Las llamas aparecieron de nuevo en la provincia de Ourense, para revivir la pesadilla que se vivió la última semana. Esta vez en el oeste ourensano, en el municipio de Castrelo de Miño. El fuego se inició a las 17.43 horas de ayer miércoles en la parroquia de Barral, en una zona boscosa de pinares y provocó que se reuniera un amplio dispositivo de servicios de extinción aéreos en la zona para intentar sofocar las llamas.

Un bombero en las labores de extinción. Fernando Casanova

Pasadas las 21.30 horas se decretó el nivel 2 de alerta por la proximidad de las llamas al núcleo do Pereiro después de que el fuego se iniciara en Barral y con el viento se propagase hasta la zona de Noallo de Abaixo y Noallo de Arriba, donde los servicios de emergencia esperaban al fuego para tratar de sofocarlo. Tras siete horas, la alerta de nivel 2 fue finalmente desactivada a las 5.10 de este jueves.

Las llamas llegaron hasta la comarcal de Noallo de Abaixo, en Castrelo de Miño. Fernando Casanova

Medio Rural cifra en 147 hectáreas la superficie calcinada por un incendio en el que trabaja un dispositivo compuesto por nueve agentes, 17 brigadas, 10 motobombas, dos palas, una unidad técnica de apoyo, siete aviones y 11 helicóptero. Las llamas se producían en una zona donde hay varios núcleos de población y tanto en la cabeza del fuego como en la cola había parroquias que estaban amenazadas por el fuego. 

Vecinos observando el avance del incendio, ayer por la tarde. FERNANDO CASANOVA

El dispositivo de extinción de incendios continuaba trabajando durante la noche y los medios aéreos se retiraban para dejar paso a las brigadas. Las llamas seguían avanzando hasta la parroquia de Noallo de Abaixo, donde los agentes de la Guardia Civil cortaron la carretera ya que las llamas llegaban hasta la calzada, poniendo en peligro a los vehículos y las personas que pudieran pasar.

Durante su avance, las llamas también afectaron al tendido eléctrico que estaba ubicado entre las parroquias de Barral y de Noallo de Abaixo. Además, según pudo saber este periódico, el núcleo de Os Pereiros fue desalojado por la dirección que llevaba el fuego.

Algunos vecinos criticaron la escasa rapidez para evitar que las llamas se propagaran por la zona alertando de forma temprana del incendio a Emerxencias Galicia, según salían las primeras columnas de humo. “Si hubieran venido rápido se apagaba”, decía uno de los vecinos de la zona, ante la tardanza de los medios aéreos. Las parroquias de Castrelo de Miño pasaron la noche en vela por la dirección que iban llevando el fuego hacia el municipio de Cartelle.

Bomberos forestales trabajando en la extinción por la noche. Brais Lorenzo - EFE

La zona boscosa y la oscuridad de la noche dificultaban las labores de extinción de los medios terrestres en otra noche de angustia y vilo para la provincia de Ourense. Después de sumarse más de 20.000 hectáreas calcinadas en dos de los mayores incendios que ha registrado la provincia, Castrelo contenía el aliento ante el avance de las llamas en una madrugada que fue dura para los servicios de extinción. Lo peor era la previsión que tenía el fuego, ya que en la zona había una gran cantidad de pinares consecutivos que eran el perfecto combustible natural para el incendio.