La iglesia devorada por el fuego renace de las cenizas
Oímbra estrena la rehabilitación de la capilla de Santa Ana, cuya imagen y templo de origen medieval arrasó un incendio en agosto de 2022

La capilla de Santa Ana, en Oímbra, justo después del incendio / Brais Lorenzo
La invasión de los franceses acabó con la talla original, románica. Un incendio calcinó el 14 de agosto de 2022 la imagen de principios del siglo XIX de Santa Ana, a la que en Oímbra se le llama Santa Aniña, lo que da muestras del cariño y devoción que supone para los vecinos. El fuego arrasó la iglesia que la alberga, de origen medieval. Este miércoles, 26 de julio, el día de Santa Ana, los vecinos celebraron y estrenaron la rehabilitación, con la tradicional romería y una misa presidida por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos.
“Santa Ana es un símbolo de la identidad religiosa y cultural”, afirma el párroco, Omar Bello. “Más que el fervor religioso es el fervor popular, un sentimiento de pertenencia a un lugar, un gran valor sentimental”, destaca la alcaldesa, Ana Villarino. “Han venido personas de toda la comarca, mayores y jóvenes. Se siente la emoción y el impacto que supuso el incendio, así como la alegría que conlleva que esté restaurada”, subraya Bello.

El interior de la capilla de Santa Ana tras la restauración. | // FDV / J. Fraiz
La reconstrucción ha sido financiada en su totalidad por la Xunta. La Consellería de Cultura ha invertido casi 140.000 euros. La nueva imagen de la santa, que es ya la tercera, es obra de un artesano de la zona. El obispo la ha bendecido. “Se pretendía que fuera un poco diferente para romper un poco con la anterior, que estaba ya algo desfigurada después de varias intervenciones a lo largo del tiempo”, describe el sacerdote. “La devoción es la misma, pero es un símbolo de volver a empezar”.
“El objetivo era poder estrenarla el 26 de julio, el día de Santa Ana. Ha sido una tarea contrarreloj”, resume la regidora de Oímbra. Hasta el pasado mayo no pudieron comenzar las obras de restauración. Con anterioridad, y desde el día siguiente al incendio, el tiempo se ocupó con trámites y el diálogo entre las instituciones. El Obispado autorizó la cesión, Patrimonio determinó cómo debían ser los trabajos y los materiales empleados –un tipo de madera y teja, una forma concreta de encintar la piedra–, mientras que la Consellería de Cultura aprobó el convenio. “Un sinfín de documentos”, recuerda ahora la alcaldesa, culminada la labor.

La nueva imagen de Santa Ana, durante la romería. / FdV
La reconstrucción de la capilla ha servido, además, para mejorar la iluminación con dispositivos led. En el entorno, la naturaleza devastada por las llamas en agosto de 2022 ha dejado paso a brotes verdes, a una imagen más esperanzadora.
A esa metáfora recurre el sacerdote. “Todavía se ven vestigios del incendio y palos quemados, pero ha renacido el verde, la naturaleza se va recuperando”. Con motivo de la inauguración del templo se confeccionaron unas medallas conmemorativas, con la imagen anterior y actual de Santa Ana, así como de la fachada de la iglesia. “El cordón es de color verde, en honor a la tierra, al renacimiento y a la capacidad que tiene la naturaleza de regenerarse, así como también la fe”, indica el cura.
“En palabras de fe” –apunta Omar Bello–, poder reabrir la iglesia de Santa Ana menos de un año después del desastre “es un milagro”. “En palabras humanas, es una proeza haber podido realizar la obra y todos los trámites, sobre todo los patrimoniales, con la colaboración de todos los entes, gracias a la alcaldesa”.

El delegado de la Xunta, la alcaldesa, el obispo y el párrroco, delante de la imagen de Santa Ana, en la capilla restaurada. / FdV
Un templo medieval catalogado
El delegado territorial de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, representó a la administración autonómica en la romería de este lugar de Oímbra, en el día señalado para el estreno de la nueva imagen y del templo reconstruido. Las obras de carpintería, albañilería y cantería permitieron recuperar las estructuras y cubierta de la iglesia, de origen altomedieval e incluida en el Catálogo del Patrimonio Cultural de Galicia.
La capilla de Santa Ana domina la comarca desde un alto. Localizada junto a la Vía de la Plata, en su origen fue construida por el agradecimiento de los vecinos a haberse salvado de la persecución de los ejércitos portugueses. Antaño, cuando los vecinos ansiaban que lloviese –como en un año tan seco como el pasado, cuando fue pasto del fuego–, acudían a la capilla de la santa y la bajaban al pueblo, confiando en que la divinidad desencadenaría las precipitaciones. Cuando los vecinos consideraban que los chubascos ya habían sido suficientes, la talla de Santa Ana era devuelta a la ermita.
Constan documentos de archivos parroquiales que dan fe de la existencia de este templo en 1652, pero se baraja la posible procedencia altomedieval, por la existencia de elementos románicos, y porque el lugar, en su origen, pudo ser un sitio sagrado en la época precristiana, un emplazamiento en el que después se construyó la iglesia.
Hay una ventana saetera en el ábside, así como altorrelieves con la forma del sol y la luna que la tradición clásica grecolatina –y también la popular gallega– identifica con el hombre y la mujer. En el muro se observa un misterioso castillo labrado que puede representar la torre del homenaje del castillo de Monterrei que, hasta el siglo XV, estuvo erguida en el barrio de O Castelo de Oímbra, y posteriormente fue trasladada piedra a piedra.

Una de las fachadas de la iglesia de Santa Ana, que luce restaurada tras el desastre de hace un año. / FdV
Cada 26 de julio, la capilla acoge la romería en honor a Santa Ana, una de las fiestas principales de Oímbra, a la que acuden vecinos de otros municipios de la comarca y también de Portugal, con la ‘raia’ muy cerca. Este miércoles, en la romería se celebraba, además, la reconstrucción, que deja atrás la tristeza del incendio.
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