Los culpables de la muerte de tres animales evitan la prisión si no delinquen en dos años

Un hombre mató a pisotones a una perra de su pareja, mientras que una madre reincidente y su hija dejaron sin comida a tres perros y un gato, de los que dos de los animales murieron | “No quiero más animales, no quiero más problemas”, dicen las acusadas a la jueza

Una madre y una hija abandonaron a tres perros y un gato sin comida ni bebida en Piñor.

Una madre y una hija abandonaron a tres perros y un gato sin comida ni bebida en Piñor. / IÑAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Una madre y una hija –la progenitora es reincidente– y un hombre fueron juzgados este miércoles en causas distintas en el Penal 2 de Ourense, acusados de maltrato animal o de abandono (los dos delitos en el caso de las mujeres). Todos reconocieron los hechos y se conformaron con unas penas rebajadas que no implican su ingreso en prisión, salvo que reincidan en el plazo de dos años estipulado en ambas sentencias.

Un varón de 48 años, con antecedentes penales que no computan a efectos de reincidencia, tenía a cargo a la perra de raza yorkshire terrier de dos años de su pareja. Queda probado que el 7 de marzo de 2022, sobre las 14.55 horas, propinó varios manotazos y pisotones al animal, de una manera “completamente injustificada”, dice la Fiscalía. Le causó ataxia, agitación, ansiedad y descoordinación.

Ese día ingresó en la perrera, donde fue hospitalizada y valorada durante doce horas. Hubo que administrarle sedación y antídoto, así como un tratamiento inyectable analgésico, un antiinflamatorio y suero. Los golpes sufridos causaron la muerte de la perra el 14 de marzo.

La pareja del encausado, la dueña del animal, renunció a ejercer acciones civiles o penales por estos hechos. Los gastos ocasionados por el ingreso en la protectora y los tratamientos dispensados ascendieron a un total de 576,11 euros.

Una madre y una hija abandonaron a tres perros y un gato sin comida ni bebida en Piñor. |   // IÑAKI OSORIO

El acusado que mató a pisotones al perro de su pareja. / IÑAKI OSORIO

El hombre se enfrentaba a 18 meses de prisión por un delito de maltrato animal, pero el acuerdo de conformidad alcanzado ayer en la vista reduce la pena a menos de la mitad, 8 meses. No tendrá efectos salvo que delinca en los próximos dos años. La condena le permite abonar la responsabilidad civil en cuotas de 100 euros al mes. Además, durante dos años tiene prohibido el ejercicio de cualquier profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales, así como la propia tenencia.

“No quiero más animales, no quiero más problemas”, dijeron madre e hija cuando la magistrada las advirtió con que ingresarán en prisión si cometen nuevos delitos. La progenitora, de 64 años, es reincidente. Fue condenada por el mismo juzgado, en marzo de 2020, a un año de prisión y a dos sin poder tener animales o ejercer oficio alguno relacionado con ellos.

Por esta agravante asume, después de los nuevos hechos, una pena mayor que la otra acusada por el delito continuado de maltrato animal. Ella acepta 12 meses de prisión y tres años y medio de inhabilitación. Su hija, de 23 años, se conforma con 9 meses de prisión y dos años y medio sin poder tener animales.

Además, las dos encausadas son autoras también de un delito continuado de abandono. Por esa segunda infracción penal, la condena que aceptan es una multa de 240 euros más otros 8 meses de inhabilitación.

A madre e hija no se les aplicará la pena de prisión, con el visto bueno de la fiscal jefa, Eva Regueiro, que se encargó este miércoles de los dos juicios por maltrato animal celebrados en el Penal 2 de Ourense. La condición para que no se revoque la suspensión es que no pueden delinquir en un plazo de dos años. En el caso de la madre reincidente, además, debe cumplir ochenta días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Desnutrición severa

En una fecha anterior a abril de 2021, madre e hija abandonaron un domicilio en el municipio de Piñor y dejaron allí a tres perros y un gato. Los animales se quedaron en condiciones completamente insalubres, a oscuras, sin comida ni bebida. Uno de los canes falleció, también el felino. Otro perro tenía un estado de desnutrición severa cuando fue encontrado, mientras que el segundo superviviente sufría una desnutrición extrema y estaba semiinconsciente.

Los dos canes que no fallecieron fueron recogidos por el servicio encargado de la Diputación y trasladados a una clínica de O Carballiño, donde permanecieron tres días ingresados. Después fueron entregados a la asociación protectora Arume.

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