Si de algo se habla en los últimos años, es que el avance tecnológico y la llegada de nuevas profesiones están provocando que los negocios tradicionales bajen sus persianas para siempre. Son muchos los sectores castigados por esta falta de relevo generacional. Sin embargo, todavía quedan esperanzas para que esta situación empiece a cambiar. Elena, Rodrigo y Olga son un ejemplo de ese voto de confianza en la comarca de O Ribeiro. Ellos no solo han sido capaces de mantener sus respectivas empresas familiares, sino que han conseguido ponerlos en el mapa, con éxito.
Un restaurante con historia
El restaurante Lembranza Orixe, en San Amaro abrió en el año 2001 con un objetivo: transformar el ultramarinos regentado por los abuelos García en un restaurante con identidad propia. El padre de Elena García lo consiguió y ahora es ella la que está al frente del negocio desde el año 2015. Tenía tan solo 26 años cuando tomó esta decisión, de la que no se arrepiente. “Yo quise tomar el mando simplemente para darle valor a todo el trabajo de mi familia durante tantos años. No quería que se perdiese”, confiesa.
Este camino que eligió como forma de vida no fue nada fácil al principio, tampoco ahora, pero con el apoyo incondicional de su familia, la formación y la experiencia ha conseguido el éxito. “Hay que armarse de valor y tener muchísima fuerza. Hay momentos duros, pero siempre acaba saliendo todo. Tener a mi familia ayudándome para mí es fundamental, sin ellos no podría de hacerlo”, reconoce. Incluso ha sido capaz de añadir novedades al negocio. “Ahora tenemos una tienda online y presencia en las redes sociales. Al principio les costó un poco más entenderlo, pero vieron que funcionaba”, indica. Eso sí, ella misma desvela que todos los nuevos proyectos “son ideas que ya tenía mi familia, pero que por una cosa u otra no se pudieron llevar a cabo y ahora trato de incluir con mi visión”.
Una receta secreta de licores
Rodrigo Paniagua es la quinta generación que regenta Licores Paniagua, una empresa que, como su propio nombre indica, se dedica a la elaboración de licores tradicionales gallegos. Este negocio familiar nació en el año 1879, cuando los bisabuelos de Rodrigo, que gestionaban una casa de postas, decidieron incluir la venta de licores artesanos. Una bebida que pronto ganó gran popularidad. El mando fue pasando de generación en generación para mantener esa receta secreta del éxito. Hasta que llegó a él. “Cogí el relevo cuando mi padre se puso enfermo. En ese momento yo tenía el poder para decidir si mantener la empresa familia o cerrarla. Finalmente, las vinculaciones familiares me llevaron a continuar la actividad”, explica. Ahora reconoce que, aunque al inicio fue complicado porque no era una decisión que le entusiasmase, “con el tiempo te das cuenta de que al final ser un profesional en cualquier ámbito es igual de gratificante”. Incluso le aconseja a otras personas mantener el relevo generacional.
El buen hacer del vino
Adega Gandarela es una pequeña bodega familiar de la Denominación de Origen Ribeiro fundada en el año 1989. Olga Penedo fue la encargada de que la tradición del vino no se perdiese tomando las riendas del negocio. “Para mí el relevo generacional es muy bonito. Es cierto que trabajar en familia es difícil porque hay que lidiar mucho, pero a la vez es muy satisfactorio”, explica. Con su empeño, además de mantener “el buen hacer del vino” creó otra nueva empresa ligada al mismo negocio: la casa Gandarela Turismo Rural de Cenlle. Un espacio que revaloriza el entorno vitivinícola.
Ayer, esta casa de turismo rural acogió a numerosas personas que tienen en sus manos poder convertirse en emprendedores a través del negocio familiar y a otras muchas que ya lo han hecho. Todas pertenecían a los sectores de la viticultura, la hostelería o el turismo. El objetivo de esta jornada, organizada por el Polo Miño Central e incluida en el “Programa de remuda xeracional” impulsado por la Xunta, era conectar a todo el público para demostrar que el relevo generacional sí es posible.
El secretario general de Apoio ao Emprego, Traballo Autónomo e Economía Social, Pablo Fernández, también participó en el acto y durante su intervención quiso destacar la treintena de proyectos de emprendimiento que están recibiendo impulso del Polo, un instrumento que da cobertura y apoyo al empleo a través del acompañamiento a las personas emprendedoras. Por último, puso en valor “la capacidad de resistencia de los emprendedores, una cualidad que maraca la diferencia” y prometió “continuar ayudando a todos aquellos que generan oportunidades, riquezas e igualdad en el empleo”. También estuvo presente el delegado territorial da Xunta en Ourense, Gabriel Alén y la alcaldesa de Cenlle, Rebeca Sotelo.