La Guardia Civil de Tráfico de Ourense detectó ayer a un conductor francés que circulaba a 213 kilómetros por hora por la A-52, a su paso por Allariz. El hombre, que se dirigía a la costa para pasar sus vacaciones, está investigado por un posible delito contra la seguridad vial, al superar en más de 80 km/h la velocidad de la vía.

La actuación se produjo en el marco de un control conjunto con la Guardia Nacional Republicana (GNR) realizado durante la mañana de ayer. El vehículo era un turismo marca Volkswagen, modelo Tiguan y su conductor un varón de 47 años y de nacionalidad francesa que se dirigía al litoral.

Según la Guardia Civil, se da la circunstancia que durante los pasados meses de enero, marzo y abril del año en curso se detectaron en las carreteras ourensanas otros cinco excesos de velocidad delictivos. Desde el Subsector de Tráfico se hace un llamamiento a la prudencia en la conducción y se recuerda que las consecuencias de las lesiones y daños sufridos en los siniestros viales son directamente proporcionales la velocidad a la que circulan los vehículos implicados.

Se recuerda que, en relación con las velocidades establecidas en el Reglamento General de Circulación, los conductores que las incumplan estarán cometiendo una infracción grave o muy grave, sancionada con multa de 100 a 600 euros y la pérdida de entre 2 y 6 puntos, dependiendo del exceso de velocidad cometido.

En el caso de que el exceso de velocidad fuera superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana o en 80 kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, el Código Penal lo tipifica como delito y es castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.