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El diseño de una base humana ante el desafío de viajar a Marte

El Grupo de Tecnoloxías Aeroespaciais del campus de Ourense realiza una propuesta conceptual de un hábitat con planta hexagonal y tres pisos para laboratorios y vivienda en el planeta rojo

Ilustración de Irene Pérez sobre el exterior del hábitat diseñado. DUVI

En el afán del ser humano por expandir los límites, por llegar a lo desconocido, uno de los desafíos más ambiciosos es poner un pie en Marte. El plan de la NASA es enviar astronautas al planeta rojo a finales de los años treinta o principios de los cuarenta de este siglo.

Con este horizonte presente, el Grupo de Tecnoloxías Aeroespaciais, del campus de Ourense de la Universidad de Vigo, ha realizado el diseño conceptual de una base humana en Marte, estudiando su comportamiento técnico. Se trata de un hábitat con planta hexagonal y tres pisos, en los que se reserva espacio para zona de laboratorios y vivienda.

Dirigido por el profesor Fernando Aguado, el grupo trabaja desde hace años en proyectos relacionados con la colonización de planetas y satélites del Sistema Solar. Entre las iniciativas científicas más destacables en las que han participado se encuentra RoboCrane, un consorcio integrado por la Universidad de Oviedo, la de Vigo y Alén Space que trabaja en el diseño de un vehículo grúa para explorar el interior de tubos de lava en la Luna.

El diseño sobre la habitabilidad en Marte, publicado como artículo en la revista Acta Astronáutica de la editorial Elsevier, se basa en la necesidad de “proponer posibles diseños de hábitat para alojar a seres humanos en un entorno tan hostil como el marciano. Esta es nuestra primera contribución en este ámbito”, señalan los investigadores.

Carlos Ulloa, Uxía García, Fermín Navarro y Alejandro Gómez DUVI

El trabajo parte de una idea acordada el pasado curso entre los profesores de Ingeniería Espacial Fermín Navarro y Carlos Ulloa, y el entonces alumnos del grado que se imparte en Ourense Marcos Salgado, que fundamentó su trabajo de fin de carrera en esta temática. El TFG fue la base de la investigación ahora publicada, gracias a la incorporación al equipo del profesor de Aeroespacial Alejandro Gómez y la investigadora Uxía García, del Grupo de Tecnoloxías Aeroespaciais.

Las condiciones actuales de Marte no son adecuadas para la vida del ser humano. El trabajo de los investigadores analiza los principales aspectos que condicionan el entorno del planeta rojo: composición de la atmósfera –presión según la altitud y cantidad de polvo marciano presente–, temperatura –desde menos de 100 grados bajo cero hasta unos 20 grados–, radiación –en Marte resulta letal, al no existir magnetosfera–, así como el tipo de suelo, que influye en la temperatura.

Cada lado del hexágono mide 4,5 metros y cada una de las tres plantas tiene 2,8 metros de altura

Además, el estudio también ha tenido en cuenta que la base debe diseñar requisitos que faciliten largas estancias, “como sencillez, resistencia y habitabilidad, para un adecuado bienestar psicológico”, señalan desde el grupo.

Zona de laboratorio, en una ilustración de Irene Pérez. DUVI

El diseño conceptual del hábitat está basado en una estructura fabricada íntegramente en la Tierra. Cada lado del hexágono mide 4,5 metros y cada una de las tres plantas tiene 2,8 metros de altura. Los principales materiales propuestos son aleaciones de aluminio.

Los autores definen estancias para vivienda, con dormitorios, aseos y zonas comunes, así como áreas para laboratorios y experimentos. El diseño artículo de la base marciana es obra de Irene Pérez. Se ha procurado “un equilibrio entre el atractivo artístico y la veracidad científica de los resultados”, detallan los investigadores del campus.

Una de las plantas de la base, ilustrada por Irene Pérez. DUVI

La dificultad del factor térmico: una media de -60 grados

El proyecto se centra en el estudio térmico de la propuesta de diseño. “La media en Marte es de unos -60º C, lo que hace imprescindible controlar la temperatura y estimar las demandas energéticas del hábitat planteado”, indican.

Tras un estudio de varios parámetros para averiguar las zonas climáticas en las que la estructura es viable, destacan “la relevancia del aislamiento del módulo con respecto al suelo de Marte, para garantizar el bienestar de los habitantes de la base”.

Imagen general de la propuesta, ilustrada por Irene Pérez. DUVI

Desde el modelo teórico inicial –subrayan–, “queda claro que los parámetros clave son el aislamiento de la base de la estructura y los acabados superficiales, para maximizar la cantidad de calor que se absorbe del Sol, a la vez que se minimiza la emisión de radiación térmica al exterior”.

Con el modelo más detallado –añaden–, “tuvimos que trabajar fundamentalmente en los acoplamientos térmicos entre los distintos pisos, ya que al ser el suelo muy frío en general tienden a generarse gradientes de temperatura elevados entre los pisos, y sobre eso hubo que trabajar bastante, usando también el posible horario de los astronautas y los ciclos del sueño”.

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