Giro en 4 días: de la libertad a la prisión tras señalarlo ante el juez la víctima del tiroteo

El magistrado ve “racional, coherente y perfectamente creíble” la versión del perjudicado y cree que existe riesgo de fuga y de que el investigado atente de nuevo contra la víctima: "Es indudable"

El investigado, J. R. O., de camino a la sala en la que se celebró la comparecencia, tras la que el juez acordó la prisión.

El investigado, J. R. O., de camino a la sala en la que se celebró la comparecencia, tras la que el juez acordó la prisión. / INAKI OSORIO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Tras considerar el pasado domingo, en el paso a disposición judicial del detenido, que los indicios no eran “suficientemente contundentes” para dictar la prisión provisional, ni existía certeza a “ciencia cierta” de que J. R. O., un vecino de 37 años de Pereiro de Aguiar, hubiera sido el autor del tiroteo de Maceda del pasado 2 de noviembre, con un herido de gravedad tras recibir 3 disparos, el magistrado, cuatro días después, varió su criterio y acordó la privación de libertad.

El miércoles, el perjudicado señaló al principal investigado ante el juez, como ya había hecho en su segunda declaración en el hospital ante la Guardia Civil (en la primera, aún convaleciente tras semanas en reanimación, no fue capaz). Declaró que le debía unos 2.000 euros –supuestamente, por los gastos de reparación de dos vehículos defectuosos que J. le había vendido–, y que habían quedado en su casa para que saldara el pago.

El juez: “Si el investigado fue capaz de acudir al domicilio de la víctima en un edificio en el centro de Maceda, con varios vecinos viviendo en él, y disparar un arma de fuego contra el perjudicado, es indudable que en cualquier momento puede reincidir"

Según la versión de la víctima, se presentó sin nada y, después de discutir y de que el sospechoso anunciara que iba al coche a por el dinero, le descerrajó seis tiros en el interior de la vivienda –recibió tres impactos–, sobre las 21.30 horas del 2 de noviembre. El arma no ha aparecido. El presunto agresor se ha acogido, por el momento, a su derecho a no declarar.

El investigado, accediendo a la sala en la que se celebró la comparecencia para su ingreso en prisión.

El investigado, accediendo a la sala en la que se celebró la comparecencia para su ingreso en prisión. / INAKI OSORIO

Este jueves, tras una comparecencia solicitada por la Fiscalía, el titular de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez, acordó la prisión provisional, comunicada y sin fianza, por un presunto delito de homicidio o asesinato en grado de tentativa, tal como había solicitado la fiscal, con la adhesión de la acusación particular y la oposición de la defensa.

La prisión provisional procede, según la autoridad, por el riesgo de reiteración delictiva. “Si el investigado fue capaz de acudir al domicilio de la víctima situado en un edificio en el centro de Maceda, con varios vecinos viviendo en el mismo, y disparar un arma de fuego contra el perjudicado, es indudable que en cualquier momento puede reincidir”, entiende el juez.

“Es previsible que vuelta a cometer un delito semejante, se sustraiga a la acción de la justicia o atente contra los intereses de la víctima”, señala el magistrado

También aprecia un peligro de fuga, debido a la posibilidad de penas de 10 a 15 años por homicidio y de 15 a 25 por asesinato, aunque sin contar la reducción porque el delito se quedó en una tentativa. De igual modo, el instructor no descarta que, en situación de libertad, el investigado pudiera atentar de nuevo contra intereses de la víctima, “fundamentalmente contra su vida o integridad física”.

Si sigue en la calle, como ha estado desde el domingo al jueves, “es previsible que vuelta a cometer un delito semejante, se sustraiga a la acción de la justicia o atente contra los intereses de la víctima”, razona el instructor en el auto.

Despliegue de la Guardia Civil tras el suceso.

Despliegue de la Guardia Civil tras el suceso. / BRAIS LORENZO

La Guardia Civil ha bautizado este caso como ‘Operación Debulla’. La detención del sospechoso, un vecino de San Benito (Pereiro de Aguiar), tuvo lugar el pasado 5 de enero. Pasó a disposición judicial el domingo 8 de enero, quedó en libertad, con una medida de alejamiento de 500 metros de la víctima, y este jueves ingresó en el centro penitenciario de Pereiro.

