La banda de atracadores vigilaba a sus víctimas y era “especializada y peligrosa”

Hirieron a dos personas amordazadas en una casa de San Cibrao y a otra en un ‘tirón’ en el polígono | A prisión siete implicados | Entre los motivos para elegir a los objetivos de los robos estaba la enemistad

Joyas, dinero, la pistola, los pasamontañas y otros efectos incautados en los registros. // FERNANDO CASANOVA

Joyas, dinero, la pistola, los pasamontañas y otros efectos incautados en los registros. // FERNANDO CASANOVA / FERNANDO CASANOVA

Javier Fraiz

Javier Fraiz

“Es una organización criminal con una especialización avanzada y especialmente peligrosa y violenta. Utilizaban técnicas para dificultar nuestra investigación y no tenían reparos en usar la fuerza”. Así describe el capitán Juan José López Castro, jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Ourense, a la organización criminal desarticulada en la operación ‘Larimar’, con un total de diez detenciones entre la ciudad de As Burgas, Barcelona y Pontevedra, donde residía el líder.

Cien mil euros en joyas

Por el momento, se les atribuyen dos atracos. El 13 de marzo, cuatro encapuchados entraron en una vivienda de Soutopenedo (San Cibrao das Viñas), donde amenazaron, amordazaron, intimidaron y golpearon a dos moradores. Robaron joyas valoradas en más de 100.000 euros –el peritaje en detalle está pendiente–, y 10.000 euros en efectivo. Las dos personas resultaron heridas.

El segundo atraco atribuido a la organización criminal fue el 4 de mayo. La víctima sufrió lesiones graves en la cara. Dos individuos que circulaban en una moto de gran cilindrada –sin matrícula, para dificultar la identificación– abordaron en el polígono a una señora que caminaba por la acera.

Tras amenazarla con una pistola –apta para el disparo, incautada en los registros–, la tiraron al suelo y se apoderaron de un bolso con la recaudación de una empresa, 30.000 euros que se disponía a llevar a una sucursal bancaria de las proximidades. La víctima fue trasladada en una ambulancia, con lesiones graves en la cara.

Pistola, joyas, dinero y relojes incautados en esta operación.

Pistola, joyas, dinero y relojes incautados en esta operación. / FERNANDO CASANOVA

La banda vigilaba a las víctimas, para conocer sus horarios y rutinas, y disponía de dos células que se repartían labores logísticas –por ejemplo, facilitar alojamiento y vehículos necesarios– y operativas, incluyendo la ejecución de los atracos así como su preparación, mediante la obtención de información. Los implicados de Pontevedra y Barcelona se desplazaron expresamente a Ourense para participar en los dos hechos. Hay lazos de amistad entre varios.

Una persona facilita al lugarteniente la información sobre las víctimas. Este contacta con el líder, que es el que realiza la planificación y atribuye los cometidos y funciones para ejecutar el hecho”, explica el capitán.

Una moto sin matrícula para dificultar la localización.

Una moto sin matrícula para dificultar la localización. / FERNANDO CASANOVA

Aunque el afán principal era económico, en busca de dinero y joyas, “tenemos indicios policiales de que una persona integrante de este grupo criminal seleccionaba a las víctimas también para intimidarlas, por lo que pudiera haber algún tipo de enemistad manifiesta”, explica el capitán.

La operación, que el instituto armado califica como “importante” debido a la “peligrosidad” de los integrantes –son palabras del teniente coronel Rafael López Pinel, el jefe de la Comandancia de Ourense– sigue abierta y no se descartan más detenciones, ni tampoco que el grupo haya cometido más casos.

"Nos preocupaba la posibilidad de que pudieran cometer otro nuevo hecho delictivo. Creemos que podrían estar realizando algún tipo de labor dirigida a cometer otro hecho punible"

“Ha sido una investigación ingente en dos meses y medio. Nos queda mucha información que analizar. En el momento en que reunimos indicios racionales de criminalidad para practicar las detenciones y desarticular este grupo explotamos la operación, porque nos preocupaba la posibilidad de que pudieran cometer otro nuevo hecho delictivo. Creemos que podrían estar realizando algún tipo de labor dirigida a cometer otro hecho punible”, detalla Juan José López.

Los siete detenidos que este viernes pasaron a disposición judicial han ingresado en prisión provisional –comunicada y sin fianza–, por orden del magistrado de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez. Los otros tres sospechosos quedaron en libertad después de ser arrestados.

Se investigan dos presuntos delitos de robo con violencia (no todos los arrestados están investigados por los dos, matiza el gabinete de comunicación del TSXG) y un delito de pertenencia a grupo criminal. Uno de los detenidos también está investigado por tenencia ilícita de armas. Se enfrentan a posibles penas de más de 5 años.

En los siete registros efectuados el 31 de mayo desde primera hora, de forma simultánea, con un amplio despliegue policial en varios puntos de la ciudad de Ourense y Taboadela, además de en Pontevedra y Barcelona, los investigadores se incautaron de objetos utilizados en los robos, como destornilladores, pasamontañas y dos cascos de moto, así como de numerosas joyas, dinero, 650 gramos de cocaína, la moto sin matrícula y un coche.

La operación liderada por la Policía Judicial de la Comandancia de Ourense contó con el apoyo del Grupo Rural de Seguridad y la Usecic de Pontevedra, Seguridad Ciudadana de Ourense, el Equipo Pegaso de Ourense y la Unidad Canina de Madrid.

Del total de diez detenidos –nueve varones y una mujer–, cinco residían en la ciudad de As Burgas –una parte realizaba labores operativas y otros, logísticas–, tres en Barcelona –todos de la célula operativa– y dos en Pontevedra, incluido el presunto cabecilla. Según el capitán López Castro, la mayor parte de los sospechosos tiene antecedentes, aunque solo dos por integración en grupo criminal.