Los agentes que intervinieron en el ático de la Habana: “Fue un trabajo de equipo”

Amadeo, fuera de servicio, fue el primero en llegar al incendio | Marcos fue el que bajó a la mujer nonagenaria desde el séptimo hasta la calle, con ayuda de dos compañeros

Dos de los agentes de la Policía Nacional, Amadeo y Marcos, que actuaron en el incendio. |   // I. OSORIO

Dos de los agentes de la Policía Nacional, Amadeo y Marcos, que actuaron en el incendio. | // I. OSORIO / A.G.T.

Casi una semana después del incendio en un ático en la Avenida de la Habana de Ourense, Marcos y Amadeo, dos agentes de la Policía Nacional de Ourense, recuerdan perfectamente su actuación y cada detalle. Amadeo, que pertenece al servicio de radiopatrulla más conocido como “zeta”, estaba fuera de servicio, paseaba por la calle de vuelta del gimnasio y vio lo que estaba sucediendo. Decidió actuar sin pensar y fue el primero en socorrer a las personas que estaban en el interior. Marcos llegó minutos más tarde y fue el agente que bajo a la mujer nonagenaria que yacía en el suelo mientras el humo y el fuego se propagaban.

Amadeo recuerda que “en el cruce de Curros Enríquez con Avenida de la Habana vi mucha gente que señalaba hacia arriba, a un edificio y cuando llegué a ese punto vi la columna de humo que salía. Llamé emergencias y fue corriendo hacia el portal”. Cuando llegó todavía no estaban ningún servicio de emergencias y fue entonces cuando una vecina le abrió el portal para acceder al interior del edificio.

"Vi los pies de una señora en el suelo"

Comenta que “subí hasta el octavo corriendo por la escaleras. Cuando llegué al rellano me encontré que estaba la puerta abierta y salía mucho humo”. Su percepción es que había, como mucho, un metro de visibilidad, a partir del metro de altura ya no se veía nada, todo era una escala de grises y negro. Continúa diciendo que “en esa escasa zona de visibilidad, vi los pies de una señora en el suelo, la llamé para que saliera y no hacía caso, entonces entré la cogí, la saqué al pasillo y la dejé allí. Volví a entrar al piso y fue cuando di la voz de alerta a la gente que se encontraba allí para que saliera que había fuego”.

Con los gritos un hombre y una mujer salieron de la casa por su propio pie y detrás de ellos tres jóvenes con su perro. Aclara que “todavía no habían salido, estaban en sus habitaciones y no se habían enterado del fuego ni del humo que había”.

Amadeo reflexiona que “son segundos, actúas sin pensar, porque instintivamente te sale, está en la naturaleza de ser policía. Además en segundos se puede decidir todo. Si todo hubiera pasado unos minutos después estaríamos, probablemente, hablando de otra cosa más que un incendio”.

Calcula que su actuación fue rápida, fue cuestión de segundos. Tras salir todas las personas de la vivienda, bajó a la mujer hasta el séptimo y empezó a avisar a los vecinos para que evacuaran el edificio de forma inmediata. Minutos después la sala avisa a los agentes que están de servicio y Marcos, de la unidad de prevención y reacción (UPR), con otros compañeros se dirigen al lugar. Explica que “vimos humo, el portal estaba abierto y empezamos a subir por la escalera hasta arriba, hasta el séptimo piso, donde vimos a la mujer. La cogí y recuerdo perfectamente como bajando por las escalera con la mujer, tropecé con la manguera que todavía estaba enrollada y gracias a mi compañera Mónica y otro agente, Gustavo, no me caí. Me cogieron y me ayudaron para que no me cayera y me estabilizaron”.

Con la mujer en brazos bajó las escaleras hasta llegar al exterior donde sus otros compañeros establecían un cordón de seguridad por posibles desprendimientos y es en ese momento, donde prestaron los primeros auxilios gracias a una mochila donde guardan diferentes útiles. Todavía no había llegado la ambulancia, por lo que habilitaron un vehículo policial y con su compañero Javi le limpiaron las fosas nasales y le lavaron la cara. Dice que “estaba llena de hollín, semiconsciente y balbuceaba mucho”.

Trabajo colectivo

Ambos agentes destacan que “esto es un trabajo de equipo, no es cuestión de la acción de un agente solo. Todos tenemos nuestras funciones y sabemos lo que tenemos que hacer”. Y Marcos añade que “lo bueno de esta Comisaría es que son agentes que acumulan mucha experiencia que trabajaron en Barcelona o Madrid, por ejemplo, entonces el trabajo resulta más fácil”.

En dicha intervención la mujer de la vivienda en llamas no fue la única que necesitó ayuda para bajar las escaleras. Otra persona en sillas de ruedas fue auxiliada por otro agente para sacarla a la calle.

“Cuando le timbramos a los vecinos, ninguno se había percatado de nada"

Ambos comentan que “la actuación de los vecinos fue una maravilla, fue todo muy rápido. Aunque en este tipo de comunidades suelen ser personas mayores y, en algunos casos, dependientes, pero el edificio se evacuó en uno o dos minutos”.

Amadeo describe que “cuando le timbramos a los vecinos, ninguno se había percatado de nada. Lo que impactaba era ver la columna de humo desde la calle”. Y manda un mensaje a la sociedad aconsejando que “antes de estar grabando con el móvil, que llamen a emergencias al 091 o al 112 porque el tiempo es clave y en cuestión de segundos pueden decidirse muchas cosas”.

Suscríbete para seguir leyendo