El termalismo se asocia al ocio relajado, la calma, la pausa dentro de una vida tan cargada de digitalización y vorágine informativa. Entrar en la vigésima edición de Termatalia fue hacerlo en una de las mayores ferias de turismo y también en un abanico de ofertas que se disfrutaron por 6.300 visitantes antes de que ayer se cerrase la presente edición.
El programa dejó la XIX cata internacional de aguas y también otro concurso de café del mundo. Quien sabe más de aguas es Carlos Crespo, del restaurante ourensano do Lar do Leitón. Un años más montó su puesto promocional para enseñar al mundo la cantidad de aguas que tiene. Más de 160 tipos de botellas de cristal envasadas de agua mineral, con diferentes propiedades, que se quedan cortas ante la majestuosa (y cara) botella de 17.500 euros.
“Esa es la más cara que tengo este año”, decía Carlos Crespo en la feria. Para él, coleccionista de aguas, las principales novedades son “las de ‘Shanin’ que viene de Irán y es exclusiva de venta en Oriente Medio, nosotros somos los pocos que tenemos esta botella. La ‘Cleopatra” chapada en oro de 24 kilates, la ‘Roi’, una de las mejores del mundo y la Luxtr, ahora mismo, la más cara con láminas de oro de 24 kilates en su interior”.
Del agua envasada, al relax. En otro dos puestos de la feria se hicieron masajes para las personas que lo desearan y también hubo sesiones de bienestar a cargo de “Wellness experiencia” una marca que a partir de técnicas físicas y respiratorias consigue hacer del yoga una práctica terapéutica. También hicieron sonoterapia a partir de la vibración de ocho cuencos tibetanos, un tambor oceánico, cuatro koshi bells, tres gongs y un handpan.
Es acostar y disfrutar del teletransporte al mundo de la paz y del sueño. Además para quienes quisieran, podían concertar viajes, adquirir bonos de balnearios y, por supuesto, preguntar por una nutrición equilibrada a partir de conceptos y conocimientos acordes al bienestar corporal y mental.
