Mientras en Valdeorras se libra estos días el futuro de casi 300 trabajadores de dos pizarreras de la comarca por el desahucio de sus factorías, al estar ubicadas en terrenos mancomunados cuya reversión reclamaron en el juzgado sus propietarios, disconformes con el alquiler que pagan las empresas, en el resto de la provincia de Ourense el 22% de las naves industriales están vacías, lo que se traduce en casi 500 almacenes que están en el mercado de alquiler o en el de venta, a la espera de que alguien levante la persiana con un nuevo proyecto empresarial.
Ni los precios, los más bajos de Galicia en la provincia, parecen haber conseguido ese empuje industrial, que se centra en la provincia de A Coruña y en la ciudad de Vigo, mientras en Ourense las aperturas van al ralentí.
No obstante, el número de naves en arrendamiento y venta en el circuito de comercialización en el conjunto de Galicia, también en Ourense, disminuye respecto a los últimos cinco años. Hay que dejar una puerta abierta a la esperanza de que nuevas firmas, sobre todo de logística, muestren interés en abrir nuevas factorías en la comunidad gallega, como explica Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).
No obstante, lo que cambia, y bastante, son los precios de las naves en arrendamiento y venta con subidas en ambas. Vigo y su área metropolitana es donde más crece la demanda, pero en Ourense es donde más desciende.
Precios a la baja
De esas casi 500 naves industriales vacías en la provincia de Ourense, 290 se encuentran en este momento en el mercado de alquiler, a un precio medio de 2,40 euros el metro cuadrado. Son datos del mes de septiembre de 2023 y arrojan una baja en la oferta, frente a las 360 naves en circuito de alquiler que había un año atrás, en septiembre de 2022, lo que, pese al pesimismo, permite hablar de algún brote verde.
Según este mismo informe de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, en estos momentos hay en la provincia otras 200 naves industriales en el mercado de compraventa, y el precio medio, que está en los 325 euros el metro cuadrado, es el más bajo de Galicia, la mitad que en A Coruña, donde las nave industriales tienen un precio medio de venta de 650 euros metro cuadrado.
Los contratos crecieron un 3% en la comparativa interanual, explica el mencionado informe de Fegein, aunque “los costes de la energía, carburantes, costes laborales y la caída de facturación penalizan a microempresas y pymes”.
Pese a esa reducción que se ha producido de las naves en venta en la provincia, con 50 menos, sí se aprecian cierres pero por cambio de ubicación. “Hay empresas que tienen naves grandes y buscan ahora otras más pequeñas, para reducir costes”, explican los inmobiliarios gallegos.
De hecho, en las naves de mayor superficie no solo se encarece el precio del alquiler –una nave de 1.000 metros cuadrados rondaría los 2.400 de alquiler al mes según el baremo medio actual–, sino que a mayor espacio, mayores gastos de carburantes o mantenimiento.
En las provincias de A Coruña y Pontevedra, con su eje locomotor, que es Vigo, hay varios polígonos industriales metropolitanos y tienen hasta el 95% de sus naves industriales ocupadas.
En el caso de Ourense, el eje principal que concentra el mayor número de empresas y trabajadores está en San Cibrao das Viñas.
Dicho todo esto, y con otros polígonos lusos pujando por atraer proyectos, “no es de recibo que la ordenación del suelo empresarial y el plazo de aprobación de un proyecto de urbanización en un ámbito para adaptarse a la demanda de suelo sea de 22 meses”, explica el presidente de Fegein.
Frente a esa burocracia, “en el norte de Portugal no pierden el tiempo y tienen 72 millones de metros cuadrados de polígonos industriales y parques empresariales”, advierte Benito Iglesias.
En conclusión, considera que “hay que formar parte de la red de planificación de la UE para lograr el desarrollo del Corredor Atlántico con el soporte económico de los fondos Next Generation que debería tener la suficiente agilidad administrativa y burocrática para su desarrollo en un noroeste peninsular”. Por eso, considera “totalmente necesaria la aprobación de un plan director que defina las infraestructuras a desarrollar y sus trazados, primando la intermodalidad y la conexión con los puertos, los nodos logísticos y los aeropuertos”.
Benito Iglesias, presidente de Fegein: "No podemos permitirnos una sola deslocalización más de empresas"
El presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) pide “responsabilidad y diálogo para que las comunidades de montes no contribuyan a destruir empresas y empleo en una provincia como Ourense tan necesitada de ellos. Por eso solicito diálogo a las partes para solucionar un conflicto que nunca se debió dar” . Considera que hace falta una nueva ley de monte comunal y, en su defecto, “una regulación del monte comunal para finiquitar los conflictos que amenazan a empresas, con su deslocalización, y al empleo. Una ley, o regulación, que satisfaga a todas las partes, por supuesto”. Además, aprecia que es “evidente que Galicia no se puede permitir la deslocalización de ni una sola empresa más por falta de viabilidad económica, por asentarse en nuestra comunidad autónoma al repercutir notablemente los costes de suelo industrial y empresarial en su cuenta de resultados”. Recuerda que en el periodo 2014 a 2020 “más de 500 empresas gallegas multisectoriales se deslocalizaron al norte de Portugal por el coste del suelo”. Por ello, Iglesias ve “inadmisible, que a día de hoy en Carballeda de Valdeorras dos empresas pizarreras puedan cesar en su actividad económica, y destruir puestos de trabajo, por no existir un diálogo constructivo entre las partes”.