Un recurso de la empresa frena la supresión de la ORA y la gratuidad del aparcamiento en Ourense

La eliminación definitiva debe aprobarse en pleno | El gobierno local afirma que licitará en enero el contrato de la grúa ya sin ORA | La oposición critica falta de previsión y alternativas, y duda sobre la base legal

Una usuaria de la ORA, en un parquímetro.

Una usuaria de la ORA, en un parquímetro. / I. OSORIO

J. F.

La empresa concesionaria de los servicios de control de aparcamiento regulado y de retirada de vehículos en Ourense ha impugnado el acuerdo de la junta de gobierno local que suspendió la zona ORA con efectos desde el 2 de enero de 2025. El Concello está obligado a tramitar el recurso de la empresa y, en consecuencia, se retrasa la entrada en funcionamiento de la medida. El gobierno municipal confía en que la demora sea la menor posible, y que el plan de Jácome de suprimir la ORA en la ciudad sea efectivo «en unas semanas».

El equipo de gobierno presentará en la primera semana de enero una propuesta de acuerdo que deberá ser aprobada por el pleno para que se pueda eliminar la ORA con carácter definitivo, puesto que el acuerdo adoptado por la junta de gobierno local el 13 de diciembre era una supresión de carácter provisional.

Se trata de uno de los servicios que se prestan en precario en la ciudad. El Concello asegura que licitará, también en enero, un nuevo contrato para adjudicar la prestación del servicio de retirada de vehículos mediante la grúa, «en un pliego que ya no incluirá el servicio de control de aparcamiento en zona ORA que se va a suprimir», reitera.

Críticas de BNG, PP y PSdeG

Los concejales del BNG Luís Seara, Erea Blanco y Xosé Manuel Puga comparecieron este viernes para cuestionar la viabilidad de la propuesta de suspensión de la ORA que pretende el gobierno de Gonzalo Jácome. El grupo nacionalista, que ha tenido acceso al expediente y a los informes, expresa sus dudas sobre la legalidad de dicha suspensión, y además alerta sobre las consecuencias negativas para la movilidad en la ciudad. Los ciudadanos, destaca el BNG, tendrán más dificultades para aparcar, teniendo que utilizar con más frecuencia los parkings subterráneos privados, de pago.

Sobre la licitación del nuevo contrato de la grúa, pliego en el que el gobierno local quiere eliminar ya la ORA, el portavoz nacionalista Seara asegura que el servicio de aparcamiento regulado «figura en el contrato y no se puede disociar del de la grúa, al ser una única concesión».

El BNG está dispuesto a debatir sobre la gratuidad del servicio, pero aboga por no adoptar una decisión así «a la ligera, ya que hay una concesión, aunque sea en precario, personal subrogado y efectos económicos y para la movilidad».

50 infracciones al día

Hay una media diaria de 50 infracciones por exceder el tiempo de aparcamiento o no pagar. Según los datos hasta octubre de 2024, a los que ha tenido acceso el BNG, la recaudación por la ORA ascendió a 621.000 euros, que se suman a otros 124.000 por la grúa, 745.000 euros de ingresos frente a 743.000 de gastos en personal.

«Llevamos meses alertando de que sin los informes técnicos y jurídicos que avalasen la supresión de la ORA, sin alternativas de aparcamiento y sin saber el impacto económico, la decisión era inviable», subraya Sonia Ogando, concejala del PP. El partido recuerda que es la cuarta vez que Jácome promete poner fin a la ORA, desde 2020. «Vemos falta de planificación. Desde el PP nunca nos oponemos a medidas que beneficien a los vecinos, pero para llevarlas a cabo es imprescindible no improvisar».

La portavoz socialista en Ourense, Natalia González, critica la falta de previsión y califica la rectificación sobre la supresión de la ORA como «chapuza navideña» del gobierno de Jácome, tras el «anuncio meteórico» de su suspensión el 2 de enero y una «aprobación por la puerta de atrás, en junta de gobierno local, sin los suficientes avales técnicos y jurídicos, y sin ningún tipo de previsión en busca de alternativas de aparcamiento».

La líder local del PSdeG considera que el gobierno «funciona a base de arroutadas, sin ningún tipo de rumbo, lo que depara escenas como esta o el desestimiento del contrato del transporte urbano. Chapuza tras chapuza, jugando con las expectativas de la gente», reprocha Natalia González.

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