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Piden prisión y 3 años sin tener animales para el ourensano que dejaba cebos con alfileres: 13 perros víctimas

Durante más de dos años “puso en peligro la vida” de las mascotas, afea la Fiscalía, que solicita un año de cárcel por maltrato continuado y que indemnice a los propietarios con 4.600 euros

Carteles, cebos, alfileres, cartas amenazantes y prendas incautadas al acusado. POLICÍA

El hombre que, durante años, trajo de cabeza a los propietarios de perros de Ourense y a las fuerzas de seguridad –sembró la ciudad de cebos con alfileres y escribió cartas amenazantes a dueños de mascotas– ya conoce la petición de condena que la Fiscalía sostiene contra él.

Carmen Eiró, la delegada de Medio Ambiente en Galicia desde 2020, con idéntica responsabilidad en la provincia de Ourense desde 2005, atribuye a M., de 59 años, un delito continuado de maltrato animal. Al menos entre los meses de septiembre de 2019 y el 6 de noviembre de 2021, “de manera injustificada e indiscriminada”, el encausado “puso en peligro la vida de los animales”, afea el ministerio público.

Presuntamente, colocó trozos de carne para perros y chopped en los que había incrustado alfileres. La investigación cree que actuó dejando esa trampa para los canes en varios parques y calles donde es frecuente sacar a pasear a animales de compañía. Al menos, en Ramón Piñeiro, Quintián, Parque da Chapa, Avenida de Santiago, Praza 200, Praza Don Bosco, la calle Río Mao y Avenida de Marín.

Cebos con alfileres que tenía el acusado. POLICÍA

Seis mascotas necesitaron tratamiento o cirugía

La Fiscalía solicita 1 año de prisión e inhabilitación especial durante 3 años para el ejercicio de cualquier profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales, así como para tener alguno. Varios propietarios renunciaron a ejercer acciones legales porque varios perros, por suerte, no llegaron a sufrir daños.

Para resarcir a los seis dueños de mascotas que sí necesitaron tratamiento o cirugía, el ministerio público pide que el encausado los indemnice a todos con el importe de las asistencias, más de 4.600 euros, una cantidad a la que habría que añadir los intereses legales.

Han sido más de cuatro años de investigación en el marco de las operaciones Inu y Alfinete. Desde principios de 2017 se registraron hallazgos de comida con alfileres en varios puntos de la ciudad de Ourense, y hubo algún fallecimiento por culpa de las trampas, pero la acusación contra este hombre se limita a un periodo de 26 meses, entre 2019 y 2021.

Siente una “clara y manifiesta animadversión hacia los perros y dueños”, dijo la Policía

Más que arrojarlos, soltaba discretamente los cebos con alfileres, pero las grabaciones de seguridad de algunos locales y las vigilancias de los agentes permitieron identificar al presunto autor por la ropa que empleaba –una sudadera y unas zapatillas– y por una cojera.

El 6 de noviembre de 2021, fue arrestado cuando dejaba en el parque Sánchez Arteaga 18 cebos. En la operación colaboraron la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local.

Alfileres localizados en el domicilio del detenido. POLICÍA

Tenía 800 alfileres en su casa

Siente una “clara y manifiesta animadversión hacia los perros y dueños”, subrayó la comisaría en la nota de prensa posterior a la detención. La jueza de guardia ordenó su libertad, sin medida cautelar alguna, como pudiera ser una orden de alejamiento de los parques frecuentados por mascotas. El sospechoso se acogió a su derecho a no declarar. En el juicio, para el que todavía no hay fecha, podrá hacerlo.

Dos carteles con anónimos: “¿Por qué no coméis su caca y bebéis su orina? ¿Eso no, verdad? Mejor en la acera pública”

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En un registro en su domicilio el mismo día de su detención se encontraron entre 700 y 800 alfileres –“plenamente coincidentes, de cabeza metálica plana y de cabeza de perla blanca”, según la Policía Nacional–, prendas y zapatillas similares a las que se observaron en las vigilancias, así como comida para perros, una máquina de escribir con la que elaboraba presuntamente anónimos amenazantes –había una carta de la misma tipografía que las recibidas por dos denunciantes–, más dos carteles de prohibición de perros, con frases manuscritas: “¿Por qué no coméis su caca y bebéis su orina? ¿Eso no, verdad? Mejor en la acera pública”.

