El manual de resistencia de Gonzalo Jácome

Un pacto con el “diablo”, una crisis interna en su partido, dos “traiciones” del PP, cuatro peticiones de dimisión por la oposición y cuestiones judiciales archivadas en solo tres años y medio

Antonio Fernández, Armando Ojea, Gonzalo Jácome y Telmo Ucha, de Democracia Ourensana.    | // B.L.

Antonio Fernández, Armando Ojea, Gonzalo Jácome y Telmo Ucha, de Democracia Ourensana. | // B.L. / A. G. Tesouro

“Como tantos aspectos de mi experiencia política, tampoco esto se ajusta a lo convencional”. [...] “Todo ha adquirido una velocidad inusitada que a menudo desafía hasta las personas más amantes del cambio”. [...] No son frases de Jácome aunque lo parezca. Son las primeras frases del libro autobiográfico “Manual de Resistencia” del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, después de llegar al ejecutivo nacional. No fue un camino de rosas, necesitó más el martillo. Tuvo que partir desde abajo, para llegar arriba. Como Gonzalo Jácome, que no es “de derechas ni de izquierdas, es de Ourense”. O eso dice.

El alcalde de Ourense suma un mandato nada convencional tras más de tres años con el bastón de mando. Crisis internas, “puñaladas”, gobiernos en minoría, peticiones de dimisión, cuestiones judiciales y “traiciones”. Todo rápido, todo apresurado y cada día es un charco. De aquel procrastinador alcalde que dijo“¿que hagó ahora?” en el primer minuto de su era, ha habido capítulos en los que pasó de ser Santa Compaña a Supermán.

Jácome con el bastón de mando que le convertía en alcalde.

Jácome con el bastón de mando que le convertía en alcalde. / BRAIS LORENZO

Y todo empieza, en 2007. “Dígalo a las cámaras”, decía un reportero con barba que había creado un partido hace seis años. El por entonces presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar, (PP) sentenció: “Si, sacáis uno pactáis con nosotros”. Fue premonitorio.

Cada proceso electoral, Democracia Ourensana iba a más. No por la exaltación del magosto de Ourense con unos brindis de vino en vasos de plástico, sino por un discurso contra el “diablo” y la gestión del infierno. Como entrenando en las escaleras de los 16 pisos de la Torre de Ourense, las 481 del Puente del Milenio o los 1.860 escalones ascendió hasta ser alcalde. No sin antes con un empujón, de quien menos lo esperaba.

Aquella profecía del expresidente de la Diputación se cumplió. PP y Democracia Ourensana firmaban un pacto en el que ninguno estaba de acuerdo, pero los dos se necesitaban. El “pacto de la vergüenza” para unos, y “el pacto del diablo”, para otros. Con la frase del ahora alcalde: “Pactaremos con el diablo, si con eso, traemos el cielo a Ourense”. Y, ¿el cielo?

Desde aquel germen se inició un mandato de manual de resistencia. Lo medible, no es opinable. Eso dice él. Nadie daba un duro porque Jácome terminara el mandato menos él, que estaba seguro de que así sería. Ser alcalde. Check.

Jácome es felicitado después de levantar el bastón de mando.

Jácome es felicitado después de levantar el bastón de mando. / BRAIS LORENZO

La sombra de la malversación sobrevoló el Hotel Princess con una reunión que hizo saltar por los aires el gobierno municipal. Cinco “amigos” de Jácome se posicionaron para que diera explicaciones sobre la gestión económica del partido. Ellos no sabían nada, hasta que les pudo salpicar. Y de aquellas, no lo decía Shakira. Al menos, eso dicen. Dos se desvincularon de la política y uno de ellos, fue su sustento para seguir gobernando uno de los antiguos siete “reinos”.

Ese fue Telmo Ucha. No sabremos nunca si Jácome fue el que inspiró a Bizarrap y Quevedo para cantarle a Telmo, “Quédate”, lo que sabemos es que le juró “absoluta y total lealtad” para equilibar una mesa coja con solo dos patas, Jácome y Armando Ojea. Ese apoyo sirvió para convocar y celebrar las juntas de gobierno, al menos, la vida ordinaria del Concello renacía. Crisis interna superada. Check.

La Fiscalía encontraba indicios de malversación en una ocasión, pero archivaría el caso después de que Jácome declarase como investigado. El camino hacia el barrio de O Couto, lugar de la sede judicial, lo realizó en otra ocasión en calidad de investigado por otro supuesto delito de malversación. También archivado. Y así, en tres años y medio, sumó causas,que no encontraron nada. Tampoco cuando bajó los bolardos. Al menos, eso dice la justicia. Cuestiones con la justicia archivadas. Check.

La primera “traición” del PP, lo marcó. Lo iba a venir a buscar un helicóptero, pero parece que no despegó. Por el bien de la ciudad pensarán unos, por el respeto institucional pensarán otros. Pero ahí está resistiendo. Él no se lo esperaba. Ni tampoco la cúpula del PP gallego cuando les señaló en la palestra pública ante todos. Jácome debió pensar que Feijóo lo había hecho primero, cuando dijo que sería letal, lo que no se esperaba es que fuera letal para el PP. Y menos tras intercambiar risas en aquella comida en 2007. Allí, se hicieron amigos sin saberlo. Superar las “traiciones”. Check.

Su resistencia no responde a la lógica como tampoco su meteórica llegada a la Alcaldía, aunque esto último hay candidatos para repartir responsabilidades. Que sea alcalde, no solo es cuestión de resistencia, sino de inoperancia política.

Jácome y Baltar en el pleno provincial que volvía a dejar la Diputación en manos del PP.

Jácome y Baltar en el pleno provincial que volvía a dejar la Diputación en manos del PP. / INAKI OSORIO

No son solo las sospechas judiciales, ni la grieta en DO, Jácome resiste a los envites de la oposición que, hasta en cuatro ocasiones le pidió que dimitiera. No lo hizo en 2020 por la sombra de la malversación económica; ni se le pasó por la cabeza cuando empujó a la sindicalista Lola Panero en mayo de 2022; ni tampoco cuando todos los ediles aprobaron reprobar al gobierno municipal por las horas extras de la Policía Local y la gestión del cuerpo. Y, mucho menos, pero, mucho menos, por elegir “sin saber” a un condenado por abuso sexual hasta en dos ocasiones. “Le podía haber pasado a cualquiera”, sentenció.

No hay otra opción, al menos, que interese. Es Jácome o Jácome, porque las alternativas posibles se encargaron otros de enterrarlas. El manual de resistencia de Gonzalo Jácome empezará con una frase que dijo en su primer día como alcalde, cuando empezó a resistir: “Soy una persona tremendamente, optimista, supongo que poco realista. (...) Si no eres optimista, ya no te metes en el ‘fregao’ que se te viene encima”. ¿Cuál será el siguiente?

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