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Llega a juicio la intimidación de un vecino a un concejal de Allariz

Se enfrenta a un año y medio de prisión por agarrar de la pechera al edil Bernardo Varela mientras esgrimía una barra de hierro

Bernardo Varela, durante un pleno en la Diputación. I. OSORIO

La Audiencia Provincial de Ourense juzga el miércoles, tras un par de aplazamientos, a un acusado de un presunto delito de atentado a la autoridad, la que representaba el concejal de Medio Ambiente de Allariz, Bernardo Varela –también es el diputado provincial del BNG–, al que el encausado presuntamente intentó agredir.

El edil, que presentó denuncia por los hechos, no ejercita la acusación particular. La Fiscalía solicita una condena de un año y seis meses de prisión, más el pago una multa de 1.440 euros.

Una discusión vecinal por el alcantarillado desencadenó supuestamente una intimidación del varón al concejal de Medio Ambiente y teniente de alcalde de Allariz, la tarde del 30 de agosto de 2021.

El edil se encontraba con un empleado del Concello, comprobando los problemas de unas arquetas del alcantarillado, en el campo da Barreira de Allariz. El acusado se sumó para intentar ayudar. La Fiscalía indica que, en un momento dado, una vecina se dirigió al acusado para que no tocara una de las arquetas y él reaccionó de una manera agresiva.

Presuntamente, el encausado se dirigió al edil y lo increpó y, mientras lo retaba a quedar en lo alto del monte, lo agarró fuertemente de la pechera, rompiéndole la camiseta, mientras asía en la otra mano una barra de hierro, dice la acusación pública.

Un precedente: un año para el agresor del alcalde de Molgas

El pasado mes de enero, la Audiencia Provincial impuso un año de prisión a un extrabajador municipal de Baños de Molgas que agredió al alcalde del BNG, Xaime Iglesias –además lo tildó de “gallego de mierda”–, después de que el regidor recriminara al acusado y a un compañero por estar en el bar en vez de trabajando.

El tribunal consideró que el insulto de “gallego de mierda” que se recoge entre los hechos probados “no se inscribe por sí solo en ese contexto discriminatorio singular” que exige el delito de odio.

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