Joaquín P. F., un hombre de 63 años y con varias condenas, que se encuentra en prisión, recibe una nueva sentencia en la que la magistrada del Penal 1 de Ourense le impone una multa de 600 euros por un delito leve de lesiones del que fue víctima una mujer octogenaria en su casa de Verín, en enero de 2020. El encausado, que se enfrentaba a 3 años de cárcel, sale absuelto del delito de agresión sexual por el que también fue juzgado.
La magistrada considera probado que el encausado accedió de madrugada en la vivienda de la víctima. El hombre se valió de una linterna para desplazarse por el inmueble, porque estaba oscuro. Tras subir a la segunda planta, se encontró con la víctima. La mujer se despertó y se incorporó para comprobar qué sucedía, después de haber oído ruidos en plena noche que la sobresaltaron.
Pidió auxilio a gritos y el encausado salió corriendo
La sentencia del Penal Número 1 de Ourense, contra la que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, considera acreditado que el individuo se abalanzó sobre la mujer mayor, la sujetó por el hombro y el brazo, y la tiró al suelo. La octogenaria pidió auxilio a gritos, y el encausado salió corriendo de la vivienda.
La jueza concluye que no hay pruebas de que el acusado tocase los pechos a la víctima e intentase meter su mano en el interior de su pijama. La mujer sufrió una contusión costal y en el hombro derecho.
“No existen elementos suficientes para la condena del acusado por el delito de agresión sexual”, sostiene la jueza, que se basa en el propio relato de la víctima, quien dijo que el acusado huyó después de que ella gritase para pedir ayuda. La octogenaria “no titubeó ni vaciló” –enlaza la jueza– al declarar que el individuo no llegó a hacerle tocamientos.
La víctima reconoció al acusado como el intruso "de forma rotunda y contundente"
En cambio, “no existe duda alguna” de que el encausado fue la persona que se coló en la vivienda de la octogenaria y se abalanzó sobre ella, quien lo reconoció en el juicio “de forma rotunda y contundente”. Tras los hechos, el varón quebrantó una orden de alejamiento. La jueza no da credibilidad a su versión de que aquella noche él estaba durmiendo en su casa. La condena establece 6 meses de alejamiento y de prohibición de comunicación.