Un fósil viviente habita en tierras de O Ribeiro

La saramaganta primitiva, una especie rara a nivel planetario, fue avistada en Francelos (Ribadavia)

La curiosa salamandra, avistada en Francelos, Ribadavia.

La curiosa salamandra, avistada en Francelos, Ribadavia. / FdV

Adela Ferradás

“Un fósil viviente”, o “la joya de la herpetofauna de Galicia”, según los científicos. Estos son algunos de los calificativos que recibe la saramaganta chioglossa lusitanica, una rareza que fue localizada el mes pasado en el pueblo de Francelos, en Ribadavia, por un vecino que la encontró y llamó a la asociación ecologista Ridimoas.

La describió refiriéndose a este reptil como una especie de “extraterrestre”. Y es que “es de mucha rareza a nivel planetario”, apunta Pablo Rodríguez Oitabén, por tratarse de una “salamandra muy primitiva”, que fue descrita en 1864, cuando se descubrió por la ciencia. Sobrevivió a cambios climáticos y glaciaciones, y a nivel planetario solo existe en el cuadrante noroccidental de la Península ibérica.

Este ejemplar tan curioso ocupó toda Europa cuando era una selva húmeda de millones de años y cuando llegó la glaciación algunos se refugiaron en el sur, donde no había glaciares. Subraya Oitabén que “es toda una lección de supervivencia. Solo quedó en el norte de Portugal, Galicia y en el occidente de Asturias”.

Apunta que “es la joya de la herpetofauna de Galicia según los científicos, y se descubrió en Portugal”. Recuerda que él la vio allí en una zona umbría en 1981. Explica que “es muy primitiva”, pone de 12 huevos hasta un máximo de 20, tiene ojos saltones, su cola es muy larga, un poco más de dos tercios de la longitud total de su cuerpo, y es su depósito de reservas alimenticias, lo que vendría a ser como la joroba de un camello.

Un fósil viviente habita en tierras de O Ribeiro

Un fósil viviente habita en tierras de O Ribeiro / Adela Ferradás

En Francelos es la segunda vez que se visualiza. La primera fue por el biólogo Xusto Veloso Moreda, que observó un espécimen en 1996, en el mismo hábitat en el que esta vez fue soltada. Dice Oitabén que entonces solo había la palabra de este biólogo pero que ahora se confirmó su presencia en O Ribeiro. En esta ocasión, fue un vecino de Francelos el que la vio a unos 50 metros del río Brull, con unos 12 centímetros.

Envió una foto a la asociación y, tras las indicaciones recibidas, la metió viva en un frasco con hierba húmeda, para luego devolverla el pasado mes a su hábitat en las riberas del río Brull. El presidente de Ridimoas agradece que la no haya matado.

Destaca que fue en Portugal donde se descubrió para la ciencia, y, ahora con su aparición en O Ribeiro “se amplía su área vital y eso es importante”. En su opinión, sería interesante que se llevara a cabo una investigación por parte de la Sociedad Española de Herpetología, para estudiar el río Brull y el Cerves, ya que “ya sabemos que la hay ahí”.

Francelos, donde se visualizó ya dos veces, “es una de las localidades de la provincia que destaca a nivel de rareza zoológica”, y en la que curiosamente, dice, “se dan menos herbicidas”.

Este organismo necesita para vivir mucha humedad, zonas con acumulaciones de más de mil litros de lluvia por metro cuadrado, aguas puras y mucho oxígeno.

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