Exhibe en el bar una pistola eléctrica, golpea varios coches y se resiste a la detención
La Policía Local de Barbadás y la Guardia Civil colaboran en el arresto en Loiro de un varón por desobediencia y la tenencia ilícita de una táser, arma prohibida | Los clientes sintieron miedo
Las defensas eléctricas forman parte de un amplio listado del Ministerio del Interior sobre las armas cuya publicidad, compraventa, tenencia y uso están prohibidos, salvo por funcionarios especialmente habilitados para su manejo. Este sábado, en la localidad de Loiro, en el municipio ourensano de Barbadás, un hombre de unos 40 años fue detenido tras exhibir presuntamente una pistola eléctrica tipo táser, en el contexto de un altercado que protagonizó en dos bares de la zona.
Presuntamente, golpeó al menos tres vehículos y la cristalera de un establecimiento hostelero. Los clientes que fueron testigos de los hechos sintieron miedo y se refugiaron en del local por temor a resultar heridos. La intervención conjunta de la Policía Local de Barbadás y de la Guardia Civil permitió reducir al alborotador.
Según fuentes del caso, se encontraba muy alterado, con signos de embriaguez, y presuntamente se resistió a ser detenido. Al final fue reducido, esposado y conducido al calabozo, hasta su paso a disposición judicial. El arresto se basa en los presuntos delitos de desobediencia así como tenencia ilícita de un arma prohibida, la pistola eléctrica.
Testigos del comportamiento de este hombre se pusieron en contacto con la central de emergencias del 112. El servicio comunicó el suceso a la autoridad policial. Acudieron un agente municipal de Barbadás y una patrulla del instituto armado, del puesto de Ourense. En total, tres efectivos.
Según los testigos, el hombre golpeó varios vehículos y un cristal del local hostelero, mientras el dueño y los clientes que se encontraban en ese momento en el lugar observaban los hechos desde el interior, asustados y procurando un refugio en el establecimiento por miedo a ver comprometida su integridad física, tras presenciar que el alborotador portaba y exhibía una pistola eléctrica.
Después de este primer episodio, y mientras los agentes de la autoridad llegaban, el sospechoso se fue a otro bar de la zona, donde presuntamente volvió a sacar la táser, alardeando de su tenencia, dicen las fuentes consultadas. Una vez en el lugar, los agentes hablaron con el varón y se encontraron con su presunta negativa a ser registrado. En el cacheo, los guardias y el policía hallaron la pistola eléctrica. Continuaba alterado, con una actitud agresiva con los agentes, que tuvieron que reducir al varón ante la resistencia activa que ofrecía.
Además de lo que determine la justicia sobre la responsabilidad de este investigado por los presuntos delitos de desobediencia y tenencia ilícita de armas, también podría exponerse a más acciones legales si los propietarios de los vehículos y el hostelero afectados por los daños presentan denuncia.
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