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Todos los municipios de Ourense tienen más trabajadores mayores de 60 que menores de 25

Mari Carmen Rodríguez, de 66 y a punto de jubilarse, regenta una tienda de cortinas desde hace 35: "La edad aporta todo, aunque sigues adquiriendo conocimientos todos los días" | Valerio Varela, de 64, es hostelero: "La edad da experiencia, pero cuando tienes estos años no consigues trabajo"

Mari Carmen Rodríguez, de 66 años y a punto de jubilarse en su tienda de cortinas. Valerio Varela, de 64, es hostelero en los vinos. FERNANDO CASANOVA

Ser la provincia más envejecida de España, junto a Zamora, tiene su reflejo en la actividad económica y en el mercado laboral. En Ourense, que presenta la tasa de actividad más baja del país –hay 137.000 inactivos por los menos de 132.000 en situación activa–, y donde la media de edad de la población supera los 51 años, más de un tercio de los habitantes tiene 60 años o más.

En la provincia residen más de 96.000 personas con más de 65 años –son casi 119.000 las que han cumplido o dejado atrás los 60–, mientras que el número de ourensanos que no ha llegado aún a los 25 años apenas sube de 52.000, incluyendo a bebés, niños, adolescentes y jóvenes.

En correspondencia con esta realidad demográfica, con la aproximación de la generación baby boom a la etapa de la jubilación, además de por el retraso de la edad del retiro, la cifra de trabajadores que son sexagenarios es mayor que la de los que tienen menos de 25 años, según los datos de afiliación a la Seguridad Social.

En el último día de junio, el total de ourensanos de alta laboral ascendía a 99.244, por encima de los 97.695 de junio de 2021, cuando aún se notaba el efecto de las restricciones por la pandemia, y más lejos aún de los 96.289 de ese mes de 2020, cuando la vacunación quedaba lejos todavía.

Aunque el dato es inferior a la cifra de 99.270 afiliados a la Seguridad Social de junio de 2019, cuando nadie podía imaginarse una pandemia, y aunque en 49 de los 92 concellos de la provincia hay menos trabajadores que hace tres años, sigue siendo uno de los valores más positivos de los últimos ejercicios y deja cerca la vuelta a los 100.000 afiliados, cota que se perdió en 2011, tras los 102.041 registrados aquel octubre.

Lucía, 21 años: “Es difícil encontrar trabajo siendo joven, cuesta compaginar con los estudios y, sin experiencia, en muchos lugares no te contratan. De muchos sitios nunca te llaman y, en otros, que estudies y trabajes lo ven como una pega”

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Entre el total de personas de alta en la Seguridad Social en la actualidad, 35.871 residen en el municipio de la ciudad, uno de cada tres, la misma ratio que entre la población provincial y la de la capital.

La estadística de afiliaciones según el concello de residencia permite comprobar que en los 92 municipios de Ourense hay más trabajadores con 60 años o más que los que tienen 25 años o menos. En el cómputo provincial, al cierre de junio de 2022 había 11.661 personas de 60 años o más, el número más alto de los últimos ejercicios (eran 11.099 en junio de 2021, 10.522 en ese mes de 2020, 9.884 en junio de 2019 y 9.368 en junio de 2018).

En cambio, el dato de los trabajadores con menos de 25 años se situaba en 3.942 personas, un registro superior a los meses de junio de 2021 y 2020, en plena pandemia, pero inferior a 2019 –3.959– y 2018 –3.945–.

En la ciudad de Ourense, el último día del pasado mes de junio había 4.228 personas de alta en la Seguridad Social con 60 años o más, por las 1.413 que no llegaban a 25.

Valerio, 64 años: “La edad aporta sobre todo experiencia, pero cuando tienes estos años no consigues absolutamente nada de trabajo. No importa la experiencia ni nada, dejas el currículum y nunca te llaman”

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A este último colectivo pertenece Lucía Álvarez, de 21 años, que acumula más o menos un año de experiencia laboral en trabajos temporales, los dos últimos meses en una tienda de chocolates de la calle Santo Domingo.

“Es difícil encontrar trabajo siendo joven, cuesta compaginarlo con los estudios y, sin experiencia, en muchos lugares no te contratan. De muchos sitios nunca te llaman y, en otros, que estudies y trabajes a la vez lo ven como una pega para la disponibilidad”.

Lucía cursa este año cuarto de carrera en Trabajo Social, en el campus de Ourense, y los ingresos de su empleo temporal la ayudan a pagar el alquiler y los gastos universitarios.

Valerio Varela cumplirá 65 años pronto, y desde hace cuatro regenta el Rock Café, ubicado en Pena Corneira, frente a la catedral, en la zona de los vinos. Hace un lustro que regresó de Venezuela.

“La edad aporta sobre todo experiencia, pero cuando tienes estos años no consigues absolutamente nada de trabajo. No importa la experiencia ni nada, dejas el currículum y nunca te llaman”, lamenta.

Valerio Varela, de 64 años, en la puerta de su local hostelero, el Rock Café. F. CASANOVA

"No me entra en la cabeza que por cumplir 65 años tenga uno que jubilarse para pasar a cobrar 4 centavos"

“Uno no tendrá la vitalidad de un muchacho de veinte años, pero en responsabilidad hay bastante diferencia”, subraya. Valerio se ve trabajando “hasta que me muera, porque no queda otra”, comparte. “Yo no quisiera jubilarme”, añade.

“Toda mi vida he tenido negocios en Venezuela y a mí no me entra en la cabeza que por cumplir 65 años tenga uno que jubilarse para pasar a cobrar cuatro centavos”.

Mari Carmen, 66 años: “La edad aporta todo, aunque sigues adquiriendo conocimientos todos los días"

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Mari Carmen Rodríguez, de 66 años, se retirará a finales de este mes o en septiembre, después de 35 años al frente de Hilotex, una tienda de decoración, cortinas y tapicerías de la Avenida de la Habana.

“La edad aporta todo, aunque sigues adquiriendo conocimientos todos los días. Hay innovaciones en cada sector, en el nuestro de cortinas hay distintos estilos, más o menos vanguardistas. Todos los días buscas innovar”, asegura.

Mari Carmen, en el interior de su tienda de la Avenida de la Habana. F. CASANOVA

“Dejar esta tienda me está doliendo un montón, porque no veo que haya relevo. No hay personas que se decidan a emprender y a conservar lo tradicional de antes, ni que tengan experiencia o conocimientos en los campos que van a trabajar”.

"No veo gente capaz como para dejarle la responsabilidad de tus clientes, que están acostumbrados a que les sirvas y a un trato determinado"

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Desde su visión avalada por el tiempo cree que escasean quienes “quieran trabajar más tiempo del normal y realizar un servicio al cliente, sino que prefieren estar unas horas y hacer lo básico”.

En el escaparate de su negocio se anuncia la posibilidad de un traspaso por jubilación. “No ha aparecido nadie y tampoco veo gente capaz como para dejarle la responsabilidad de tus clientes, que están acostumbrados a que les sirvas y a un trato determinado”, finaliza.

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