El pasado domingo, sobre las 15.30 horas de la tarde, agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Ourense detectaron, en las inmediaciones del polígono industrial de San Cibrao das Viñas, a un vehículo conducido por una persona que llamó la atención a los guardias por su juventud y porque, además, "no demostraba destreza en la manera de circular".
Los funcionarios dieron el alto al coche y comprobaron que se trataba de una menor de edad, de 13 años. A su lado estaba su padre. Era una práctica para que aprendiera a conducir. El instituto armado investiga al adulto como presunto cooperador necesario en la comisión de un delito contra la seguridad vial.
La niña no tiene responsabilidad penal todavía, al ser menor de 14 años. En cualquier caso, la Guardia Civil ha puesto el caso en conocimiento de la Fiscalía de Menores, para que el ministerio público estudie si procede un expediente de protección.
"Al cabo de un tiempo pueden sentir que dominan el vehículo y tener la tentación de utilizarlo por su cuenta, antes de haber obtenido el permiso, sin ir acompañados por ningún adulto, lo que supone un grave riesgo para ellos y para el resto de los usuarios de la vía", advierte la Guardia Civil
La Guardia Civil de Ourense indica que en los últimos meses ha detectado seis casos similares en la zona del polígono de San Cibrao das Viñas, donde "es frecuente apreciar este tipo de conductas". El instituto armado advierte de que cuando los aprendices son tan jóvenes "al cabo de un tiempo pueden sentir que dominan el vehículo y tener la tentación de utilizarlo por su cuenta, antes de haber obtenido el permiso, sin ir acompañados por ningún adulto, lo que supone un grave riesgo para ellos y para el resto de los usuarios de la vía".
La posible condena a la que se enfrenta el padre como presunto cooperador necesario de este delito contra la seguridad vial es de tres a seis meses de prisión, o una multa de doce a veinticuatro meses, o trabajos en beneficio de la comunidad entre treinta y uno y noventa días.