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Ni sesentañeras ni sexagenarias: las mayores de 60 reclaman su espacio y su voz

La asociación Mirada Mulleres +60 se presentó para visibilizar a las mujeres en el Liceo con 14 socias fundacionales de distintas profesiones | 82.000 vecinas de la provincia que tienen 60 o más años

Socias fundacionales de Mirada Mulleres +60, durante la presentación de la asociación, ayer, en el Liceo de Ourense. | // IÑAKI OSORIO

“Ni sesentañeras, ni sexagenarias; somos mujeres de 60 años en adelante, capaces y útiles, que no nos conformamos con observar la realidad social, también queremos contribuir a mejorarla. Nuestros objetivos son que se tengan en cuenta nuestras posibles aportaciones y experiencia y se visibilice y dé voz a ese amplio colectivo en la provincia que son las mayores de 60”, explica María Antonia Rilo.

Ella es la presidenta de la nueva asociación Mirada Mulleres +60, que se presentó ayer en el Liceo de Ourense y que surge de las inquietudes de sus primeras socias fundacionales: un grupo de 14 mujeres de esa franja de edad y de los más distintos sectores profesionales, desde la medicina, la empresa, la política o amas de casa, entre otras, a las que ya se han sumado cinco hombres.

El acto de presentación contó con la participación, en calidad de conferenciante, de una brillante profesional ahora también mayor de 60 años, Ana Pastor, jefa del servicio de Neurocirugía del CHUO.

La propuesta de esta nueva asociación es visibilizar la labor de la mujeres de 60 años, exigir que se les dé voz en estudios de género, en consellos del mayor o cualquier otro órgano consultivo. La entidad se presenta en una ciudad con un espectro demográfico en el que las mujeres son mayoría y las de más de 60 años una autentica legión.

Más mujeres que hombres

Según el padrón de habitantes de Ourense de finales de 2022, y haciendo una suma de las mujeres que hay en la provincia por grupos de edad, su preponderancia numérica es absoluta, y en una población provincial de 304.280 habitantes, 82.200 son mujeres de más de 60.

Una auténtica legión comparada con el número de hombres en esa misma franja de mayores de 60, que eran en la provincia a finales de 2022 un total de 61.326, es decir casi 22.000 sexagenarios varones menos que mujeres. A estas alturas y al menos en Ourense la mayor longevidad femenina no es una cuestión discutible.

Entre los objetivos de esta nueva asociación destacan “no infantilizar a los mayores, e incluir nuestra voz y experiencia en estudios de género, así como buscar fórmulas de apoyo para abordar la soledad no deseada”, explica la presidenta de la asociación.

No obstante, Mirada Mulleres +60 no viene para reivindicar su preponderancia numérica, “lo urgente es dar visibilidad, rechazando esa actitudes edadistas que ejercen muchas personas”, explican, y que consiste en incluir o excluir a alguien tanto en el plano laboral, social, de méritos o capacidades dependiendo de su edad.

También “con nuestras actuaciones queremos concienciar sobre la violencia de género en mujeres mayores, esas que, a veces, están mal asesoradas y llevan sufriendo durante años ese maltrato, porque a veces su propio entorno familiar es el que les dicen que no denuncien que ya no merece la pena”, indica María Antonia Rilo.

Otro de los objetivos es activar o crear, si no los hay, consellos del mayor, y apostar por una ciudad “amable” con los mayores. Los hombres también tienen su espacio en una asociación que nace ya con aspiración incluso de “acabar creando una federación de colectivos implicados en esa visibilización de los derechos de las mayores.

Ana Pastor Zapata Iñaki Osorio

Ana Pastor, neurocirujana :"No se pueden extremar los cuidados de una persona joven y luego abandonarla cuando es mayor"

Como jefa del servicio de Neurocirugía del CHUO y mujer involucrada además en mil batallas, tanto en el ámbito de la investigación como en las campañas solidarias, Ana Pastor Zapata considera que el llamado “edadismo”, que prima la edad en muchas decisiones laborales, médicas o incluso sociales, “no puede ser un factor único discriminatorio para incluir o excluir a alguien porque es demasiado joven o es demasiado mayor”, asegura. En su ponencia, ayer, durante la presentación de esta nueva asociación Miradas Mulleres +60, bajo el título “Sin límites: edad y medicina”, la doctora Pastor hizo un recorrido a medio camino entre la ciencia y la sociología para recordar que “desde que nacemos empezamos a envejecer entonces la edad no puede ser un factor para incluir o excluir, hay que mirar capacidad, estado o talento de la persona” . Puntualizó que no siempre la edad es igual a envejecimiento y que “hay jóvenes muy viejos y mayores muy jóvenes” e incidió también en el factor no solo de salud sino intelectual, por lo que la edad “tampoco debe ser factor determinante en las decisiones”, explica. Valorar el estado de las personas, sus condiciones físicas, capacidades acertadas para dejar el edadismo social tan en boga.

La doctora recurrió a una anécdota personal para explicar que “mi primer caso de edadismo lo sufrí cuando quise apuntarme como reservista del Ejército (una modalidad para ser voluntaria en su caso como médico), pero hay una edad máxima, creo que eran los 58 y me rechazaron pese a que tienen escasez de médicos. Es decir, puedo jubilarme a los 67 y luego ¿soy vieja a los 68?”, se pregunta en cuanto a las distintas visiones sobre ser mayor o estar viejo. En una sociedad como la española, donde la esperanza de vida de una mujer está en los 85, “mantener una vida sana, comer adecuadamente y hacer ejercicio suelen ayudar a vivir más y sobre todo con más calidad de vida”. Sin embargo, apuesta por desterrar estereotipos sociales adversos. “Una persona mayor tiene derecho a trabajar, descansar, enamorarse, divertirse, lo que hay que erradicar son visiones como que si un mayor sale a bailar, se catalogue como un viejo verde”. Viajar es otra de las fórmulas para dar vida y aprendizaje a la madurez, pero “tal vez el error, es hacer esos viajes solo para jubilados, cuando lo que aporta en la vida es intercambiar experiencias entre distintas generaciones”. Para vivir más y mejor también hay que dotar medios, porque “no es normal que no haya apenas geriatras en una sociedad de mayores como la gallega”, lamenta. “¿Qué pasaría si eliminamos pediatras o ginecólogos?”, pregunta, a la vez que propone una mirada crítica: “No podemos extremar los cuidados de una persona joven y abandonarla cuando es mayor”.

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