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El incendio de Verín engulló la nave de coches de Isaac: "Se acercaron unas llamas enormes y pasó lo peor que podía pasar"

Perdió una decena de vehículos en el fuego que cercó la villa este miércoles: "Se quemó todo lo que había, no queda nada"

Isaac y uno de sus perros, tras volver a su nave de vehículos arrasada en Ábedes, Verín. BRAIS LORENZO - EFE

Un Mercedes 190, un BMW antiguo, un Mitsubishi Eclipse... Históricos de la carretera, vehículos que han doblegado al tiempo, sucumbieron al fuego voraz de Verín. Los incendios queman presente, pasado y futuro. El frente kilométrico, de entre 10 y 12 focos, que rodeó y amenazó este miércoles la capital del Támega, redujo a un amasijo calcinado una decena de vehículos y una nave que Isaac Chamín Conde, verinés de 52 años, tenía en Ábedes.

En ella guardaba también revistas antiguas, papeles, antiguos juguetes de sus hijos, muebles de madera, un grupo electrógeno, una grúa, un tractor, una camioneta, herramientas... "Se quemó todo lo que había, no queda nada", resume, sin poder cuantificar aún los daños.

Isaac con uno de sus perros, tras regresar a la nave después del incendio. BRAIS LORENZO

El fuego, por suerte, no le arrebata su negocio, porque tiene un establecimiento de compraventa en otra zona del municipio, en Pazos. Pero, sin duda, causa un grave perjuicio porque de esa nave Isaac no tenía seguro. "Lo que menos piensas es que va a suceder algo así".

La aparición de focos a lo largo de la tarde del miércoles desbordó la capacidad de extinción. La prioridad fue proteger vidas y viviendas, pero el trabajo de los bomberos forestales no pudo evitar que las llamas engulleran los coches de Isaac. "No había medios suficientes, no daban abasto, no se pudo apagar", señala él.

"Llevaba toda la tarde allí porque estaba pendiente del fuego. Estuve limpiando la hierba seca del suelo, recogiendo cosas por si acaso...", introduce. "El avance del incendio fue muy rápido y una vez que empezó a arder el monte de enfrente, y vi que se acercaban esas llamas tan altas, decidí marcharme. Solté a los perros y me marché. Volví sobre las 20.30 o 21 horas y, al entrar en el cruce de la nacional con la carretera más pequeña, ya vi que todo estaba ardido. Llegué y estaba totalmente devastado. Pasó lo peor que podía pasar", relata.

La nave de vehículos, arrasada como si hubiera habido un bombardeo. BRAIS LORENZO

La nave estaba rodeada por arbolado y arbustos de monte bajo, como xestas y silvas, y el fuego arrasó la propiedad a pesar de que el recinto estaba limpio. Isaac supone que alguna pavesa de la combustión alcanzó a la nave, consumiéndola por completo. "Debió de prender por dentro a través de los ventanales. Con tanto aire que hacía se metió y ardió muy rápido", imagina.

"¿Para qué esto? Es la pregunta del millón"

Isaac, verinés, asegura no recordar un incendio tan virulento como el de este 3 de agosto. "Se ve claramente la intencionalidad, con varios focos a la vez en diferentes sitios". Como todas las personas con cordura, no encuentra razones. "No me entra en la cabeza que alguien pueda hacer esto, y me intriga cuál puede ser el motivo. Beneficio económico no creo que consigan, pirómanos enfermos hay muy pocos y personas que programen todo esto...no sé. Hay tantas preguntas en el aire que no sabemos la respuesta. ¿Para qué? Es la pregunta del millón. No entiendo el motivo, no tiene lógica", reflexiona.

Tras la pérdida toca empezar a pensar en reconstruir, en reponer. "Arreglaré lo que pueda, empezando por la caseta de los perros y el cierre, y después intentaré volver a poner la nave en pie", dice Isaac.

Un vecino colabora en la extinción del incendio. BRAIS LORENZO - EFE

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