Victoria Núñez, jefa territorial de Medio Ambiente en Ourense y elegida este lunes presidenta de la gestora del PP de Ourense ciudad en tanto no se convoca un nuevo congreso local, señaló ayer, en un comunicado enviado por el partido, que su primer objetivo para esta nueva etapa de la junta local es “recuperar y ampliar la base del partido”. También se propone “conectar con todas las personas que confían y confiaron en el PP y que se sienten identificadas con los valores de nuestra formación”.
Sin embargo, parece que su elección, marcada desde el PPdeG, que da un paso más para recuperar, con gente afín, los mandos del partido que dirigió de forma hegemónica la saga Baltar desde 1990, ha abierto un nuevo cisma entre la dirección gallega y los restos del baltarismo, al confirmar estos últimos que la presidenta de la gestora, desconocida para la mayoría, “no está siquiera afiliada al PP”.
“Es inaudito lo ocurrido. Los responsables de los cinco distritos del partido en la ciudad y la militancia están indignados, porque esta persona tiene perfil de funcionaria, sin trayectoria política, casi nadie la conocía y el malestar aumentó a lo largo del día de ayer, al saber que no está afiliada”, indicaban militantes próximos al presidente provincial Manuel Baltar.
“Ningunearon a los ediles”
Son conscientes de que el baltarismo ya no existe y el aún presidente provincial del PP, Manuel Baltar, vive ya su especie de autoexilio desplazado en el Senado, tras ser forzado a dimitir como presidente de la Diputación.
Sin embargo, “con esta elección de la nueva presidenta de la gestora, se ha ninguneado a los 7 concejales del PP en Ourense. Tendría que ser alguno de ellos el que, de forma natural, fuera el que presidiera la gestora provisional, porque sabe las necesidades del Concello. ¿Cómo va a dirigirlo una persona que desconoce la política local?”, lamentan.
Algunas fuentes llegaron a mencionar ayer incluso la posibilidad de denunciar internamente el nombramiento, basándose en que la nueva presidenta de la gestora no es una persona de partido. Algo que parecía ya apaciguado a última hora en nombre de la disciplina interna.
Tal vez en nombre de esa paz interna, la nueva presidenta eventual subrayó ayer que asume su trabajo “en primera línea y con responsabilidad”, pero dando participación a los seis concejales del PP, que también integran la gestora como miembros natos, “pues son los responsables de defender, día a día, los interés de los vecinos de Ourense”. A partir del viernes volverán a ser 7 ediles del PP, pues tomará posesión en el pleno Sonia Ogando en sustitución del dimisionario Manuel Cabezas.
Victoria Núñez destaca que en su gestora cuenta también con “nuevas personas y un equipo fuerte” que se ponen a disposición del partido para trabajar en las más diversas áreas de interés para la ciudadanía. La presidenta de la gestora apuesta “por ir ensanchando la base de nuestra formación para seguir la tendencia de crecimiento del PP en la ciudad, que en apenas dos meses, entre las elecciones municipales y las generales, aumentó el apoyo en más de 11.000 votos”.
La hija del político al que “laminó” en su día el propio José Luis Baltar
Victoria Núñez señalaba ayer vía comunicado –dado que no es proclive a actos públicos y no hay apenas fotos ni declaraciones suyas desde que asumió la jefatura provincial de la Consellería de Medio Ambiente en 2014– que asume el nuevo reto al frente de la gestora local del PP “con mucha responsabilidad, pero también con vocación política, que ya me viene de familia”. Se refiere a que es hija de Victorino Núñez (1936-2010) otro de los nombres fuertes en la década de los 80 de la política local, que empezó en política de la mano del fundador de Coren, Eulogio Gómez Franqueira, creó luego su propio partido, Centristas de Galicia, con el desembarco de Manuel Fraga se integró en las filas populares y fue presidente del Parlamento de Galicia. Finalmente, Victorino Núñez tuvo que ver cómo uno de sus alcaldes, el de Nogueira de Ramuín, José Luis Baltar, le montaba una revuelta que acabaría colocando a este último como presidente de la Diputación de Ourense en 1990, provocando el declive del propio Victorino. La historia, siempre tozuda –ahora los in llaman karma– ha hecho que la hija de aquel político al que laminó José Luis Baltar en los 90, sea la elegida para dar una nueva estocada a la era baltarista.