Los guardias civiles que rescataron el cuerpo sin vida del piloto Santiago Durán –siniestrado con su avioneta el miércoles en la ladera zamorana próxima al pico de Pena Trevinca– trasladaron a hombros, turnándose entre dos efectivos, el cadáver de la víctima, desde el punto de alta montaña en el que se registró el accidente hasta una zona, próxima a la localidad de Porto, desde donde el fallecido fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Zamora.
El piloto se encontraba en el habitáculo de la avioneta en una ubicación inaccesible. “Para nosotros fue imposible llegar al punto en helicóptero debido a la niebla y la ventisca. Optamos por la vía terrestre desde una pista que va de Porto a Pena Trevinca. Tardamos 55 minutos en llegar, monte a través, salvando un desnivel de 500 metros. La avioneta estaba a unos 1.800 metros de altitud”, describe el cabo primero Fernando Posada, jefe del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) con base en el municipio ourensano de Pobra de Trives, la única unidad de esta especialidad en Galicia.
La zona donde se produjo el impacto es “poco escarpada, un collado con mucha roca y mucho matorral de monte bajo”, indica Posada. La escasa visibilidad por culpa del mal tiempo pudo ser la causa del accidente aéreo, según las hipótesis de partida pendientes de averiguación.
La investigación del siniestro compete a la Policía Judicial de la Guardia Civil de Puebla de Sanabria. En este juzgado se han abierto diligencias, después de que el de Verín autorizara, en los primeros momentos del inmenso operativo de búsqueda, la intervención del móvil de Santiago, que arrojó como última geolocalización una zona próxima a Rionegro del Puente, en Zamora, a unos 60 kilómetros del lugar del siniestro.
Fue imposible llegar al punto en helicóptero debido a la niebla y la ventisca
En las pesquisas también participa la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, una entidad adscrita al Ministerio de Transportes que emitirá su informe sobre qué pudo ocurrir. En su última comunicación, a las 12.30 horas del miércoles, 55 minutos después de que partiera en el monoplaza Thrush 710 P de la base de Doade (Sober, Lugo), con destino al hangar de la empresa en Córdoba, el piloto avisó de condiciones meteorológicas adversas y decidió retornar a la base. El lugar del siniestro dista unos 55 kilómetros de la misma.
El mal tiempo que pudo desencadenar el accidente complicó la búsqueda y también el rescate. Mientras que los tres agentes de la Policía Judicial de Puebla de Sanabria sí pudieron llegar a la zona del accidente en el helicóptero de la Guardia Civil de León, para los dos agentes desplazados desde A Gudiña en la aeronave con base en A Coruña resultó imposible.
Aterrizaron en la zona más alta y más próxima posibles al lugar del siniestro y cargaron el equipo de rescate, la camilla y los cordajes. Después de 55 minutos de subida a pie siguiendo la señal del GPS encontraron la avioneta. Rescataron el cuerpo sin vida del piloto, lo acomodaron en la camilla y, a hombros, acompañados por otros compañeros de la Guardia Civil, iniciaron una travesía de montaña para volver a Porto. Mientras el grupo que se encontraba en la ladera emprendía el descenso, otros dos efectivos del GREIM subían para prestar ayuda en el camino de regreso con el cadáver.
El mal tiempo que pudo desencadenar el accidente complicó la búsqueda y también el rescate
“Salimos sobre las 18 horas y llegamos en torno a las 21.40 horas. Uno portaba por delante y otro por detrás, apoyando la camilla sobre los hombros. La tarea fue dura, porque llovía, hacia viento y había niebla y además no conocíamos el lugar de la travesía, pero nos fuimos dando relevos”, recuerda el cabo primero, horas después. Parte del camino de regreso de los rescatadores fue de noche. Con luces frontales y con linternas fueron iluminando la ruta hasta lograr llegar.
El GREIM había colaborado en la búsqueda del piloto, cuando aún se mantenía la esperanza de que hubiera sobrevivido al accidente. Una vez confirmada la peor noticia, acudieron al rescate del cuerpo. “Es nuestro trabajo. Cuando te avisan para rescatar a una persona fallecida es importante evitar más accidentes pero a la vez también sacar a la víctima cuanto antes”.
En lo que va de año, el GREIM gallego ha participado en ocho rescates, pero a estas intervenciones se suman muchas otras colaboraciones en operativos de búsqueda. Todos los días, hay dos guardias de montaña en Trives de servicio, las 24 horas. Pero el resto se mantiene a tono, realizando entrenamiento físico y prácticas de rescate. “Tener una buena forma es fundamental”. El GREIM de Trives está formado por 5 efectivos, más el responsable, además de una vacante que se cubrirá en breve.
El piloto tenía “una gran experiencia” y la aeronave, 4 años
Desde abril de 2020, Santiago Durán trabajaba como piloto para Plysa, adjudicataria de servicios de prevención y extinción de incendios en Galicia, entre otros lugares. Casado y con dos hijos, este hombre de 36 años tenía “una gran experiencia en la extinción de incendios”, según un comunicado de la compañía, que mostró su apoyo a la familila y allegados de la víctima, casado y padre de dos hijos. La aeronave siniestrada, un Thrush 710P con matrícula EC-MXL, contaba con cuatro años de antigüedad. La empresa garantiza “la colaboración absoluta con las autoridades en las investigaciones abiertas” sobre las causas. “Desde Plysa damos las gracias a todas las personas que nos han trasladado sus muestras de cariño y, especialmente, queremos agradecer su implicación, dedicación y profesionalidad a todos aquellos que han trabajado denodadamente en las labores de rescate de nuestro compañero”. Sober, donde se ubica la base de Doade de la que partió el piloto, decretó dos días de luto oficial. Las banderas del Concello ondean a media asta. El alcalde, Luis Fernández Guitián, expresó su “más sentido pesar”. En Gines (Sevilla), su localidad natal, hay luto oficial y gran consternación. El alcalde, Romualdo Garrido, destacó a Santiago y a su pareja como personas “encantadoras y muy comprometidas”.
