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La santa de la lluvia cuya imagen consumió el fuego

La talla de dos siglos de Santa Ana, venerada en Oímbra, ardió junto a la capilla en el incendio de As Chás | La figura original también fue pasto de las llamas: la quemaron los invasores franceses en el siglo XIX

La capilla de Santa Ana, en Oímbra, arrasada por el incendio que calcinó unas 70 hectáreas en Oímbra el pasado domingo. BRAIS LORENZO

En Oímbra, Santa Ana es Santa Aniña. El diminutivo cariñoso, familiar, refleja la veneración que hay en la zona por esta advocación de la virgen. Antaño, cuando los vecinos ansiaban la lluvia –como en un año tan seco como este– acudían a la capilla de la santa, ubicada en As Chás, y la bajaban al pueblo, confiando en que la divinidad desencadenaría las precipitaciones. Cuando los lugareños consideraban que los chubascos habían sido suficientes, la talla de Santa Ana era devuelta a la ermita.

“Para los vecinos, sobre todo para los mayores, es el corazón de esta zona, la quieren enormemente”, dice el párroco de Oímbra, Omar Bello. El domingo, el incendio que arrasó 70 hectáreas en As Chás redujo a cenizas y ruinas la capilla, de origen medieval. La santa de la lluvia se consumió entre las llamas, y no es la primera vez que Santa Aniña sufre el embate del fuego.

“Que se quemara la imagen es lo que más ha dolido al pueblo”, asegura el sacerdote. La talla tenía unos dos siglos. “Era la segunda, porque la original, que se estima datada en el XVII, fue quemada por los franceses en el XIX”.

Vista de dron de la capilla de Santa Ana y el entorno, arrasado. BRAIS LORENZO

La Xunta, a través de las consellerías de Cultura y de Medio Rural, el Concello de Oímbra y el Obispado de Ourense impulsarán la rehabilitación. Este pasado martes, un arquitecto enviado por la diócesis acudió al templo, arrasado por el fuego, para realizar una evaluación de los daños, cuantiosos, e iniciar el proyecto de restauración de una capilla que se cree que fue un eremitorio altomedieval –con varios añadidos posteriores con el paso de los siglos–, tal y como evidencian una parte de sus muros: una ventana saetera en el ábside, así como altorrelieves con la forma del sol y la luna que la tradición clásica grecolatina –y también la popular gallega– identifica con el hombre y la mujer.

En el muro hay un misterioso castillo labrado que puede representar la torre del homenaje del castillo de Monterrei que, hasta el siglo XV, estuvo erguida en el barrio de O Castelo de Oímbra y posteriormente fue trasladada piedra a piedra.

Constan documentos de archivos parroquiales que dan fe de la existencia de este templo en 1652 pero, como apunta el religioso, se baraja la posible procedencia altomedieval, por la existencia de elementos románicos, y porque el lugar, en su origen, pudo ser un sitio sagrado en la época precristiana, un emplazamiento en el que después se construyó la iglesia.

"Hay personas del pueblo que se han mostrado dispuestas a poner dinero para ayudar"

El empuje de las administraciones para acometer la rehabilitación está garantizado pero, como sucede en muchas ocasiones cuando se produce una desgracia, sobre una base de devastación ha brotado la solidaridad, y en el caso de Oímbra, un municipio ourensano de la ‘raia’ entre Galicia y Portugal, las ganas de ayudar se están materializando a los dos lados de la frontera.

“Hay personas del pueblo que se han mostrado dispuestas a poner dinero para ayudar, y han contactado sacerdotes de parroquias de la zona y también de la parte portuguesa, pues hay muy buena relación entre ambos lados”, explica el párroco Bello.

“Queda un considerable número de personas para las que Santa Ana ha sido una referencia no solo religiosa, sino también cultural e identitaria”, destaca el cura. En el objetivo de que la venerada virgen de As Chás vuelva a tener una imagen que adorar ayuda la existencia de fotografías y estampas en las que poder basarse para esculpir la nueva talla.

La capilla de Santa Ana, tras el incendio, vista desde el aire. BRAIS LORENZO

El precedente de la ola de julio

El 26 de julio es el día de la romería de Santa Ana. La jornada anterior, la imagen volvió a la ermita después de que, por precaución, el sacerdote decidiera ponerla a buen recaudo cuando Oímbra sufrió a mediados de julio varios incendios virulentos, tres de los cuales entraron desde Portugal y arrasaron unas 2.500 hectáreas en total.

Sin embargo, este pasado domingo la talla sí se encontraba en la capilla. “Nunca pensamos que podría venir un incendio por otro lado. Nada hacía imaginar” –afirma el sacerdote– que el frente del pasado domingo se dirigiera al templo.

"Las llamas eran violentas y altísimas, de más de 3 metros"

“El fuego empezó sobre las 16 horas en Bousés, el viento cambió de dirección y no hubo capacidad de reaccionar. Cuando se quiso parar ya no fue posible, porque las llamas eran violentas y altísimas, de más de 3 metros”, relata.

Terreno arrasado por el fuego en As Chás, en Oímbra. BRAIS LORENZO

El daño del fuego. BRAIS LORENZO

El incendio se adentró en la ermita a través del tejado, tras la caída de unas pavesas. Dentro devoró todo, incluida la talla de Santa Ana, consumida otra vez por el fuego, dos siglos después.

Se trata de la segunda iglesia destrozada por un incendio en este verano negro. En julio, el incendio que calcinó 10.500 hectáreas en Valdeorras, obligó a desalojar a medio millar de vecinos de veinte aldeas y destrozó decenas de casas también causó graves daños en la iglesia de la Asunción, en Barrio, Rubiá.

En aquel caso la patrona sí se salvó, porque estaba en una capilla del lugar próximo de O Castelo.

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