El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, visitó ayer la reforma de la UCI del CHUO, que incrementará en un 30% el número de camas, y que estará dividida en boxes individuales, incorporando las lecciones aprendidas en la pandemia.
Las obras empezaron en enero y se desarrollan en dos fases. La primera, actualmente en marcha, consiste en crear un nuevo espacio para pacientes críticos, en el que se habilitarán 10 nuevos boxes. La segunda, que arrancará este mes de junio, es la reforma integral del actual espacio de UCI, con la instalación de 20 boxes individuales más en esa localización. Una vez completada esta, se unirán los dos espacios, formando una nueva unidad integrada con 30 camas, explicó el conselleiro.
Esta actuación tiene un coste de 8,2 millones y se suma a otros proyectos en el CHUO que elevan la inversión a más de 80 millones de euros y que incluyen la construcción del nuevo edificio de hospitalización y la reforma del materno-infantil, el nuevo servicio de medicina nuclear y la renovación de equipos tecnológicos.
Según explicó Comesaña, la experiencia de la pandemia mostró lo necesario que era invertir en las unidades de críticos. Tanto por el hecho de que podían quedarse pequeñas en momentos de tensión, como por la necesidad de contar con boxes individualizados, más operativos en enfermedades infecciosas y más confortables tanto para el paciente ingresado como para sus acompañantes.
Este ya es el modelo imperante en hospitales como los de Lugo o Vigo, explicó el conselleiro, pero “quedaba pendiente extenderlo al resto, y en eso está trabajando el Sergas”. El pasado verano se puso en marcha la nueva UCI del hospital del Santiago y a lo largo de este año finalizará la reforma de la de A Coruña. Asimismo, hay renovaciones ya en marcha en los hospitales de Pontevedra y Ferrol, también con ampliaciones de camas y mejora de la individualización.
El proyecto de Ourense “completa la adaptación de las UCIs de Galicia a las enseñanzas sacadas de la pandemia. Reaccionamos en un tiempo récord para adaptar los espacios a los más altos estándares de calidad, no solo de capacidad asistencial, sino, también, en humanización”, incidió Comesaña.