Uno de los primeros casos confirmados de botulismo en España, debido al consumo de una tortilla de patatas envasada, es el de un ourensano de 48 años que permaneció ingresado en el CHUO hasta que, el lunes de esta semana, recibió el alta y pudo regresar a su domicilio. El paciente llegó a necesitar cuidados intensivos en la UCI, durante diez jornadas. Su estancia en el hospital fue de quince días. Ingirió el alimento el 19 de junio.
Una vez detectado el caso, el servicio de Medicina Preventiva del área sanitaria provincial inició una investigación epidemiológica para establecer el origen. Además, notificó el caso a la Dirección Xeral de Saúde Pública, de la Consellería de Sanidade.
El Ministerio de Sanidad informó de que los casos de botulismo de posible origen alimentario confirmados en España, hasta este jueves al mediodía –hay otros probables en estudio–, eran los de una mujer de 23 años, y su padre, de 61, que consumieron una tortilla envasada el 30 de junio. Los otros dos corresponden al ourensano de 48 años y a un hombre de Asturias de 50, que consumieron el producto el 19 de junio y el 5 de julio, respectivamente. Los dos fueron tratados en la unidad de cuidados intensivos.
En el primer caso confirmado en Galicia, la investigación epidemiológica estableció un probable vínculo con el consumo de la tortilla envasada. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición activó la alerta, y Saúde Pública procedió a inmovilizar los lotes del producto.
La empresa retira el producto y pide a los consumidores que no lo coman
Aunque las averiguaciones siguen y, según el Sergas, “no existe un vínculo epidemiológico definitivo”, varias cadenas de supermercados han retirado el producto posiblemente relacionado, por si acaso. El Grupo Palacios Alimentación también ha decidido retirar de forma voluntaria y por precaución sus productos de tortilla de patata envasada, después de que se hayan asociado a varios casos.
La empresa sostiene que ha adoptado “todas las medidas necesarias para detectar una posible causa”, pese a que las instalaciones de la fábrica en la que se produce el plato, que ha detenido temporalmente su fabricación, han sido inspeccionadas hasta en cuatro ocasiones recibiendo un resultado “favorable” por parte de las autoridades sanitarias, según la compañía que, por precaución, solicita a los consumidores que se abstengan de comer el producto.
Riesgo con las conservas caseras
El botulismo es una enfermedad grave y relativamente infrecuente causada por toxinas producidas por el ‘Clostridium botulinum’. Hay tres formas clínicas: la clásica, un botulismo transmitido por alimentos; el botulismo intestinal y el botulismo por causa de heridas. Todos dan lugar a una parálisis flácida por la acción de la neurotoxina botulínica en la unión neuromuscular. Casi todos los casos esporádicos y brotes están relacionados con productos alimentarios preparados o conservados por métodos que no destruyen las esporas y que permiten la formación de la toxina, habitualmente conservas caseras.
Los síntomas
Los síntomas del botulismo comienzan tras un periodo de incubación de 12 a 36 horas, aunque a veces puede llegar a ser de varios días y hasta una semana tras la ingesta del alimento. Cuanto más corto es el periodo de incubación más grave es la enfermedad y mayor la letalidad. Los síntomas consisten en una neuropatía bilateral asociada a una parálisis o una debilidad simétrica descendente flácida producida por la acción de la neurotoxina botulínica.
En el botulismo transmitido por alimentos, aunque la persona puede presentar síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea, los síntomas iniciales son una marcada astenia, debilidad y vértigo, seguidos de visión borrosa, boca seca, dificultad para tragar y para hablar, como consecuencia de la afectación por la toxina de los pares craneales. La parálisis de los músculos respiratorios puede requerir la instauración de ventilación mecánica. La mayoría de los casos se recuperan si son diagnosticados y tratados precozmente.
Consejos de salud sobre la preparación de los alimentos
El Sergas recuerda la importancia de conservar los productos alimenticios a la temperatura de seguridad indicada en el etiquetado, con especial cuidado en los días de calor extremo.
Sobre la conservas que se elaboran en casa, las autoridades instan a ser cuidadosos en la producción, el envasado y la conservación.
Además, para prevenir las enfermedades de transmisión por alimentos, que son comunes en esta época del año, es imprescindible seguir medidas higiénicas básicas como el lavado de las manos antes y después de manipular alimentos y de comer, además de lavar con cuidado los alimentos que se consumen crudos, cocer de forma adecuada los productos de origen animal y refrigerarlos si no se van a ingerir en el momento.