La Fiscalía pide una comparencia para decidir la posible prisión del sospechoso del tiroteo, tras señalarlo la víctima ante el juez

Según su versión, le efectuó seis disparos –tres lo alcanzaron– tras discutir porque el presunto agresor acudió a su casa sin el dinero que le debía, tras venderle unos coches defectuosos. Este jueves se celebra una comparecencia solicitada por el ministerio público

La Guardia Civil, en el edificio de la víctima tras el suceso, el pasado 2 de noviembre.

La Guardia Civil, en el edificio de la víctima tras el suceso, el pasado 2 de noviembre. / BRAIS LORENZO

Javier Fraiz

Javier Fraiz

En su primera declaración, cuando aún estaba convaleciente en el hospital, la víctima del tiroteo de Maceda no pudo poner nombre ante los agentes de la Guardia Civil a la persona que le había disparado. En la segunda, cuando seguía en el centro pero ya se encontraba mejor, sí señaló al varón que resultó detenido. Este miércoles, en el juzgado, el perjudicado reiteró que J. R., un vecino de Pereiro de Aguiar, fue el agresor. De los seis tiros que salieron del arma de fuego –no ha aparecido–, tres le alcanzaron en el rostro, el abdomen y el brazo.

El sospechoso pasó a disposición judicial el pasado domingo y, tras acogerse a su derecho a no declarar, fue puesto en libertad provisional, con una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima. El magistrado de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez, entendió que los indicios no eran lo “suficientemente contundentes” como para dictar la medida de privación de libertad, porque no consideraba probada “a ciencia cierta” la autoría de los hechos.

La declaración de este miércoles puede suponer un giro. Este jueves, se celebra una comparecencia, solicitada por la Fiscalía, a la que acudirán el principal investigado y las partes. El ministerio público pedirá prisión provisional, previsiblemente, como ya hizo el domingo en el paso a disposición judicial.

Según la versión manifestada por la víctima este miércoles en su declaración judicial –declaró en calidad de testigo y, además, ya está personada como acusación particular, representada por Eduardo Sánchez–, el principal investigado le debía unos 2.000 euros desde hace unos seis meses, por el coste de las reparaciones que tuvo que realizar en dos vehículos defectuosos que le había vendido J.

Eduardo Sánchez, acusación particular, por la víctima. |  // I. OSORIO

Eduardo Sánchez, acusación particular, por la víctima. / I. OSORIO

La noche del 2 de noviembre, el presunto agresor se personó en el domicilio, supuestamente tras haber acordado ambos la entrega del dinero –hubo conversaciones previas, incluido ese día, y constan peticiones de pago por wasap–, accedió al interior de la vivienda y, después de estar sentados ambos en el sofá, hubo un intercambio de impresiones, porque la víctima esperaba el pago tal como habían acordado, según la versión del perjudicado.

Antes de consumar la agresión, supuestamente el presunto autor dijo a la víctima que tenía el dinero en el coche y que iría a por él. Tras levantarse fue cuando presuntamente sacó el arma y disparó en seis ocasiones dentro de la vivienda. Tres de los proyectiles alcanzaron al perjudicado, que corrió a pedir ayuda a una vecina y fue trasladado de urgencia al hospital de Ourense, donde fue necesario intervenirlo debido a la gravedad.

Según Benjamín Caramés, el abogado que defiende al varón que llevó en coche al presunto agresor –este investigado sostiene que desconocía sus intenciones, que a él le dijo que había acudido a entregar unas herramientas a un cuñado, y que al regreso al vehículo no vio el arma ni signos de nerviosismo–, la víctima “no sitúa a mi representado en la escena de la agresión, por lo que no tiene nada que ver”, dice el letrado.

Arturo González defiende al presunto agresor.  |   // I. OSORIO

Benjamín Caramés, abogado del investigado que llevó al presunto agresor en coche. / FdV

Arturo González, el defensor del principal investigado, considera que existen “contradicciones” de la víctima, “con su propia declaración y con la del otro investigado”. Según esta parte, las horas a las que alude la víctima sobre el desarrollo de los hechos, un lapso de diez minutos, no coincide con el regreso al coche, horas después, de acuerdo a la declaración del conductor. El letrado añade que el perjudicado ha dispuesto de unos días para preparar su versión con la lectura del atestado, una vez alzado el secreto.

Benjamín Caramés, defensor del que llevó al presunto agresor. |   //

Arturo González, abogado defensor del principal investigado. / I. OSORIO

Las diligencias se abrieron inicialmente por un posible robo con violencia o, alternativamente, una tentativa de homicidio o asesinato. Tras la declaración judicial de la víctima, este segunda calificación gana más fuerza, a la espera de lo que determine la instrucción, que aún continúa.

Este miércoles también compareció en el juzgado la mujer del principal sospechoso, que se acogió a su derecho a no declarar.

Se considera probado que el investigado se encontraba en Maceda en la hora aproximada de los hechos, a tenor de las manifestaciones del hombre que lo llevó en coche, quien sí quiso declarar en el juzgado este domingo. Su versión sitúa al sospechoso en Maceda.

Otro de los indicios contra el principal investigado es que la ropa que portaba el autor de los hechos coincide con la descripción de las prendas que llevaba ese día el sospechoso. Durante casi 5 horas, el detenido puso su terminal móvil en ‘modo avión’: entre las 20.41 horas del 2-11-22 a las 1.13 horas del 3-11-22 (el delito se comete sobre las 21:30 horas). En ese periodo de tiempo su mujer le realizó 48 llamadas.