«Mi plan era quedarme un cuatrimestre, pero quiero alargarlo»
El Erasmus llevó a Nieves a Bremerhaven y le ha brindado la oportunidad de viajar por varios países

Nieves Bouzas, durante su viaje a Colonia. / FdV
Estudiante de tercer curso del grado en Relaciones Internacionales, Nieves Bouzas Kabundi tenía claro que su paso por la Universidad no estaría completo sin un Erasmus, y este curso ha cumplido su sueño. «Cuando el tema comenzó a comentarse en clase, estuve muy pendiente y al publicarse la lista de destinos, el que más me llamó la atención fue Bremerhaven, una ciudad situada al norte de Alemania». Una elección con mucho sentido en una carrera en la que «los idiomas son clave». Además, Nieves había estudiado alemán como segunda lengua extranjera en primer curso y tuvo la suerte de que dos de sus compañeros de clase y mejores amigos, se apuntaron al mismo programa y destino. «Todo el proceso, desde la convalidación de asignaturas hasta la búsqueda de alojamiento fue mucho más llevadero», apunta.
Además, consiguió la beca que la Hochschule de Bremerhaven ofreció a la UVigo para que un estudiante participase durante dos semanas de agosto en la XXVIII edición de la Bremerhaven International Summer School, una estancia que ofrecía contenidos relacionados con sus estudios. Dos semanas en Alemania previas al Erasmus que resultaron «de gran ayuda tanto a nivel personal y académico» para Nieves, que cuando regresó en octubre para iniciar el cuatrimestre ya conocía la ciudad, la universidad y tenía amigos que la ayudaron a adaptarse rápidamente.
Buena integración
«La universidad en la que estudio destaca por su dedicación a integrar a los estudiantes internacionales: ofrecen numerosos programas y actividades, la mayoría de ellas gratuitas, que nos hicieron sentir bienvenidos desde el primer momento», relata. Con el Deutschland Ticket y las ofertas de FlixBus pudo explorar Alemania con sus amigos. Su pasión por viajar no tiene límites y ha aprovechado esta oportunidad y el haberse rodeado de gente con sus mismos intereses para conocer otros países. «Visitamos ciudades increíbles como Bremen, Hamburgo, Hannover, Lübeck, Schwerin, Berlín, Dusseldorf y Colonia. Y también nos aventuramos fuera del país recorriendo Ámsterdam, La Haya, Eindhoven, Copenhague e incluso Malmö, en Suecia».
Aunque no todo ha sido fácil. «Lo que peor llevamos fue el frío, las pocas horas de luz durante el invierno, los precios elevados y, a veces, lo reservados que pueden llegar a ser los alemanes», a lo que se suma «el procedimiento administrativo del Erasmus, que a veces es lento y poco eficaz». Pero a pesar de estas dificultades, «cada experiencia vivida, cada viaje y cada amistad formada hicieron que esta etapa sea algo que siempre recordaré con cariño, tanto, que aunque mi plan inicial era quedarme un cuatrimestre, decidí empezar el papeleo para alargar mi estancia a dos cuatrimestres y quedarme hasta julio».
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