El instructor ve ahora “indicios suficientes de la comisión de los hechos por parte del investigado”

La defensa, ejercida por Arturo González, sopesa recurrir la medida de prisión, porque entiende que no había motivos suficientes ni han variado los indicios desde que se acordó la libertad. Había propuesto, como alternativas posibles, comparecencias periódicas en el juzgado. En su opinión, el arraigo familiar, laboral y social del investigado descartaría una huida.

Arturo González es el abogado defensor del presunto agresor.

Arturo González es el abogado defensor del presunto agresor. / FdV

El “shock” inicial de la víctima y una relación "no del todo clara"

El instructor ve ahora “indicios suficientes de la comisión de los hechos por parte del investigado”. Dice el juez que “aun no quedando del todo clara la relación existente entre víctima e investigado”, la gravedad de las lesiones queda probada por el parte médico. Además, la declaración que el perjudicado prestó este miércoles fue “racional, coherente y perfectamente creíble, ratificando la segunda denuncia prestada en sede policial, sin incurrir en contradicciones y sin que existan razones para dudar de su veracidad”.

El hecho de que el investigado le adeudara 2.000 euros “no se considera suficiente para entender que la víctima pueda estar mintiendo al afirmar que disparó contra su persona empleando un arma de fuego”.

El instructor entiende ahora que es “razonable” que, en la primera declaración a la Guardia Civil, la víctima no identificara al detenido, debido a que “todavía se encontraba en estado de shock y no tenía plena conciencia de lo que había ocurrido, explicación totalmente creíble dada la gravedad de los hechos y el impacto emocional”.

En la vivienda se realizó una inspección exhaustiva tras los hechos.

En la vivienda se realizó una inspección exhaustiva tras los hechos. / BRAIS LORENZO

El otro investigado lo sitúa

Otro elemento contra el presunto agresor es que la declaración del hombre investigado por llevarlo en coche a Maceda –según su versión, sin saber su propósito y después de que J. le dijera que iba a entregar unas herramientas a un cuñado– sirve para situar en el lugar y hora de los hechos al sospechoso, pese a que no pudo acreditar que fuera al domicilio de la víctima ni vio que llevase un arma.

Este segundo investigado manifestó que, cuando J. regresó al vehículo, “estaba totalmente tranquilo”, sin haberlo observado “ni agitado ni sudoroso”.

Benjamín Caramés defiende al investigado que llevó en coche a Maceda al presunto agresor.

Benjamín Caramés defiende al investigado que llevó en coche a Maceda al presunto agresor. / FdV

Un “reconocimiento implícito”

Poco después de haber leído en las redes sociales noticias sobre el tiroteo, este varón se encontró con el sospechoso y le afeó que lo había metido en un problema, sin que J. le contestase nada, “cuando lo normal hubiera sido haber pedido algún tipo de explicación sobre esa afirmación. No hacerlo parece una señal inequívoca de su participación en los hechos, un reconocimiento implícito de su autoría”, expone el magistrado.

La Guardia Civil bautizó el caso como 'Operación Debulla'.

La Guardia Civil bautizó el caso como 'Operación Debulla'. / BRAIS LORENZO

Otros indicios son que la ropa que llevaba ese día coincide con la que describieron testigos presenciales, si bien ninguno fue capaz de ver al autor. Para el juez es “significativo” que J. tuviera el móvil en ‘‘modo avión’ casi 5 horas.

Aun no siendo suficiente para afirmar a ciencia cierta que durante el periodo de tiempo en que su teléfono permaneció inactivo hubiese atentado contra la vida” de la víctima, “sí es compatible”, subraya el juez.

En ese tiempo su mujer lo llamó más de 40 veces. “Lleva a creer que se encontraba preocupada por lo que pudiese estar haciendo en ese momento el investigado”, afirma el magistrado.