Los vecinos de A Ponte estrenarán acceso a la ribera del Miño con unas escaleras

La polémica acera vallada del Puente Romano, que lleva más de un lustro sin uso por líos entre administraciones – Concello y Xunta discreparon sobre la titularidad de la misma – , ya está más cerca de lucir nuevo aspecto. Las obras de remodelación ya son una realidad, en el marco de las actuaciones de la nueva senda del paseo del Barbaña. El delegado de la Xunta en Ourense, Manuel Pardo, supervisó ayer los trabajos en la acera y recordó que los técnicos habían detectado “problemas estructurales” en la misma, de ahí su cierre, que después se prolongó en el tiempo porque ni Concello ni Xunta querían hacerse cargo de las obras.

El gobierno autonómico optó por expropiar la acera para desbloquear la situación de incertidumbre jurídica por la titularidad de la misma. La solución constructiva será una acera que da acceso al edificio, pegado al puente, pero separada del estribo del Puente Romano. Aprovecharán el hueco existente para construir una escalera que, desde la propia calzada del Puente, dará acceso a la ribera del Miño, zona en la que habitualmente pasean los ourensanos o hacen deporte. En verano, es una de las riberas más concurridas para tomar el sol o darse un chapuzón en el río. La Xunta facilita las infografías en las que se puede observar cómo quedará finalmente el aspecto de la acera.

La actuación forma parte de la senda de dos quilómetros que ejecuta la Xunta en la ciudad. Es un proyecto que supondrá una inversión de 5,4 millones de euros, junto a otro trayecto que comunica la estación intermodal con el Puente Romano, a través de la avenida de las Caldas.