El jurado concluye que el asesino de Velle sabía lo que hacía pese a su esquizofrenia

Diego R. T., culpable por unanimidad del ataque a cuchilladas a sus vecinos en el que mató a la joven Ana y dejó crítico a su primo Álvaro

La Fiscalía, cuya tesis prospera, pide 24,5 años

Diego R. T., culpable del crimen de Velle, tras el veredicto.

Diego R. T., culpable del crimen de Velle, tras el veredicto. / IÑAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Diego R. T. era consciente de lo que hacía cuando se presentó de madrugada en la casa de los vecinos y, nada más su primo Álvaro B. le abrió la puerta, la emprendió a cuchilladas —quedó en estado crítico—, atacando después a la novia del superviviente, Ana B., víctima mortal del crimen de Velle, de 22 años. Tras un solo día de deliberación, el jurado considera al encausado culpable, por unanimidad, de un delito consumado de asesinato así como de un delito de tentativa de asesinato.

Los cinco hombres y cuatro mujeres del tribunal popular concluyen que Diego R. T. sabía lo que hacía, así como las consecuencias de sus actos, pese a su esquizofrenia paranoide. Tenía sus capacidades limitadas «levemente» —lo consideran 5 de los 9 jurados del tribunal—, pero no anuladas —esto último es criterio unánime— cuando atacó a los vecinos, el 19 de febrero de 2021. Aquella madrugada, según concluye el tribunal popular, Diego R. T. no sufrió un brote psicótico, porque su estado posterior y los síntomas que tenía cuando ingresó días después en el hospital, desde prisión, no se parecían a los cuadros agudos que sí habían motivado estancias hospitalarias en años anteriores por causa de su enfermedad.

El veredicto de culpabilidad del jurado acoge, en su integridad, la tesis que defendía la Fiscalía de Ourense, representada por Elena Fernández. El ministerio público admite una atenuante de lar responsabilidad criminal por la anomalía psíquica del encausado. Tras el veredicto, la fiscal mantuvo su petición, con una ligera modificación al alza de la pena solicitada: 17 años por el asesinato de Ana B, y 7 años y medio por la tentativa de asesinato que sufrió Álvaro B.

El superviviente fue el testigo clave, la voz de su novia, víctima mortal, y el narrador del terrible suceso registrado en Velle en 2021. El jurado popular otorga un gran valor al detallado testimonio del joven, que conmovió a la sala.

Tenía intención de matar a su primo y su novia

El veredicto considera probado, de forma unánime, que Diego R. T. salió de su galpón-vivienda —aledaña a la casa de las víctimas—, con la intención de matar a su primo y a su pareja, aprovechándose de la noche y el factor sorpresa.

Cogió un cuchillo, le dijo a su madre que iba a matar unos conejos y cerró tras de sí la puerta. Al llegar a la casa de las víctimas, gritó «abre, abre». Cuando Álvaro lo hizo, Diego R. T. se abalanzó sobre él, diciendo «os voy a matar», y empezó a clavar el cuchillo repetidamente a su familiar por distintas partes del cuerpo.

No tenían opción de defensa

El jurado considera por unanimidad que el ataque fue inopinado y no existió posibilidad de defensa. En ese momento apareció Ana B., que imploró al acusado que parase diciéndole que su novio ya estaba muerto. «Lejos de cesar su actitud» —continúa el objeto del veredicto declarado probado—, arremetió contra la joven. Le asestó dos cuchilladas profundas en el cuello y el tórax, así como múltiples cortes por todo el cuerpo. Una gran hemorragia causó la muerte. El tribunal popular considera que también ella estaba indefensa.

El lugar del crimen, con el acusado custodiado por policías, en 2021.

El lugar del crimen, con el acusado custodiado por policías, en 2021. / FDV

El veredicto no aprecia ensañamiento

El tribunal popular no acoge la tesis de la acusación particular de que existió ensañamiento. Los ciudadanos no ven probado este extremo, por mayoría de 8 votos de un total de 9. De esta manera, decae la posibilidad de prisión permanente revisable, la primera vez que se pedía en Ourense esta medida. Se basan en el dictamen del forense, que identificó esas dos heridas profundas, mientras que el resto fueron lesiones de carácter superficial, según el informe experto del Imelga.

El veredicto también ve probado que, tras el crimen, el encausado se deshizo del cuchillo, tirándolo en una finca próxima, antes de volver a su galpón-vivienda. Desactivó la alarma, contestó a la central de llamadas dando correctamente la palabra clave y se excusó ante su madre diciendo que venía de matar unos conejos. Después se quitó la ropa, con sangre.

Mientras, el superviviente logró arrastrase hasta el teléfono y alertó a su padre. Le dijo ya entonces que el autor de las cuchilladas era Diego y, para que no hubiese dudas, escribió con su propia sangre en el suelo el nombre de su primo. La víctima tuvo que recibir cinco intervenciones quirúrgicas. Le han quedado numerosas secuelas.

Diego R. T., llegando este jueves a la Audiencia Provincial, desde la prisión, para la lectura del veredicto.

Diego R. T., llegando este jueves a la Audiencia Provincial, desde la prisión, para la lectura del veredicto. / IÑAKI OSORIO

La defensa pide la pena mínima

El jurado se opone a que el encausado reciba la suspensión de la pena o el indulto. El abogado Jorge Temes, que representa a la familia de la joven asesinada, solicita 20 años de prisión por el crimen de la joven, así como otros diez años, con posterioridad, de libertad vigilada y alejamiento.

Alejandra Fernández, letrada del superviviente y su familia, pide 15 años por la tentativa de asesinato de Álvaro.

Mónica Víctor, abogada de la defensa, solicita a la magistrada que imponga las penas mínimas por el asesinato consumado y la tentativa de asesinato, atendiendo a la atenuante por trastorno mental. La magistrada Ana del Carmen Blanco concretará el castigo en la sentencia, que se dictará en los próximos días.

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