Investigadores del campus alertan del impacto de la sequía en la salud pública

Una revista de referencia internacional publica el estudio que advierte del efecto en enfermedades cardiovasculares y respiratorias, e insta a actuar en la gestión de riesgos

Efecto de la sequía del pasado año en el lecho del río Mao, en Montederramo. |   BRAIS LORENZO

Efecto de la sequía del pasado año en el lecho del río Mao, en Montederramo. | BRAIS LORENZO / S. DE LA FUENTE

Coral Salvador, investigadora del grupo Ephyslab del campus de Ourense, fue pionera a la hora de analizar el impacto que las sequías en Europa, y especialmente en la península ibérica, tienen en la mortalidad diaria por causas naturales, circulatorias y respiratorias. Su tesis doctoral, defendida en 2021 en el Campus Auga, relacionaba el aumento de la contaminación y las olas de calor con una mayor incidencia sobre las muertes por causas respiratorias. Esa investigación ha continuado, y la autora fue invitada por al revista americana Annual Review in Public Health a publicar un artículo científico sobre las consecuencias de la sequía para la salud pública en el contexto del cambio climático.

Lasconclusiones del estudio, en el que participan también los investigadores ourensanos Raquel Nieto y Luis Gimeno, además de tres expertos del CSIC y de la Universidad de Berna (Suiza), son reveladoras: este fenómeno global que afecta al conjunto del planeta tiene “profundas implicaciones para la salud pública”, y las sequías, que serán más frecuentes y más graves en el futuro, provocan “impactos significativos” en la salud.

Los investigadores alertan de esta situación y proponen pasar de la actual estrategia de gestión de crisis ante estos fenómenos extremos a la “gestión de los riesgos” y anticipar planes de acción para proteger la salud humana de manera más efectiva. También apuestan por la transferencia de recursos a los países menos desarrollados “para reducir el riesgo y la vulnerabilidad y, en última instancia, para mejorar la resiliencia de las poblaciones a medida que cambia el clima”.

La sequía, recoge el artículo, se ha asociado con problemas de salud como enfermedades transmitidas por el agua, afecciones cardiovasculares y respiratorias, lesiones, afecciones renales, cáncer de esófago, inseguridad alimentaria y desnutrición, trastornos de salud mental y mortalidad. De ahí que sea una de las grandes preocupaciones de la humanidad. Además, “los diferentes estudios climáticos prevén que los fenómenos meteorológicos extremos aumenten debido al cambio climático, lo que podría suponer una carga adicional de morbilidad y mortalidad”, indica el estudio.

Las proyecciones muestran un aumento dominante en la frecuencia y severidad de las sequías en grandes regiones del mundo, lo cual conlleva también “un aumento de los efectos socioeconómicos y ambientales en escenarios climáticos futuros”. De hecho, los impactos de la sequía en la salud pública “se distribuyen de manera desigual entre los países, entre los territorios dentro de los países y dentro de los grupos de población, lo que intensifica las desigualdades sociales existentes e influye en la vulnerabilidad futura”.

Desnutrición

Así, las repercusiones negativas de la sequía en la salud podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades y desnutrición transmitidas por el agua, los alimentos y los vectores, así como con olas de calor y una mayor contaminación atmosférica, lo que lleva a enfermedades cardiovasculares y respiratorias y, en última instancia, a la mortalidad.

Entre los ejemplos que recoge el estudio, los investigadores señalan que los recursos hídricos limitados durante los eventos de sequía obligan a las personas a usar agua no segura para usos domésticos o para regar los campos y pueden conducir a prácticas higiénicas reducidas, lo que aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos e infecciones de la piel y los ojos.

Además, los eventos de sequía se han asociado con una reducción en el suministro de alimentos, como la disminución del rendimiento de los cultivos, el ganado y la producción pesquera, y cambios en la cantidad y calidad de las dietas de los hogares. Esto también conlleva, a menudo, un aumento de los precios de los alimentos, “lo que puede conducir a una menor diversidad dietética y niveles de consumo. Los agricultores, las mujeres embarazadas, los niños menores de cinco años, las personas mayores, las personas en albergues y las personas con un nivel socioeconómico bajo suelen ser los más afectados”, incide el artículo.

Más dengue

La sequía, advierte el equipo, “afecta a los patrones de transmisión de enfermedades como el dengue, el chikungunya, la malaria, el virus del Nilo Occidental y el virus de la fiebre del Rift”. A menos que se adopten políticas eficaces de mitigación y adaptación, alertan, “es probable que el cambio climático aumente el riesgo de dengue y facilite su propagación mundial”.

La calidad del aire

Entre los factores analizados en el artículo está el empeoramiento de la calidad del aire debido que, durante la sequía, los suelos se vuelven más secos y es más probable que el polvo y otras partículas circulen en el aire, amenazando la salud respiratoria y cardiovascular. Asimismo, según recoge el estudio, “las sequías y los vientos fuertes aumentan el riesgo de tormentas de polvo, que transportan microorganismos patógenos, alérgenos, esporas de hongos y sustancias tóxicas que crean e intensifican los problemas respiratorios debido a la irritación de los bronquios y los pulmones después de la inhalación, aumentando el riesgo de enfermedad meningocócica, alergias e infecciones respiratorias.

Además, según recoge el artículo en sus conclusiones, la sequía también se ha relacionado con trastornos de salud mental asociados con la pérdida económica, la migración y el desarraigo social.

Miembros de la plataforma del CSIC para el clima

La investigadora del grupo Ephyslab Coral Salvador, destacan desde el campus, es “la primera mujer europea que publica como primera autora” un artículo en Annual Review in Public Health, revista referente internacional en el campo de la salud pública.

Junto a ella, lideran la planificación del artículo los catedráticos y también integrantes de Ephyslab, Raquel Nieto y Luis Gimeno. El equipo investigador lo completan Sergio Vicente, del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC; Ricardo García, de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Geociencias del CSIC, y Ana M. Vicedo, del Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Berna, Suiza).

De hecho, es también la primera vez que esta revista publica un artículo de un equipo formado íntegramente por investigadores españoles. Se trata de un grupo compuesto por especialistas en clima, cambio climático e impactos en la salud debidos a aspectos ambientales.

Además, forman parte de una Unidad Asociada UVigo-CSIC y pertenecen a la Plataforma del CSIC para el Clima y los Servicios Climáticos (PTI+ Clima).

Desde Ephyslab destacan la relevancia de publicar en una revista “de absoluta referencia para la sanidad pública a nivel mundial”. Inciden en que la revista solo admite artículos por invitación, que son decididos en un comité editorial a propuesta de una comisión interna de expertos, y sobre temas con repercusión en el momento y que tendrán gran impacto en el futuro.

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