Antolín, 88 años y seis décadas al volante: «En el psicotécnico me dicen que si sigo como hasta ahora me dan el carné hasta los 100»

Supera las renovaciones cada año sin restricciones: «Conduciendo me siento más seguro que andando»

Su Renault actual es el séptimo coche de su vida: «Algún rasponazo le he dado en el garaje, pero cuando era joven también los hacía»

Antolín Álvarez, en su coche, junto a sus nietos Martín y Mara.

Antolín Álvarez, en su coche, junto a sus nietos Martín y Mara. / IÑAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Antolín Álvarez aprendió a conducir en una isla, recorriendo en un Seat 600 las pistas de Mahón (Baleares), cuando ni siquiera había presencia fija de agentes de control del tráfico en Menorca. La circulación era escasa en esa isla del Mediterráneo a finales de los sesenta, cuando este ourensano natural de Vilariño Frío inició su largo idilio con el volante, que ha alcanzado las seis décadas.

«La Guardia Civil iba desde Palma, cuando iba. Un compañero y yo acudimos a una oficina de gestión, en la que nos hicieron los papeles. Nos dijeron que alquilásemos un coche y que practicásemos. El domingo siguiente aprobamos», relata media vida después, al lado de un Renault que representa el séptimo vehículo de su vida.

Durante su etapa profesional en Standard Eléctrica, la empresa fabricante de equipos que suministraba a Telefónica, acumuló muchos kilómetros. «Estuve en todas partes, en varias zonas de Galicia, en Ourense llevo desde los setenta», recuerda. Su longevidad y un historial intachable al volante lo contemplan. Incluso colecciona los viejos documentos. «Tengo ocho carnés ya, a ver hasta dónde llego», bromea.

Antolín Álvarez, junto a su vehículo actual, un Renault.

Antolín Álvarez, junto a su vehículo actual, un Renault. / IÑAKI OSORIO

A finales de los sesenta obtuvo el permiso de moto y después el de coche. Su autorización original caducó y por eso la fecha de antigüedad que figura ahora en su permiso de la Dirección General de Tráfico es más reciente, de la década de los ochenta. En su etapa actual, cada año se somete a la renovación de la autorización para conducir. Por el momento mantiene el permiso sin ninguna restricción para la circulación, superando los reconocimientos de capacidades psicofísicas sin tacha. Además, conserva el saldo completo de puntos.

Siempre he tenido precaución y he sido prudente

«En el psicotécnico me dicen que, si sigo como hasta ahora, me dan el carné hasta que tenga 100 años. Siempre he tenido precaución y he sido prudente, pero ahora pongo incluso más atención», asegura este octogenario ourensano. «Algún rasponazo le he hecho en el garaje, pero cuando era joven también. Me encuentro bien al volante, conduciendo me siento más seguro que andando, porque para caminar tengo que llevar bastón».

Antolín, junto a su hijo y su nuera, Pablo y Estíbaliz, y sus nietos Mara y Martín.

Antolín, junto a su hijo y su nuera, Pablo y Estíbaliz, y sus nietos Mara y Martín. / IÑAKI OSORIO

El vehículo le permite desplazarse a su aldea y atender algún otro trayecto esporádico, siempre corto. «El tráfico y las carreteras de hoy no tienen nada que ver con las de antes. Con tantos baches... Por eso se acababan antes los coches», expone desde su amplia experiencia.

En la ciudad, donde reside, ya no usa el coche casi nunca. Por propia elección —añade Pablo, su hijo— Antolín solo conduce en las horas diurnas. «Antes iba a Barcelona si hacía falta, y hasta hace no mucho conducía hasta Pontevedra o Vigo», recuerda Pablo. «Ahora lo uso muy poco», confirma el señor.

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