Los dueños de algunos perros lograron retirar la comida trampa de la boca a tiempo

Ese tipo de comentarios vertía también en las redes sociales, otro indicio contra él en la investigación.

La Fiscalía cifra en 13 el número de perros víctimas de los cebos con alfileres presuntamente depositados por el acusado, aunque no todos resultaron heridos, porque los propietarios de algunos lograron retirar la comida trampa de la boca a tiempo.

Los casos que le atribuye la Fiscalía

El 14 de enero de 2020, un perro comió un cebo con un trozo de mortadela con alfileres que había en el suelo de la Avenida de Santiago. La dueña pudo extraérselo de la boca sin que sufriera daños.

Tres días más tarde, otro can que paseaba por la calle Ramón Piñeiro ingirió un pedazo de carne del suelo. Cuando la propietaria se lo quitó de la boca comprobó que tenía múltiples alfileres.

El 20 de enero de 2020, una perra que paseaba con su dueño por la calle Ramón Piñeiro ingirió un cebo. Al día siguiente, al revisar sus heces, el dueño halló varios alfileres. La llevó al veterinario quien, tras una radiografía, le encontró en el intestino delgado un alfiler más, que afortunadamente expulsó sin sufrir daños.

El 30 de junio de 2020, una perra echó la boca a un pedazo de carne del suelo, en la calle Ramón Piñeiro. La propietaria la llevó al veterinario y se comprobó que en el intestino tenía dos anzuelos, que coincidían con los restos del suelo. El animal logró expulsar los metales de forma natural. Los gastos del veterinario ascendieron a 84,70 euros.

Cebos, alfileres, ropa y escritos amenazantes incautados al acusado tras su detención. POLICÍA

El 7 de noviembre de 2020, otra perra cayó en la trampa en la misma calle. Comió varios cebos con alfileres. La dueña tuvo que llevarla de urgencia al veterinario, donde le extrajeron los alfileres con cirugía. La atención supuso una suma de gastos: 606, 37 euros, 43,80 euros y 111,45 euros, refleja la Fiscalía.

Otro can echó la boca a otra trampa –un trozo de carne con una veintena de alfileres– cuando se encontraba junto a su dueño en la Avenida de Santiago, el 22 de noviembre de 2020. El dueño pudo retirarle el bocado antes de que el can sufriera daños.

Otro perro apresó una sustancia viscosa con múltiples alfileres, durante un paseo con su dueña, el 26 de noviembre de 2020. La mujer consiguió retirárselos de la boca. Ese mismo día, otro perro sí llegó a tragar comida repleta con alfileres, que el acusado presuntamente había arrojado en la calle Eulogio Gómez Franqueira. Fue necesario llevar al perro al veterinario. Fue intervenido quirúrgicamente para poder extraerle los múltiples alfileres que tenía en el estómago. Los gastos ascendieron a 985,45 euros.

Cuando paseaba por la calle Chapa, el 30 de noviembre, otro can fue víctima de las trampas.

En el parque de los perros del Puente Romano aparecieron cebos en un par de ocasiones. IÑAKI OSORIO

Los siguientes casos que la Fiscalía atribuye al encausado son ya de 2021. El 21 de febrero, un perro ingirió un cebo con alfileres en la Avenida de Santiago. En el veterinario, con una radiografía se comprobó que tenía 11 en el intestino del animal. Logró expulsarlos con dieta blanda, sin sufrir daños.

El día 23 de ese mes, una perra se llevó a la boca una trampa en la plaza Don Bosco, en el parque para perros. Tras ver que vomitaba, la dueña llevó al animal al veterinario, donde le encontraron múltiples alfileres en el intestino. Fue intervenida y estuvo en estado grave. La cirugía y la atención veterinaria costaron 1.825, 59 euros y 228, 30 euros.

El 30 de abril, otra perra comió trozos de carne en la calle Chapa. Necesitó tratamiento veterinario, que ascendió a un total de 447,50 euros.

El 8 de mayo, de nuevo en el parque para perros, uno ingirió algo del suelo. Cuando la dueña se lo quitó de la boca vio que era un trozo de mortadela con alfileres. El veterinario comprobó que el animal tenía 180 en el intestino, que le fueron extraídos con cirugía. Los gastos ascendieron a 380 euros.

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