. Pensé que podía pasar cualquier cosa», relató la encausada. Según asegura, los perros que atacaron a la vecina septuagenaria nunca se habían escapado con anterioridad. «No lo esperaba», manifestó.
Según la acusada, tanto la víctima como su marido les habían dicho que no les gustaban esos perros. En cambio, nunca tuvieron queja de otros vecinos, afirma ella. «Cada vez que pasaban cerca, sobre todo él, los perros se ponían nerviosos», expresó la acusada, en línea similar a su pareja, sobre la reacción de los animales por la supuesta animadversión de la víctima y el marido hacia esos canes. «Cuando se escaparon y vi que era Feliciana sentí que el problema se multiplicaba por tratarse de ella. Si fuese otro vecino...», expresó la acusada, el incidente no habría sido un ataque tan grave, considera.
«Ha habido más incidentes», sostiene la acusación
«Solo les ha faltado decir que se metió en el patio para que la mordiesen los perros», ironizó el abogado de la acusación particular, antes de referirse, con seriedad, a las «lesiones de consideración» que sufrió la septuagenaria: «Mordiscos en ambos pies, rodillas, glúteos, cara, mejilla... Estuvo a punto de perder un ojo. No fue un hecho rápido como se ha querido hacer ver», expuso el profesional.
«Fue un ataque de cuatro perros, tres de ellos American Stafford, de las razas más peligrosas. Los acusados no disponían de licencia administrativa en el momento de los hechos», sostiene el letrado. Pese a que un vecino —pareja de una sobrina de los encausados— afirmó en la sala que siempre sacaban a pasear a los canes con bozal y correa, el abogado de la víctima citó un caso documentado en autos de una salida de uno de los perros que acabó matando a una oveja. «Ha habido más incidentes», afirma el letrado, rebatiendo a los acusados.
«No hay ningún dato ni se ha traído ningún testigo que indique tan siquiera una imprudencia leve, cómo es posible que no se retire la acusación», afirma la defensa
El letrado hizo alusión a una supuesta manifestación del acusado a la Guardia Civil el día de los hechos, en la que presuntamente reconoció que los animales estaban paseando en una finca sin bozal ni correa, una versión distinta a la de que se escaparon del patio. «Una declaración espontánea es más creíble», opina el abogado de la acusación particular.

El defensor y la abogada de la aseguradora que ha indemnizado a la víctima. / IÑAKI OSORIO
«No está demostrada ningún tipo de imprudencia», dice el defensor
«No hay ningún dato ni se ha traído ningún testigo que indique tan siquiera una imprudencia leve, cómo es posible que no se retire la acusación», dijo la defensa. Protestó por la modificación del escrito de la acusación particular, que elevaba la petición de pena a 2 años de prisión.
Los hechos, a criterio del abogado de los encausados, fueron «una desgracia» motivada por «muy mala suerte» y la concatenación de varios factores, incluido el hecho de que la víctima fuera una que no se llevaba bien con los animales de los encausados. «No está demostrada ningún tipo de imprudencia», reitera el defensor.
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