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Ourense se desangra: es la segunda zona de Europa con menos población joven

Solo un 13,3% del censo tiene menos de 20 años, el peor dato después de Zamora | La natalidad cayó un 23% este siglo | En 8 municipios no hubo ningún nacimiento en 2021

Varios mayores sentados en un parque de Ourense. Iñaki Osorio

El noroeste de la península ibérica es el territorio de Europa más castigado por la sangría demográfica. El más envejecido y, lo que es peor aun, en el que menos gente joven hay. Y en ese epicentro de la despoblación está Ourense, que se ha convertido en la segunda área del continente con menos proporción de habitantes menores de 20 años: solo el 13,3% están en esa franja de edad. Por delante, y a muy poca distancia se encuentra la castellanoleonesa Zamora, que con apenas un 13,1% de gente joven lidera uno de los rankings más tristes de la observación demográfica.

Según los datos recogidos por Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, a partir del censo de 2021, seis de los diez territorios con menos porcentaje de niños y jóvenes de entre 0 y 19 años, están en el noroeste peninsular. Por detrás de Zamora y Ourense figuran la comunidad lusa de Alto Támega (13,4) y la provincia de Lugo (13,5). En quinta posición se encuentra la ciudad independiente de Shul, en Alemania, con un 13,7% de jóvenes, seguida de la italiana Oristano, que alcanza el 13,9%. De vuelta al noroeste, con un 14% de jóvenes figura la provincia portuguesa de Trás-os-Montes. Completan el ranking Fokida (Grecia), La Gomera (España) y Beiras e Serra da Estrela (Portugal), con proporciones de 14,1%, 14,2% y 14,3%, respectivamente.

“Es la pescadilla que se muerde la cola”, afirma Miguel Pérez, alcalde de San Xoán de Río, uno de los municipios ourensanos que más sufre el embiste de la despoblación. “No tenemos colegio, ni guardería, ni actividades extraescolares; el colegio se cerró porque no hay niños y no hay niños porque no hay colegio. Al final, las familias se van porque buscan mejor calidad de vida para sus hijos”, apunta. Lo cierto es que en este concello solo 19 de los 508 vecinos tiene menos de 20 años, por lo que la proporción se desploma aquí al 3,7%. “Y podemos decir que vivimos un bum porque la mitad de los jóvenes son refugiados ucranianos, antes de que llegasen ellos estábamos mucho peor”, matiza el alcalde.

Con datos de población a 1 de enero de 2022 recogidos por el Instituto Galego de Estatística, IGE, la provincia de Ourense cuenta con 304.280 habitantes y solo 40.283 tienen entre 0 y 19 años. En el otro extremo, el de los mayores de 64, la cifra se dispara a 97.067, de manera que por cada niño, adolescente o joven, hay más de dos jubilados.

El grave efecto de la caída demográfica es evidente si se echa la vista atrás. En 1998, el censo provincial (ya en regresión) era de 344.170 habitantes, y el porcentaje de población joven se situaba en el 17,5%, mientras que los mayores representaban un 25,8%.

Con el avance del siglo XXI y la estrepitosa caída de la natalidad, la balanza se ha desequilibrado completamente y la desigualdad generacional es mucho mayor. En 24 años, Ourense ha perdido un 11,6% de su población: casi cuarenta mil habitantes menos. De las poco más de 304.000 personas que conforman actualmente el censo, el 13,2% son menores de 20 años y el 32% superan los 65.

En este escenario de sangría demográfica, los ayuntamientos luchan por revertir la situación, pero no es fácil, apunta el alcalde de Lobeira, Antonio Iglesias. “Hacemos lo que podemos, intentamos retener a la gente joven con oportunidades de trabajo a través de talleres de empleo, y con ayudas de la Xunta y de la Diputación, pero una vez que empieza el éxodo es difícil pararlo”, señala este regidor. Otra de las pescadillas que se muerde la cola, en el rural no hay industria y sin oportunidades laborales la población activa hace las maletas.

En el ayuntamiento de Lobeira, donde solo hay 21 jóvenes menores de 20 años, el motor económico es la ganadería. En la primera década de este siglo se cerró el colegio por falta de niños y actualmente no existe ningún recurso para la población infantil. “Hubo un intento hace años de poner en marcha una casa nido, pero la persona interesada acabó desistiendo”.

Al igual que en Lobeira, en Calvos de Randín, Beade, Parada de Sil, A Teixeira, Chandrexa de Queixa, San Xoán de Río, Xunqueira de Espadanedo, Os Blancos, Porqueira, Gomesende, Pontedeva, O Bolo, Larouco y Vilariño de Conso la población menor de 20 años no llega al medio centenar y la situación no parece que vaya a mejorar.

La caída de la natalidad es la gran losa del rural. Apenas nacen niños en los concellos más despoblados. En lo que va de siglo, los nacimientos se desplomaron un 23% en la provincia ourensana: de 1.809 partos en 2001 a 1.399 en 2021. En Lobeira, Calvos de Randín, Arnoia, Parada de Sil, A Teixeira, Gomesende, Chandrexa de Queixa y A Pobra de Trives no nació ningún niño en 2021, y en otros seis solo uno.

Crear empleo y blindar servicios, la receta de la Diputación

Las proyecciones de población no son propicias y se estima que la provincia seguirá perdiendo capital humano en los próximos años. Casi diez mil habitantes menos en 2037, según el Instituto Galego de Estatística (IGE). Ese año, la población infantil (de 0 a 4 años) caerá a 7.404 en toda la provincia, y el colectivo de personas por debajo de los 20 años que ahora se sitúa por encima del 13% bajará al 11,5%. Dentro de 15 años, en un censo estimado de 295.087 habitantes en Ourense, solo 34.171 serán niños, adolescentes y jóvenes.

Ante la evidente crisis demográfica, la lucha contra la despoblación se ha convertido en uno de los ejes vertebradores de las políticas públicas de la Diputación de Ourense, y en los últimos años ha implementado una estrategia transversal que se marca como objetivo “avanzar en la dinamización territorial para fijar población a través de la creación de empleo y el blindaje de los servicios públicos”.

Entre las iniciativas que se han puesto en marcha para ganar dinamismo territorial está el Plan EmprendOU, que impulsa proyectos empresariales o de autoempleo de jóvenes menores de 30 años en ayuntamientos con problemas demográficos o el programa ChegOU, de ayuda a la natalidad. También se han impulsado acciones para fomentar la digitalización a través de programas innovadores y el impulso a sectores diferenciales en la economía ourensana como el termalismo. “Optimizar al máximo la llegada de la Alta Velocidad con estrategias específicas diseñadas para avanzar en el apoyo al sector audioviosual o el ecosistema deportivo de la provincia”, son algunas de las medidas impulsadas por la Diputación para fijar y atraer población. Además, la institución ourensana participa en programas a nivel nacional e internacional encaminados a lograr el equilibrio territorial.

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