El acusado de acuchillar a un policía porque estaba con su ex se enfrenta a más de 12 años

La acusación particular atribuye tentativa de homicidio, atentado y amenazas | La Fiscalía solicita una condena de 6 años y 8 meses

El encausado, Rubén R. L., durante un juicio por tráfico de drogas en el que fue condenado a 3 años de prisión.

El encausado, Rubén R. L., durante un juicio por tráfico de drogas en el que fue condenado a 3 años de prisión. / IÑAKI OSORIO

J. F.

Rubén R. L. se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial de Ourense el 31 de enero, para responder por el ataque sufrido, cuando estaba en una terraza, por un policía nacional fuera de servicio que tenía una relación con la expareja del encausado. La Fiscalía solicita una condena de 6 años y 8 meses por un delito de homicidio en grado de tentativa –6 años– y otro de amenazas –8 meses–.

La acusación particular, ejercida por el letrado del SUP –el perjudicado es afiliado de este sindicato policial–, eleva la petición a 12 años y 3 meses, sumando a las amenazas –15 meses– y al intento homicida –9 años–, en el que aprecia una premeditación que debe agravar la pena, un tercer delito de atentado a la autoridad, por el que solicita 2 años.

Durante la fase de instrucción, el sospechoso se acogió a su derecho a no declarar. Antes de cometer presuntamente la agresión –llegó al lugar en un taxi–, envió a la mujer mensajes de audio por wasap en los que vertía amenazas contra él.

"Te mato en cero coma"

“Me da igual que seas madero, madero de mierda”. “Te voy a matar, hijo de puta, me suda la punta de la polla que seas madero, voy a ir a por ti, cuando quieras nos vemos mano a mano tú y yo”. “Me da igual la jueza y tu puta madre, en cuanto te vea me voy a echar a tu cuello y te voy a reventar”. “Te mato a ti y a tu familia, te mato en cero coma”. Son las intimidaciones que Rubén R. L. presuntamente dirigió contra el policía en esas notas de voz, prueba en el caso.

El agente estaba en una terraza junto a unos conocidos, entre ellos la expareja del acusado. La madrugada del 9 de junio de 2020, según expone la Fiscalía en su escrito de calificación, el acusado remitió al teléfono de su expareja los audios intimidatorios. Unos veinte minutos después del último de los mensajes, sobre las 14.15 horas, el encausado presuntamente cogió un cuchillo de 19 centímetros de longitud y 9 de hoja y se desplazó en un taxi a una cafetería en la confluencia de las calles Valle Inclán y Celso Emilio Ferreiro, donde se encontraban el policía y la ex.

El ministerio público asegura que, cuando llegó y vio al agente y a su antigua novia sentados en la terraza en compañía de otra pareja, “sin mediar palabra, se bajó del vehículo con el cuchillo en la mano” y se dirigió hacia el policía, que estaba sentado de espaldas al acusado.

“Con ánimo de causarle la muerte” –sostiene la Fiscalía en su escrito–, el encausado se abalanzó sobre la víctima, que intentaba levantarse y darse la vuelta tras ser avisado por uno de los acompañantes. El acusado le asestó al menos dos puñaladas en la zona subcostal bilateral. Los acompañantes trataron de defenderlo y Rubén R. L. se dio a la fuga y tiró el cuchillo bajo un coche aparcado cerca, relata la Fiscalía.

El agente sufrió lesiones de las que tardó un mes en recuperarse. Le han quedado cicatrices como secuelas del ataque. Además de la pena de prisión, el ministerio público solicita 8 años de alejamiento y prohibición de comunicación, y propone una indemnización a la víctima de 1.650 euros por las lesiones y 1.600 por las secuelas. La acusación particular propone el mismo periodo de alejamiento, pero eleva a 15.000 euros la solicitud de responsabilidad civil.

Condena reciente por drogas

Tras ser detenido por estos hechos, la Policía Nacional solicitó autorización al juez para verificar si eran ciertas las sospechas sobre narcotráfico que tenía sobre este hombre desde abril de 2020, en pleno confinamiento. En un garaje de un edificio en obras que había alquilado, los investigadores hallaron cocaína y MDMA.

Por este delito contra la salud pública la Audiencia Provincial de Ourense le impuso, en febrero del año pasado, 3 años de prisión más multa de 34.244,69 euros. La resolución fue ratificada por el TSXG. Cabía recurso de casación al Supremo.