Los mayores vuelven al colegio para debatir con los alumnos sobre el valor de la escuela

Tras relatar su experiencia, seis voluntarios del Espazo +60 reflexionaron en el aula sobre la importancia de la educación actual

Adolescentes y mayores comparten pupitre en el aula de 4º de ESO del Padre Feijoo-Zorelle. |   FERNANDO CASANOVA

Adolescentes y mayores comparten pupitre en el aula de 4º de ESO del Padre Feijoo-Zorelle. | FERNANDO CASANOVA / S. DE LA FUENTE

Rezaban y cantaban el ‘cara al sol’, a veces les castigaban obligándoles a ponerse de rodillas con los brazos abiertos y en muchos casos tenían que abandonar para trabajar en el campo. Son recuerdos de la escuela de ayer –impensable en las aulas de hoy– que un grupo de mayores del Espazo +60 de Afundación compartió con los alumnos de 4º de ESO del Colegio Padre Feijoo-Zorelle de Ourense dentro del proyecto intergeneracional ‘Falemos da escola’ que se desarrolla en dos sesiones.

En la primera, los mayores relataron su historia y contaron cómo la escuela les brindó la oportunidad de mejorar respecto a la vida de sus padres. “Queríamos poder ser más que nuestros padres, la dignidad de las personas era grandísima, pero nosotros queríamos salir del trabajo del campo”, detalló Teresa Vázquez, que con ese propósito ya se había estudiado prácticamente toda la enciclopedia del segundo grado cuando solo tenía 10 años.

“Queríamos poder ser más que nuestros padres, la dignidad de las personas era grandísima, pero nosotros queríamos salir del trabajo del campo”

La escuela también les facilitó vivir emociones ajenas a la rutina del campo en tiempos muy difíciles. Jaime Pérez, por ejemplo, nunca había salido de Baldariz, y con 13 años se subió por primera vez a un autobús para visitar el Mosteiro de San Rosendo, en Celanova. Una aventura que nunca olvidará, contó. Conchita González, de Bande, recordó el “libro verde” de la Sección Femenina y también que fue en la escuela cuando, muy de niña, probó el queso americano, la leche en polvo y la mantequilla.

Participantes en el taller intergeneracional.

Participantes en el taller intergeneracional. / FERNANDO CASANOVA

Con estas vivencias que el alumnado conoció en una primera sesión, este lunes volvieron a reunirse adolescentes y mayores con un nuevo cometido, debatir sobre la educación contemporánea. “Los mayores relatan una historia escolar que no se parece en nada al presente, y esto le da a los alumnos una perspectiva histórica sobre de dónde venimos y el valor de la educación para las generaciones anteriores, que no tenían o era muy difícil el acceso a una educación pública y gratuita”, comenta Susana, técnica del programa Espazo +60.

Partiendo de ese primer encuentro, en el segundo se trata de establecer un diálogo intergeneracional en el que juntos, adolescentes y mayores, reflexionan sobre la importancia de la escuela y los valores que transmite, más allá del conocimiento.

“A partir de esa visión más amplia, el alumnado saca lo que es realmente importante y salen los valores que se transmiten con la educación, como la importancia de la inclusión, la igualdad, además del futuro laboral, que también sale. Pero le dan valor a estas otras cosas y entienden la educación de forma más compleja”, explica Susana.

Para entablar este diálogo, alumnos y mayores se sentaron en grupos para exponer su visión sobre qué aporta la educación y qué le piden. “Que nos ayude a prepararnos para la vida laboral”, “que no se base tanto en memorizar, sino en actividades prácticas y desarrollo de ideas”, “que integre la tecnología”... son algunas de las ideas que surgieron, pero también fueron objeto de debate otros valores como la amistad. Algo que Conchita puso en valor en su grupo: “Creamos un grupo y lo mantenemos, todavía nos reunimos hoy en día”.

El objetivo es entregar estas conclusiones al centro educativo para que trate de aplicarlas.

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