“El 100% de las dotaciones termales de la ciudad están funcionado en precario o cerradas” ese es uno de los “fracasos” del actual gobierno local, que “no cree en el termalismo”. Así lo señalaban ayer ediles del grupo socialista en el Concello de Ourense, desplazados ante la piscina termal de As Burgas para denunciar, coincidiendo casi con los 100 días del nuevo mandato del actual gobierno local de Gonzalo Pérez Jácome, que esa piscina, símbolo del termalismo ourensano, es otro ejemplo del abandono. Tras la adjudicación del proyecto, “dijeron que el plazo de remate sería de cinco meses”, indicó el edil socialista José Ángel V. Barquero, y se publicó ya que “las obras se prolongarán como mínimo hasta finales de año”.
El alcalde era responsable de diez grandes áreas municipales, entre ellas Termalismo, “y al fin comprendió que tiene que delegar competencias y que su gestión personalista es un absoluto fiasco, especialmente en aquellos campos sensibles para la ciudadanía, como es el termalismo”, expuso, recordando que esta piscina de As Burgas lleva cerrada 3 años y cinco meses.
En el relato del desmantelamiento de la riqueza termal, incluye termas de A Chavasqueira, sin reconstruir 4 años después del incendio; las de Outariz, a bajo rendimiento; apartamentos turísticos cerrados y un centro de interpretación de As Burgas “funcionando a medio gas”. Son algunos de los ejemplos que pusieron los socialistas de la situación, mientras “Jácome se permite la licencia de afirmar que el termalismo no genera puestos de trabajo. ¿Cómo lo va a hacer con la gestión que está llevando a cabo?”, inquirió Barquero.
“Basta de demonizar a los funcionarios”
Por su parte, la concejala y portavoz del grupo municipal socialista, Natalia González Benéitez, afirmó que el regidor emplea cortinas de humo constantemente para intentar desviar la atención y que no se hable de todo lo que está haciendo mal en la ciudad. “Dispara contra los funcionarios para que no se mire hacia su ya nefasta gestión económica o al apagón cultural que padece Ourense. Y pienso que no deberíamos caer en la trampa. Ya basta de demonizar a los funcionarios que ejercen su trabajo dignamente y con responsabilidad”, advirtió la edil. “No es de recibo que se empleen asesores personales para controlar al funcionariado, porque lo único que confirma es que los suyos no valen para otra cosa más que para espiar”.