Una tormenta torrencial provoca el caos y numerosas incidencias en Ourense

Cayeron 21,6 l/m2 en tan solo diez minutos en la capital, que se tradujeron en graves inundaciones, paralización del tráfico, árboles y ramas caídas y algunos derrumbes

Derrumbe de un muro y desprendimiento de arena frente a la Cruz Roja.

Derrumbe de un muro y desprendimiento de arena frente a la Cruz Roja. / FERNANDO CASANOVA

Las sillas surcaban la calle del Progresos, el Puente Romano se convertía, una vez más, en un acueducto y las escaleras de la ciudad en cataratas. Son algunas de las muchas incidencias que protagonizaron la tarde de ayer, cuando una tormenta repentina acompañada de fuertes precipitaciones y granizó alertó y paralizó a todos los ourensanos. En tan solo 10 minutos cayeron 21,6 l/m2, tal y como apunta la Agencia Meteogalicia.

No hubo prácticamente ninguna zona de la ciudad que no se viese afectada. Muchos negocios y bajos del centro tuvieron que bajar corriendo su persiana para que el agua no se apoderase de su local, aunque a muchos no les quedó otra que achicar agua. En calles como Progreso, Emilia Pardo Bazán, Concordia o Marcelo Macías, entre otras, las alacantarillas rebosaban agua sin parar, mientras que en la calle Castelao unos 15 coches se vieron afectados. En el Centro Comercial Ponte Vella la lluvia empezó a caer del techo de un momento para otro inundando el suelo, una situación que, como asegura su gerente, “no recuerdan vivir nunca”. Por suerte, también reconoce que no tardaron en recuperar la normalidad gracias “a la maquinaria industrial de evacuación de agua y a la colaboración del personal”.

Ourense, de tromba en tromba

R. O.

Por otro lado, en la Plaza Diana del barrio de Covadonga, en la céntrica calle de Saenz Diez y en la Avenida de Marín cayeron árboles por la fuerza del viento. También frente a la Cruz Roja se derrumbó un muro y en el instituto del barrio de A Ponte, Blanco Amor, la verja de la entrada. Además, en la Avenida de Porrugal también se presenciaron desprendimientos de arena.

Una calle que no se recupera

Las fuertes precipitaciones también dejaron, una vez más, importantes incidencias en la calle Celso Emilio Ferreiro. Ya el domingo, alrededor de las cuatro de la tarde el cielo se tiñó de oscuro y una gran tormenta provocó que la red de abastecimiento de esta calle no pudiese soportar la presión del agua. Como consecuencia, las aceras y la calzada se levantaron y varios negocios y portales de edificios se inundaron. Ayer, cuando todavía no se había recuperado la normalidad, la carretera seguía cortada al tráfico, los obreros trabajaban para arreglar los desperfectos lo antes posible y algunos negocios permanecían cerrados, la lluvia agravó más la situación y las tareas de rehabilitación de la zona se tuvieron que paralizar.

Bomberos en los necios afectados. |   // IÑAKI. OSORIO

Bomberos en los negocios afectados. / Iñaki Osorio

Uno de los establecimientos más afectados fue la sala de escape room Friki Villa, situada en el número 11. “Estaba dentro, empecé a escuchar un sonido como el de los grifos abiertos y fui a la puerta para ver qué pasaba, cuando llegué ya vi que se estaba filtrando todo el agua dentro del local y al asomarme ya me encontré toda la calle levantada”, relata Mario San Román, dueño del negocio. Pronto asumió que sus planes se habían truncado. No le quedó otra opción que cancelar la celebración de un cumpleaños infantil y ponerse a achicar el agua. “Llamé a los clientes para avisar que se suspendía el plan. Era imposible realizar la escape room”, lamenta. Ayer las puertas de su local continuaban cerradas mientras trataba de buscar soluciones a los daños.

Aquilino Blanco, dueño de una tienda de informática AIT Ourense solo levantó la persiana de su local para continuar arreglando los desperfectos. Por desgracia, él tiene que lamentar daños materiales: “Se estropearon dos ordenadores, dos impresoras y una caja con 10 placas que tenía para arreglar aparatos de varios clientes”. El estudio de tatuajes Gregory Tattoo & Piercing tampoco pudo trabajar durante la jornada de ayer, pues las excavadoras trabajaban delante de su negocio.

Las previsiones apuntan que las tormentas se prolongarán el resto de la semana.

Puente Nuevo colapsado. |   // FERNANDO. CASANOVA

Puente Nuevo colapsado. / FERNANDO. CASANOVA

El sector primario, pendiente

El sector primario lleva varios días en alerta por si las tormentas que se vienen arrastrando desde el pasado sábado llegan con granizo. El peor de sus temores se cumplía ayer, en la tercera jornada, cuando a media tarde empezaron a caer grandes bolas de hielo. Ahora, están pendientes de confirmar los posibles daños ocasionados por esta repentina granizada y a la espera de que en los próximos días no vuelva a aparecer este fenómeno, aunque las previsiones todavía anuncian más días con tormentas.

Ribadavia y Xinzo son dos de las zonas que hasta ayer no habían tenido que lamentar daños, aunque las precipitaciones se dejaron ver de forma intensa durante el fin de semana. “La lluvia fue muy abundante, pero en momentos puntuales no durante varias horas seguidas. Como veníamos de un período de mucha sequía a la tierra de dio tiempo a absorber el agua y no hubo inundaciones”, explica Maite Joga, presidenta de la Asociación de Empresarios, Gandeiros e Agricultores da Limia (Adegal). Sin embargo, la situación cambió este lunes y ahora se temen lo peor en sus plantaciones.

Por su parte, Carlos Basal, responsable del sindicato de Unións Agrarias de Ribadavia, destaca que incluso son positivas estas precipitaciones siempre y cuando no vengan acompañadas de granizo o fuertes vientos: “La lluvia si es bien llovida siempre viene bien. Estábamos en una época muy mala por la sequía y aunque hay zonas en las que ya están segando, los prados para el pasto todavía pueden crecer con este agua, lo que es muy positivo”. Eso sí, con el viñedo reconoce que hay que tener especial cuidado. “Las altas temperaturas y la humedad son la combinación perfecta para que aflore la enfermedad del mildiu y si graniza podemos perder toda la cosecha”. Por eso espera que las bolas de hielo no sen vuelvan a pronunciar por la provincia de Ourense.