Armea, el verano entre picos y palas
Investigadores de la UVigo y estudiantes de prácticas de diferentes universidades de España excavan cada verano los yacimientos romanos de Allariz

Grupo de arqueólogos de la excavación de la 'cibda' de Armea. / Iñaki Osorio
Un verano más el Grupo de Estudos de Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (GEAAT) de la Universidade de Vigo vuelve a llevar a cabo una nueva campaña de excavación en la cibdá romana de Armea, en la parroquia ourensana de Santa Mariña de Augas Santas (Allariz). Fue en el año 2011, cuando la Universidad de Vigo empezó este programa científico con el que han recuperado una parte importante de lo que un día fue una ciudad romana. El proyecto es también uno de los más longevos de la arqueología gallega. “Siempre hacemos una campaña en verano de excavación y una en otoño de restauración y conservación. El objetivo es continuar los trabajos de los años anteriores. Esta ocasión, en la domus este estamos excavando el patio y una estancia anexa y en la domus norte buscamos, sobre todo, niveles antiguos. Otra de las novedades de este año es la recuperación de un atrio que está en perfecto estado”, explica Alba Rodríguez, la directora de campo.
Ni Alba, ni el resto del equipo directivo se imaginaban que Armea tuviese escondido tanto potencial bajo la tierra. Por eso, mientras cuenten con financiación quieren continuar sus labores de campo, porque con los hallazgos que llevan hasta el momento consideran que todavía hay muchas hectáreas en las que descubrir yacimientos. “Seguiremos hasta que no podamos más. Armea es como una casa para nosotros”, confiesa esta joven arqueóloga. De hecho, esta semana acaban de encontrar un muro que les indica que el poblado se extiende hacia una nueva zona.
Cuando llegaron por primera vez a Armea, se encontraron el típico bosque gallego, ahora, observan cada día con emoción todo lo que han conseguido recuperar con picos y palas. “Nos sentimos muy orgullosos de formar parte del proyecto. Es muy bonito ver la evolución y obtener tanta información con éxito”. Por supuesto, reconocen que es un trabajo muy duro. “Esto te tiene que gustar. Llegamos a las 8.00 de la mañana y nos vamos de aquí sobre las 14.30 o 15.00 horas. Por las tardes, en el laboratorio, vamos procesamos el material que extraíamos. Un mes de excavación aquí requiere tres en laboratorio y sobre otros dos de conservación”, indica Alba.

Armea, el verano entre picos y palas / aixa r. carballo
A día de hoy, otro de sus grandes objetivos, además de continuar extrayendo datos, materiales y estructuras, es “musealizar la zona y conseguir que adquiera un valor patrimonial porque Armea es una de las ciudades rurales más importantes de la gallaecia”. También los materiales que destapan cada día les indican que esta “cibdá estaba muy bien conectada con el resto de la península”. Ese deseo de revalorizar las excavaciones lo están cumpliendo poco a poco, pues cuando empezaron sus trabajos de excavación nadie visitaba Armea y ahora han conseguido ponerla en el mapa. “Cada vez vienen más visitantes. En un día suelen venir varios grupos de excursiones de adultos y alguno de niños. También turistas. Aun así, queremos hacerlo más visitable para que la gente lo valore, lo entienda y lo disfrute mejor”.
Alba también quiere destacar el éxito que tiene cada año el programa, no solo por los nuevos descubrimientos, sino porque cada vez son más las personas de fuera que desean participar. “Además de nuestro personal investigador y de equipo técnico contratado por e proyecto contamos con la participación de alumnos de prácticas o estudiantes que quieren aprender de forma voluntaria. Recibimos unas 150 o 200 solicitudes de universidades de toda España y muchos alumnos quieren repetir la experiencia, lo que es un orgullo”, asegura. Además de excavar, dedican un tiempo a explicar a los estudiantes tes diferentes teorías, y también los llevan al laboratorio para ver como se hace todo el trabajo de procesar la información. Cada quincena de julio y agosto reciben un grupo nuevo de estudiantes. Los de esta segunda de julio, era de Galicia, Coimbra, Barcelona, Madrid, Las Palmas, El Bierzo y Alicante. Todos se despiden hoy de Armea con la misma ilusión: volver el próximo año.
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