Cuatro años y casi 70 iniciativas de «fermosismo» en la aldea de Puxedo
La asociación vecinal tramita los proyectos de corrección del impacto paisajístico | La reparación de la capilla de San Antón en 2010 activó el interés por la lucha contra el feísmo

Uno de los inmuebles restaurados en Puxedo. / CEDIDA
La aldea de Puxedo, en pleno corazón de la Serra do Xurés, se ha consolidado como un referente en la lucha contra el feísmo y la recuperación del patrimonio cultural y etnográfico. Parada obligada para los que visitan el parque natural, es también un atractivo para aquellos interesados en la rehabilitación y humanización de espacios. La singularidad de Puxedo es que esta apuesta por lo que se ha denominado «fermosismo», no es una suma de proyectos o iniciativas individuales, sino un trabajo colectivo de la asociación vecinal que, hace ya 14 años, apostó por recuperar los espacios públicos para la vida en común.
Comenzaron con la recuperación del conjunto monumental de San Antonio, la rehabilitación del patrimonio etnográfico en torno al ciclo del pan (eiras, hórreos, molinos y hornos), la renovación de fuentes, muros de piedra sin labrar y alpendres y la apertura de museos interpretativos de los oficios o los productos locales del Xurés.
Llegado este punto, la asociación vecinal entendió que de nada valía recuperar lo público si las propiedades privadas se mantenían en el estado de abandono en el que se encontraban o con obras ejecutadas no acordes con la arquitectura tradicional del pueblo. Llego así un tiempo de concienciación en el que la entidad trasladó a los propietarios la importancia de revestir sus fachadas o recubrir tejados de chapas de fibrocemento con los materiales y colores tradicionales de la zona. Asimismo, acompañó a los titulares en la tramitación de los proyectos: elaboración de las memorias técnicas, solicitud de las licencias y permisos necesarios y solicitud de las ayudas y justificación de las mismas una vez finalizada su ejecución.

Una vivienda recuperada en la aldea. / CEDIDA
Es así como esta aldea de apenas 35 vecinos ha promovido un total de 66 proyectos de reforma en los últimos cuatro años. En lo que va de ejercicio se ejecutaron doce nuevas interveciones que se incluyeron en la convocatoria de ayudas de la Xunta para la corrección de impactos paisajísticos. Esta docena e iniciativas se unen a los 54 proyectos ya ejecutados desde 2021, lo cual supone una inversión próxima a los 300.000 euros en los últimos cuatro años.
Entre otros trabajos, recubrieron las cubiertas de chapa de fibrocemento con teja cerámica curva, revistieron fachadas que se encontraban en bloques de hormigón o ladrillo vista, adaptaron los colores de los cierres a la guía del Instituto de Estudos do Territorio, recuperaron muros de piedra mediante mampostería en seco y eliminaron encintados no acordes con el entorno.

Un muro de piedra restaurado en la aldea. / CEDIDA
Además, y tras una inversión de 40.000 euros financiada por el GDR Limia-Arnoia en el marco del programa europeo Leader, se restauraron el antiguo horno de pan, un hórreo y un pajar en el lugar de Entraseiras para convertirlo en espacio expositivo de la mujer rural.
La transformación del pueblo en cuatro años, señalan desde la asociación, es «total» y esto «está animando a que cada vez sean más los interesados en adquirir un inmueble y rehabilitarlo».
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