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La cuarta dosis llega para 5.500 ourensanos en residencias de mayores: “Nos da tranquilidad”

Un grupo de usuarios realiza una de sus actividades diarias en la residencia de Carballeda de Avia. | // IÑAKI OSORIO

La campaña de vacunación masiva para administrar la cuarta dosis de la protección contra el COVID arranca el próximo lunes en las residencias de mayores. En la provincia de Ourense son 5.500 usuarios en 90 centros los primeros candidatos a recibir este segundo refuerzo que potenciará su escudo contra un virus que atacó con fuerza estos centros en las primeras fases de la pandemia, dejando tras de sí decenas de muertos entre la población más vulnerable.

Una vez finalizada la vacunación en residencias sociosanitarias, la campaña se trasladará nuevamente a Expourense, donde serán convocados primero los mayores de 80 años (en anteriores ocasiones recibieron el pinchazo en centros de salud). En su última visita a Ourense, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, indicó que, al igual que ocurrió con la primera dosis de refuerzo, el año pasado, se ofrecerá a este colectivo inocular simultáneamente la vacuna contra la gripe. A continuación, y por orden de edad será llamado el grupo de 60 a 80 que, cerrará la campaña. El titular de Sanidade indicó que la cuarta dosis para menores de 60 años no está todavía sobre la mesa y que, más allá de la población citada, la cuarta dosis contempla únicamente a personas con patologías inmunodepresoras.

Cita previa y control de aforo en las visitas

El inicio de la campaña de vacunación pone de nuevo el foco en las residencias de mayores, a las que todavía no ha llegado la normalidad. Al margen del uso obligatorio de la mascarilla para todos, excepto los residentes, todavía hay restricciones en cuestiones ordinarias como el régimen de visitas y el acceso a las instalaciones. “Es una normalidad relativa”, señala el responsable del centro Las Salinas, de Ourense, Óscar Devesa, en alusión al protocolo conjunto elaborado la pasada primavera por las consellerías de Sanidade y Política Social para la “etapa de transición” en la crisis sanitaria del COVID en residencias de mayores y otros centros sociosanitarios. “El documento dice que el régimen de visitas vuelve al establecido antes de la pandemia, pero puntualiza que se evitarán las aglomeraciones”, señala Devesa. Este matiz, indica, es el que les separa todavía de la normalidad plena que ya se vive puertas afuera de los centros sociosanitarios.

Esto obliga a los centros a establecer mecanismos de cita previa para organizarse y aprovechar el buen tiempo para favorecer las visitas en el exterior de las instalaciones. En el caso de Las Salinas, si la visita es al aire libre no es necesario avisar, pero en interior hay que solicitar cita. “Tuvimos que habilitar una sala porque no teníamos y damos una cita por hora, de 9.00 a 21.00 horas”, explica Óscar Devesa, “nuestra intención es ampliar alguna zona interior para tener más espacio y poder tener a tres usuarios con visita cada hora”, añade. Este centro, con 40 residentes, se libró del COVID cuando la pandemia mostró su peor cara. “Tuvimos un brote la pasada primavera, pero nada que ver con tiempos anteriores”, dice en relación a la tranquilidad que ofrece la vacuna. “A partir de octubre puede haber algún repunte, pero lo importante ahora es cómo se lleva y con la vacuna se lleva mejor, nos da tranquilidad”, afirma.

La Fundación San Rosendo, que gestiona gran parte de la red de centros sociosanitarios de la provincia también mantiene cita previa, salas habilitadas y control de aforo para evitar aglomeraciones en las visitas. Son medidas de seguridad que llegaron con la pandemia y que persisten en las residencias.

Varias trabajadoras acompañan a las usuarias en la sala común, en Carballeda. | // IÑAKI OSORIO

María Ochogavía dirige los centros de Gesmedical en Carballeda de Avia y Leiro, y señala que el protocolo es similar. “La pandemia sigue ahí y preferimos mantener esa cautela”, afirma. “Llevamos dos años así y la situación fue bastante peor. Estas pequeñas restricciones que tenemos se llevan bien, son medidas que no nos cuestan y que las familias entienden porque son para proteger a sus mayores”, apunta. Ante el inicio de la campaña de vacunación entiende que el seguimiento será masivo en las residencias porque “se ha visto que funcionó”. En su caso, el virus entró en la residencia de Carballeda cuando toda la población estaba ya protegida: “Fue un brote pequeño y casi no se notó, seguimos los protocolos y los usuarios estuvieron todos bien, prácticamente asintomáticos, nada comparado con lo que se vivió en otros centros”, señala la directora.

“La pandemia sigue ahí y preferimos mantener esa cautela”

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“Ahora todo está mucho más tranquilo”, dice, aunque con el deseo de llegar por fin a la ansiada normalidad. “Antes eran centros abiertos, no se usaba cita previa ni zona exclusiva. Las familias venían cuando querían, timbraban, y estaban todos juntos. Todos tenemos ganas de volver a eso, pero hay que ser un poco prudentes”, señala.

En el asilo San José de Rairo, en Ourense, residen 180 mayores. Este centro vivió lo peor de la pandemia en su primera fase y eso no se olvida. La hermana Corona Fernández recuerda aquellos días terribles de marzo de 2020 y agradece que el virus no haya vuelto a entrar en el centro. “Que no vuelva”, dice. “Si no nos hubiéramos vacunado, peor sería. En la calle ya no se ve la mascarilla, pero yo si salgo me la pongo porque no quiero traer de fuera lo que no tenemos dentro”, señala. Dice que en el centro vuelven a hacer vida normal, pero con cautela. “Las visitas tienen que pedir cita y si puede ser en el exterior, mejor. Hemos decidido dejar ese sistema por prevención. Antes pasaban a la casa, a los comedores... pero ahora no, tenemos tres salas para las visitas en las que solo puede haber un usuario”, explica.

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